Eurobattery busca 2,5 millones en el mercado para abrir la mina de wolframio de A Gudiña
La minera sueca revela en su memoria anual su objetivo de reabrir en este 2025 la mina de wolframio de San Juan una vez complete con éxito una ampliación de capital para captar 2,5 millones
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Imagen de un grupo de operarios durante los trabajos de perforación en la mina de Eurobattery Minerals en Castriz (Santa Comba)
Eurobattery Minerals calienta motores para reabrir la mina de San Juan. La compañía sueca ha publicado los resultados de su ejercicio fiscal 2024, al cual ha dado carpetazo con unas pérdidas por valor de 27,3 millones de coronas suecas (unos 2,44 millones de euros al cambio actual) tras cerrar nuevamente con una sequía de ingresos.
La compañía tiene en su portfolio tres proyectos mineros que todavía se encuentran a la espera de ver la luz. Se trata del yacimiento finlandés de Hautalampi, que alberga reservas de cobre, cobalto y níquel y que está previsto que complete el proceso de evaluación ambiental este año; el denominado proyecto Corcel para extraer cobalto y níquel en Santa Comba; y la mina de San Juan, ubicada en el concello ourensano de A Gudiña, que la compañía quiere poner en marcha este mismo año.
La hoja de ruta en A Gudiña
En su balance del año 2024, Eurobattery Minerals apunta como uno de sus principales hitos la firma de una carta de intenciones para hacerse con una participación mayoritaria en la sociedad Tungsten San Juan. Sobre este movimiento, la firma apunta que «el proyecto tiene todas las licencias necesarias y los contratos vigentes para comenzar la producción, incluyendo un acuerdo de compra [del mineral extraído] con un productor austriaco líder en la producción de wolframio» y que forma parte del grupo sueco Sandvik.
A continuación, Eurobattery Minerals subraya que es necesaria una inversión de 2,5 millones de euros para «hacer posible el inicio de la producción en 2025». Sobre este punto, la compañía que capitanea Roberto García precisa que esta cantidad se captará mediante «una nueva emisión de acciones».
Eurobattery Minerals ya apuntó en una presentación anterior que el de San Juan es un yacimiento que «nunca ha sido operado». Alberga unas reservas probadas de 60.000 toneladas con un 1,3% de WO3 (trióxido de wolframio). «Según el plan de negocios, el proyecto generaría flujos de efectivo positivos dentro de los 12 meses posteriores a la finalización del primer tramo, con un período de recuperación de la inversión de 3,4 años», apuntaba la firma a través de un hecho relevante en el que estimaba en 10 meses el periodo necesario para la construcción de la planta de procesado.
«Se pretende que parte de los flujos de efectivo de cada año se recuperen en dividendos para los propietarios. El resto se reinvertirá en nuevos programas de perforación y desarrollo adicional con la ambición de aprovechar el potencial de valor agregado del proyecto, que Tungsten San Juan anticipa que será al menos 12 veces mayor que las reservas probadas reales», recalcaba Eurobattery Minerals.
Eurobattery pone deberes a la Unión Europea
En su presentación de resultados, Eurobattery pasa revista al estado de sus proyectos en Galicia y Suecia, pero pone deberes a la Unión Europea. «El entusiasmo inicial por la Ley Europea de Materias Primas Fundamentales se ha templado por la comprensión de que la transición verde es más compleja, costosa y llevará más tiempo de lo esperado», lamenta la firma.
«Esto se ha reflejado en varios proyectos pospuestos y retrasados y problemas para algunos proyectos estrella en Europa», censuran desde Eurobattery. Sobre este punto, la compañía contrapone las «agresivas inversiones» que se están llevando a cabo en Estados Unidos y Japón con una Europa que se está quedando «rezagada».
«La cuestión de por qué a Europa le cuesta atraer inversiones mineras es crítica, especialmente cuando luchamos por ser autosuficientes en metales y minerales. Yo creo personalmente que Europa debería priorizar incentivos para la minería responsable (como garantías, beneficios fiscales y acceso a financiación para compañías que se adhieran a estándares sociales y ambientales estrictos», defiende Roberto García, que clama contra la lenta concesión de permisos en el Viejo Continente.
«Las empresas mineras se enfrentan en Europa a un tsunami virtual de regulaciones y de informes requeridos, lo que complica el negocio minero. Necesitamos simplificar cosas o los inversores se irán a otros lugares», defiende el CEO de Eurobattery Minerals.