Actualizado
Florentino Pérez vende autovías y servicios en Galicia pese a su éxito con la obra pública
ACS es uno de los grandes contratistas de obra pública y de servicios en Galicia, pero la futura venta de Clece y los traspasos previos de Cobra, Urbaser y del 75% de la autovía Santiago-Brión, reducen al mínimo su presencia en la comunidad
Los grandes contratos de obra pública no han hecho que Florentino Pérez eche raíces en Galicia. Más bien al contrario. Grupo ACS está reduciendo significativamente su presencia en la comunidad, tanto a nivel societario, con la desaparición de filiales radicadas en territorio gallego, como por la desinversión en proyectos, caso de la autovía de peaje en sombra Santiago-Brión. La futura venta de la división de servicios Clece, para la que cuenta con el asesoramiento de Bank Of America y Société Générale, reducirá al mínimo la presencia en Galicia del grupo que capitanea el también presidente del Real Madrid, cortando la vinculación con una de las filiales gallegas más conocidas, Samaín Servizos, con domicilio en Vigo.
Clece ha limpiado de todo en Galicia, desde los albergues del Camiño de Santiago a las dependencias de la USC o los edificios judiciales de la Xunta. En 2022 consiguió renovar el contrato para el servicio de limpieza de los edificios administrativos del Gobierno gallego, una adjudicación de casi 23 millones que se sumó a la de este mismo servicio en la fábrica de Stellantis en Vigo. Son dos de los contratos más relevantes en la comunidad que ACS ha puesto en venta, siguiendo la tónica de las grandes constructoras –Ferrovial, Sacyr, OHLA…– de desprenderse de sus divisiones de servicios.
La red societaria se descose
Samaín es una de las últimas filiales que conserva la compañía de Florentino Pérez en Galicia, con una facturación que ronda los 20 millones y una plantilla que superó en 2022 los 800 trabajadores. De hecho, en el informe anual de ACS solo figura una sociedad más, una filial del Grupo Integra, enfocado a la inclusión sociolaboral de personas con diversidad funcional, ubicada también en Vigo. A ella se suman las delegaciones de Dragados o Vías y Construcciones en A Coruña, dos grandes pescadoras de obra pública en la comunidad.
El balance queda lejos del conjunto de empresas que mantenía el grupo años atrás. Por el camino se quedó Vieyra Enerxía Galega, extinguida el año pasado tras más de una década de inactividad. Esta sociedad nació con el propósito de configurar un grupo energético a partir del concurso eólico del bipartito, que fue tumbado por Alberto Núñez Feijóo cuando llegó a la Xunta. Acompañaban a ACS Manuel Antonio Vidal Pego, jefe del clan familiar de Vidal Armadores, condenado por pesca ilegal en Estados Unidos y Corea del Sur, y Astilleros Armón.
También ha desaparecido Massa Galicia, absorbida por su matriz madrileña el año pasado. La filial, dedicada a la gestión del mantenimiento de plantas industriales, infraestructuras y edificios, ya no estaba bajo el mando del ex de UCD desde 2022, pues cayó en las manos de Vinci con la venta de Cobra. Esta última, que llegó a tener un importante volumen de plantilla en Galicia, mantiene ahora una nueva apuesta en la comunidad a través de la eólica marina, pero siguiendo un camino al margen del de ACS. La venta de Cobra tenía el precedente de Urbaser, otra gran concesionaria en tierras gallegas –de la planta de Nostián o de las basuras de Lugo, Santiago y Ferrol en aquel momento– que traspasó a un grupo chino y que actualmente está controlada por el fondo americano Platinum.
En los últimos años hubo una desinversión importante más, aunque en el área de las infraestructuras. En la antesala de la pandemia, Iridium, filial de concesiones de la compañía, traspasó el 74% de la sociedad con la que controlaba la autovía Santiago-Brión, de peaje en sombra. Lo hizo en una operación más amplia en la que empaquetó otras cinco carreteras, concesionadas con la misma fórmula que la gallega, y las vendió al fondo de infraestructuras Hermes. Actualmente, ACS todavía controla un pequeño porcentaje de la autovía, en la que también tienen participación Extraco y Francisco Gómez y Cia. Curiosamente, una UTE liderada por Vías y Construcciones, del grupo de Floro, se adjudicó el año pasado la prolongación de la AG-53 hasta A Ramallosa por 27,2 millones.
El rey de la obra pública
Este repliegue, nada extraño teniendo en cuenta el proceso de internacionalización de ACS, no ha impedido a Florentino Pérez continuar siendo uno de los reyes de la obra pública en Galicia. Junto con acciona, la compañía del que fuera director general en el Ministerio de Transportes de José Luis Álvarez y Álvarez ha sido de las más exitosas a la hora de captar contratos de la Xunta y del Ejecutivo central en este lado del Padornelo. De hecho, el ocaso de las obras del AVE provocó también la desaparición de varias UTE gallegas en las que participaban empresas de ACS.
Aunque de menor importe que los del ferrocarril, los encargos siguen llegando a la compañía. El año pasado, Dragados se hizo con la ampliación del Hospital Clínico Universitario de Santiago, un concurso de 70,5 millones en el que concurrió en alianza con San José y Construcciones Ramírez. Además de la comentada ampliación de la AG-53, también se adjudicó la urbanización del polígono 1 del Plan Parcial de Navia (Vigo), donde el Gobierno gallego pretende levantar 201 viviendas destinadas al alquiler social. El desarrollo de Navia es quizá la obra más importante en el regreso de la vivienda pública a Galicia tras más de una década de abandono. Una UTE de Dragados y Construcciones Ramírez se llevó el contrato por 13,1 millones.
La experiencia como cazacontratos avala a los de Florentino Pérez, que algún verano ha ejercido de invitado en Cedeira del periodista Bieito Rubido, sentándose a la mesa con Mariano Rajoy o Alberto Núñez Feijóo. En 2022, Dragados también se quedo el contrato para adecuar siete túneles de la AP-9 por 27,4 millones, en una licitación del Ministerio de Transportes.