El fondo del exdirector del Igape supera los tres millones en activos y media docena de inversiones en Israel
The Food Tech Lab, gestora de fondos que capitanea Juan Cividanes, invierte en empresas del sector agroalimentario y cerró sus dos primeros años de andadura en números rojos
The Food Tech Lab despidió su segundo ejercicio completo de funcionamiento repitiendo números rojos. La gestora de fondos fundada en 2021 por Ricardo Nadal, histórico directivo de BBVA, y por el vigués Juan Cividanes cerró el año 2023 con unas pérdidas por valor de 134.256 euros.
Este resultado supone una mejora respecto a los 192.033 euros que se dejó en 2022. Con la cifra de negocios ligeramente a la baja (retrocedió de 72.614 a 61.206 euros en un año), The Food Tech Lab aprovechó el resultado positivo de 113.377 euros en el Impuesto sobre Sociedades para recortar unas pérdidas que se iban por encima de los 247.000 euros antes de esta rúbrica fiscal.
La compañía fundada por Cividanes el año después de dejar la dirección general del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), cargo que ocupó entre diciembre de 2016 y octubre de 2020, nació con un capital social inicial de 35.000 euros. Esta cantidad se ha ido elevando progresivamente hasta alcanzar los 255.000 euros actuales.
Las inversiones de The Food Tech Lab
La cartera de activos, por su parte, se eleva por encima de los tres millones de euros. Tal y como recoge la firma en unas cuentas anuales a las que Economía Digital Galicia ha tenido acceso a través de la plataforma Insight View, sus activos totales se elevaron desde los 2,17 millones de euros registrados al término de 2022 hasta los 3,21 millones en 2023.
De esta cifra, la práctica totalidad (2,95 millones de euros) va a parar a la rúbrica que lleva por título «inversiones financieras a largo plazo». Entre ellas se encuentran las participaciones en la media docena de empresas en las que participa The Food Tech Lab. La firma se define en su página web como «el puente perfecto entre las principales start-ups tecnológicas de Israel con la industria agroalimentaria de Europa y Latinoamérica«.
«Nuestro valor diferencial radica en la capacidad y experiencia en esta industria para identificar startups innovadoras y aportarles nuestra visión y gestión activa, impulsando su crecimiento y maximizando su valor», asegura la firma, que centra su cartera de inversiones en empresas del sector food tech que están protagonizando la denominada «revolución alimentaria».
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Las primeras apuestas de The Food Tech Lab fueron Better Juice, con sede en la ciudad de Rejovot, y Maolac, radicada en Tirat Carmel. La primera ha desarrollado una tecnología para reducir los azúcares de las frutas. Better Juice aprovecha enzimas naturales y microorganismos no modificados genéticamente para ofrecer una solución para licuar frutas y transformar la sacarosa en fibra alimentaria y la fructosa en sorbitol.
Maolac, por su parte, trabaja en el «desarrollo de una línea de nuevas proteínas biofuncionales (BFP) de alto impacto que pueden integrarse en alimentos, bebidas, suplementos y cosméticos». «Para mejorar y garantizar la efectividad, nuestra IA (inteligencia artificial) identifica los productos lácteos y proteínas de origen vegetal similares biológicamente con proteínas disponibles en la leche materna», tal y como destaca la firma en su página web.
The Foodtech Lab tiene como objetivo encontrar «alimentos funcionales» y «nuevos ingredientes» al tiempo que apuesta por firmas que lleven por bandera cuestiones como el «reciclaje», la «digitalización de la cadena de suministro» o el «empaquetado inteligente». La firma pone el foco en startups que apuesten por la «carne cultivada en laboratorio» o por la «proteína de algas e insectos».
De las algas a los embalajes
Dentro de este último grupo se encuentra Brevel. La empresa con sede en la ciudad israelí de Shekef explora el uso de microalgas como sustitutos de harinas o lácteos. «Nuestra tecnología innovadora desbloquea todo el potencial de las microalgas, creando una alternativa auténticamente superior que es perfecta para la producción de masa», destaca la firma.
Entre las principales inversiones de The Food Tech Lab se encuentran también Treetoscope y Pack2Earth, con sede en Tel Aviv y Barcelona, respectivamente. La primera desarrolla una «plataforma de gestión de riego, una solución única que pone en manos de los productores conocimientos sin precedentes sobre el uso del agua en tiempo real de los cultivos e información generada por IA para informar sobre decisiones óptimas de riego».
Pack2Earth centra sus trabajos en el desarrollo de alternativas al plástico en materia de embalaje. En este sentido, la compañía ha promovido los primeros materiales biobasados y compostables para el hogar. Estos pueden ser utilizados tanto para envases para productos secos o semilíquidos hasta bandejas, tapas o vasos que pueden desecharse en los contenedores de residuos orgánicos.