La farmacéutica Indukern entra en pérdidas de 17 millones en plena construcción de su planta gallega
El grupo del monfortino José Díaz-Varela, que proyecta una planta de inyectables en su localidad natal, atribuye a la caída de los precios regulados y al descenso de ventas en el área de veterinaria el recorte del 3% en la cifra de negocio
El año que Indukern anunció una planta de inyectables en Monforte con una inversión de 33 millones no fue el mejor para los resultados financieros del grupo, que recortó ingresos y registró unas pérdidas considerables. La compañía del gallego José Luis Díaz-Varela, emigrante que hizo fortuna en el sector químico, cerró 2022 con pérdidas de 17,7 millones, en contraste con los beneficios de 26,7 millones logrados en el ejercicio anterior. Kern Pharma, la filial que desarrollará la fábrica gallega y que encabeza el área de salud humana, obtuvo un resultado negativo de 6,5 millones.
«Los resultados se han visto afectados por el impacto de la guerra de Ucrania y la prolongación del aumento de costes energéticos y de materias primas que ya había comenzado en 2021. También por la falta de suministro de muchas de ellas en productos clave. A pesar del impacto de estas variables, afortunadamente seguimos manteniendo una de nuestras principales fortalezas, la capacidad de venta, y esto nos ha permitido mitigar el impacto de estos factores y mejorar nuestros datos, especialmente durante el último trimestre», explica el grupo en su memoria de sostenibilidad.
Esta recuperación sería una buena noticia para la familia Díaz-Varela después de dos años repletos de números rojos. Las ganancias obtenidas en 2021 se debieron a la venta de la división química del grupo a la multinacional Ravago Group, ya que el resultado de explotación también fue negativo por valor de 13,7 millones. Sin embargo, el traspaso de un negocio que incluía filiales de Brasil, China, Colombia, Francia, México, Portugal y Suiza, le permitieron anotarse extraordinarios de 45,2 millones, revirtiendo las pérdidas de la actividad convencional.
Caída de ingresos
Los ingresos de Indukern fueron a la baja, con un retroceso de casi el 3%, hasta los 354,6 millones. La principal línea de negocio, la propiamente farmacéutica, se anotó un descenso similar, del 2,2%, debido a la diminución del precio regulado en los genéricos y las menores ventas a hospitales de biosimilares. También la división de veterinaria, que lidera Calier, experimentó una caída de facturación, en este caso del 5,6%, lastrada por un menor volumen de ventas en ganadería y avicultura. Kern Pharma y Calier representan la práctica totalidad del negocio de un grupo, que cuenta también con varias inmobiliarias, incluido un campo de golf en Sant Vicenç de Montalt (Barcelona). El 68% de los ingresos de la compañía se genera en España
«Se espera que la cifra de negocio mejore ligeramente respecto el ejercicio anterior en el negocio Human Pharma, con crecimientos en las unidades de venta de genéricos y OTC y en la expansión del negocio de exportación. Por otra parte, en el negocio Animal Health se prevé una evolución positiva de la facturación en el plan de Biológicos a nivel internacional así como una mejora de la rentabilidad», indica en su informe de gestión.
La deuda de Indukern se situaba a cierre de ejercicio en casi 80 millones, una disminución significativa respecto a los 97,7 millones de 2021. La venta a Ravago permitió amortizar anticipadamente 27,4 millones de la deuda sindicada que mantiene con diversas entidades financieras.
El profeta en su tierra
A pesar de la evolución negativa de los resultados, el grupo sigue mostrando un balance sólido, con 407 millones en activos y 180 millones en fondos propios. Tiene más de 1.400 empleados y presencia en 13 países, incluyendo filiales en México, Brasil, Argentina, República Dominicana, Polonia, Venezuela o Marruecos.
En marzo de este año, la familia Díaz-Varela obtuvo la licencia municipal para las obras de su planta de Monforte, declarada actuación prioritaria por la Xunta para acortar a la mitad los plazos de tramitación. El proyecto supone el regreso de José Luis Díaz-Varela a su tierra natal con una multinacional con sede en Barcelona y desprendida de su negocio original, el químico. El empresario vivió en A Coruña, emigró a Venezuela y retornó con una inversión millonaria a Monforte.