Fernando Romero cede la mayoría accionarial en EiDF y Prosol, dueña del 44% del grupo

El expresidente de EiDF deja en manos de Rebeca Alonso, nombrada este jueves consejera de EiDF, la mayor parte de las acciones de Prosol, la sociedad con la que controló hasta ahora su participación en el grupo

Fernando Romero, presidente de EiDF, fue galardonado con el premio CEO of the year de Energy Box / EiDF

Fernando Romero, presidente de EiDF, fue galardonado con el premio CEO of the year de Energy Box / EiDF

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El paso a un lado de Fernando Romero en la cúpula de EiDF va más allá de la renuncia a la presidencia y al consejo de administración. El fundador de la compañía también ha dejado de ser el primer accionista tanto del grupo de renovables como de la sociedad que controla el 44% del capital de EiDF, Prosol Energía. Según explican fuentes de la empresa especializada en fotovoltaica, la principal accionista de la sociedad es actualmente Rebeca Alonso Abril, nombrada este jueves consejera de EiDF en sustitución de Romero y con un prolongado vínculo con el expresidente de la compañía. Las mismas fuentes no detallaron el porcentaje que controla cada uno en Prosol, si bien especificaron que el fundador del grupo con sede en Barro es actualmente el segundo accionista.

El movimiento no cambia la situación de EiDF respecto al pasado jueves, cuando el consejo de administración aceptó la renuncia del presidente y nombró como sustituto a Eduard Romeu, exvicepresidente económico del Fútbol Club Barcelona. En aquella reunión, Prosol se comprometió a ceder a Laurion los derechos de voto y asistencia vinculados a, aproximadamente, el 15% del capital de la compañía. De esta manera, el grupo con sede en Luxemburgo, propietario del 15,17% de las acciones, tendrá más peso en la toma de decisiones que el tándem formado por Romero y Alonso, que se quedará por debajo del 30%. Los otros dos grandes accionistas son Mass Investments (9,58%), de Alejando Alorda, y Memento Gestión (6,57%), propiedad de Julio Palmero Dutoit, que irrumpió en el capital con la adquisición de la comercializadora ODF Energía en 2022.

El baile de Prosol

Fernando Romero, según consta en el Registro Mercantil y en las comunicaciones de la propia EiDF, fue el accionista único de Prosol desde finales de 2019 hasta, al menos, enero de 2023, poco antes del choque con el auditor del grupo, PwC, que desencadenó la suspensión de cotización de las acciones y la crisis que fulminó más del 80% del valor en bolsa de la compañía. En aquel momento, Prosol controlaba el 72% del capital, que se redujo posteriormente con la venta a Laurion, un aliado en el peor momento que atravesó el grupo, de parte de sus títulos. La sociedad se mantiene como principal accionista de EiDF a la espera de la ampliación de capital de 15 millones anunciada este jueves y de la cesión del 15% de los derechos de voto.

Antes que Romero, también fue socia única de Prosol Rebeca Alonso, que se mantiene como una persona de la «máxima confianza» del expresidente, según aseguran en EiDF. En todo caso, el empresario conserva su condición de administrador único de Prosol, lo que lo convierte en representante del principal accionista del grupo gallego de renovables.

La mejora de EiDF

De esta manera, Fernando Romero se aparta sin dejar de estar. Renuncia a la presidencia, pero se mantiene como senior advisor de la compañía, lo que le otorga capacidad para participar en la toma de decisiones. No es el primer accionista, pero está respaldado por la persona que lo acompañó en su trayectoria. Cede un 15% de los derechos de voto al grupo que lo apoyó durante la crisis de EiDF y que encabezan Jordi Berini Suñé y Tiago Moreira, ambos con asiento en el consejo de administración.

Como explicó este medio, el empresario venía barajando su renuncia desde el año pasado, tras el derrumbe en el BME Growth por los desbarajustes contables, y era un paso que demandaban algunos accionistas. Fuentes empresariales señalan que la recuperación del balance del grupo, que en el primer semestre de este año presentó un fondo de maniobra de más de 20 millones y volvió a generar un ebitda positivo, facilitó la salida de Romero.

Los números de Prosol

A cierre del último ejercicio, Prosol contaba con unos activos de 31,7 millones y estaba en situación de quiebra técnica, con un patrimonio neto negativo de 412.000 euros. La sociedad, que presenta una memoria abreviada como pyme de un solo trabajador, careció de ingresos e incurrió en unos gastos de explotación de 1,4 millones, lo que llevó el resultado final a números rojos de 900.000 euros.

Según las cuentas presentadas en el Registro Mercantil y consultadas por este medio a través de Insight View, la sociedad tenía una deuda a largo plazo de 11,4 millones, de los que algo más de 8 millones correspondían a deuda bancaria. El pasivo a corto plazo ascendía a 19,3 millones.

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