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El futuro a largo plazo del Dépor está lejos de Abanca pero cerca de Riazor
Abanca da marcha atrás y se abre a prorrogar el convenio actual del Estadio de Riazor, así como a incluir una "clausula de renegociación en caso de cambio de propiedad" en el momento en el que active la venta del Deportivo, algo que no se espera que se produzca hasta su regreso a Primera División
Otra vuelta de tuerca al enfrentamiento entre Deportivo y el Concello de A Coruña por el nuevo convenio para el Estadio de Riazor. A última hora de este martes, el club blanquiazul hizo público un comunicado y un vídeo con una declaración institucional de su presidente, Álvaro García Diéguez, en el que modula sus propuestas.
«El Real Club Deportivo propone al Concello da Coruña prorrogar el actual convenio por un período de 25 años y renuncia a los 40 años que recogía su propuesta. La prórroga incorpora la cláusula de renegociación en caso de cambio de propiedad. En este sentido, la propiedad ha garantizado al club que el Dépor no está en venta y que el compromiso es a largo plazo«, defiende la entidad a través de un comunicado.
El club tiende, de esta manera, un puente con el Concello tras un agrio enfrentamiento que se saldó con la suspensión del encuentro institucional en la sede del consistorio y del clásico acto en el balcón de María Pita para compartir la celebración del ascenso con todo el deportivismo. El anterior borrador, que el club hizo público este lunes, contemplaba la firma de un nuevo convenio de 45 años de duración y la eliminación de la denominada cláusula de arraigo. Mediante ella se vincula la permanencia de la concesión con que el Deportivo mantenga su sede en A Coruña y que se mantuviese al tradicional sistema de capitalismo popular en su accionariado, un escenario, este último, que ha dado un vuelco tras la toma de control por parte de Abanca hace ya cuatro años.
«Lo que quiere el club es un estadio exclusivamente con fines deportivos, sin ninguna otra utilización que no sea la celebración de partidos de fútbol, de los primeros equipos o de cualquiera de sus filiales. En las oportunidades que el estadio ha sido utilizado para conciertos, los daños causados a las instalaciones desaconsejan su repetición», añade el Deportivo a través de un comunicado en el que reitera la voluntad de Abanca de permanecer al frente del club a largo plazo.
Los planes de Abanca
La entidad financiera controla un 76,6% de las acciones del club y en su memoria anual consolidada del ejercicio 2023 excluía de su perímetro tanto a Nueva Pescanova como al Deportivo. Ambos se registran como «activos no corrientes y grupos enajenables de elementos que se han clasificado como mantenidos para la venta».
Pese a encontrarse bajo esta rúbrica, esto no significa que Abanca esté buscando activamente un comprador para el Deportivo. No en vano, la entidad que preside Juan Carlos Escotet no incluyó en esta ocasión el párrafo que sí figuraba en las cuentas de 2022 en el que subrayaba que «la operación de capitalización de deuda se formalizó con el objetivo de participar en la gestión y reestructuración de la sociedad, poniéndola en valor en el menor plazo posible y establecer un plan de venta para dar entrada a nuevos socios y recuperar la inversión realizada».
En este caso, Abanca ha rechazado hasta ahora cualquier tipo de propuesta para la venta del club al entender que todavía debe culminar todos los pasos previos. Tras sanear el club y enfilar la salida de concurso de acreedores previa inyección de otros 17 millones de euros por parte de Abanca (una cuestión clave para ganar margen con el límite salarial en Segunda División), la entidad afronta otros tres retos.
Los tres pasos previos a la venta del Dépor
Por un lado está la renovación de la convenio para el uso del Estadio Abanca-Riazor. «Era y es necesaria para poder acometer una serie de inversiones para las instalaciones deportivas necesarias para el futuro», defendía el club en el comunicado remitido este martes.
A esta cuestión se suma la ampliación a la vista de las instalaciones de Abegondo para modernizarlas y para dar respuesta a los problemas de espacio actuales por la irrupción de una sección femenina, el Deportivo Abanca, que ahora acapara focos con su regreso a la Primera División (la Liga Iberdrola). La ciudad deportiva de Abegondo fue inaugurada en 2003, trece años antes de que el Deportivo recuperase un proyecto con el que retomaba las raíces del pionero Karbo (desaparecido en la década de los ochenta) y que ahora deja pequeñas unas instalaciones que van a ocupar un papel central en el nuevo plan estratégico que prepara el club.
El tercer punto, y el de mayor importancia, es la categoría en la que milita el Deportivo. La sequía de ingresos por derechos televisivos en Primera RFEF dejó al club con las ventas de abonos y entradas como el principal sustento de su presupuesto hasta el punto de que para esta campaña se preveían más de 4,2 millones por este concepto. Sin embargo, estos ingresos no son suficientes y prueba de ello son las pérdidas en las que ha incurrido el club pese al aligeramiento de sus cargas financieras (sus números rojos ascendieron a 11,4 millones en una campaña 2020-21 marcada por la pandemia; 1,6 millones en la 2021-22; y 3,1 millones en la temporada 2022-23).
Fuentes del sector prevén que el movimiento de Abanca de cara a una venta del club no se produzca hasta que este se encuentre estabilizado en Primera División. Todo ello pese a la avalancha de adquisiciones que han tenido lugar en la Segunda División a lo largo de los últimos dos años. Leganés, Oviedo, Sporting de Gijón o Zaragoza cambiaron de dueño en 2022, mientras que el Racing de Santander fue comprado en 2023 y el Burgos hizo lo propio en el arranque de 2024.
Sin embargo, se trata de operaciones que se mueven entre los 40 millones que el Grupo Orlegi abonó por el club gijonés, los 39 millones que Blue Crow Sports (holding encabezado por Jeff Luhnow) desembolsó por el Leganés o los 21 millones que el grupo mexicano Pachuca pagó por la participación del 51% que Carlos Slim mantenía en el Oviedo tras haber acudido a su rescate en 2012.
El trampolín de los derechos televisivos en Primera
Solo en ingresos televisivos, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) aseguraba haber distribuido 203,5 millones de euros entre los clubes de la Segunda División a lo largo de la campaña 2022-23 (última con datos disponibles). El 70% de esta cantidad se reparte de manera equitativa entre todos los equipos, pero otro 15% se determina en función de la clasificación de los últimos años y otro 15% depende del número de abonados y de espectadores que mueve cada equipo con sus partidos.
Esta tarta, más jugosa que la de una Primera RFEF que hacía aguas en materia de comercialización de los derechos televisivos, se queda pequeña en comparación con la de la Primera División. Además de militar en una categoría que actúa de escaparate internacional (lo cual atrae más ingresos por patrocinadores tanto nacionales como internacionales), la Liga EA Sports repartió 1.525 millones de euros en concepto de derechos televisivos durante la temporada pasada.
Esto provoca que el Almería, último clasificado y controlado por el saudí Turki Al-Sheikh, haya contado con un presupuesto de 90 millones de euros para esta temporada. El Cádiz, que cierra los puestos de descenso tras ocupar el antepenúltimo puesto, cuenta con 58,8 millones de euros mientras que el Celta de Vigo, cuarto por la cola, aprobó unos presupuestos de 103 millones.
Este salto de calidad en materia de ingresos actúa como un freno para Abanca a la hora de activar la venta del club toda vez que las cantidades obtenidas por el club en Primera División multiplicarían a las cosechadas en el caso de abordar este movimiento en la categoría de plata del fútbol español.