Eólica marina y renovables copan Langosteira y atraen toda una cadena de valor

Los parques de eólica marina son todavía un proyecto de ejecución indeterminada en las costas españolas. Con los POEM (Planes de Ordenación del Espacio Marítimo) ya aprobados, resta todavía que el Gobierno dé luz verde a las bases regulatorias que definirán qué propuestas podrán optar a los futuros concursos. La hoja de ruta marcada preveía que las subastas comenzasen a finales de año, aunque en estos momentos, esa pretensión parece poco realista dado, al margen de los tiempos administrativos, la fuerte contestación del sector pesquero. Pero, en cualquier caso, lo que sí es una realidad es el boom de la industria offshore de fabricación y ensamblaje de componentes. Uno de los ejemplos más claros de esta nueva apuesta está en Punta Langosteira, en A Coruña. El espacio reservado en el puerto exterior para empresas de componentes offshore así como para proyectos de nuevas energías renovables, de hidrógeno a amoniaco, copan la mayor parte del espacio disponible.

Se ve a las claras en la proyección expuesta por la Autoridad Portuaria de A Coruña en la reciente conferencia Transformación Disruptiva de la Energía, celebrada en la Facultad de Economía e Empresa de la UDC. Solo el espacio reservado para las compañías ligadas a la construcción offshore suma 97,3 hectáreas. Para hacerse una idea de su envergadura, la ampliación de la terminal del gigante Repsol en Langosteira ronda las 30 hectáreas. El solicitado por Armonia Green, el vehículo a través del que Ignis pretende poner en marcha un proyecto de amoniaco verde en el puerto coruñés, no alcanza las 10 hectáreas de superficie de concesión.

La Autoridad Portuaria coruñesa recibió solicitudes de concesión de espacio de hasta nueve grandes empresas distintas, que llevarán adelante labores relacionadas con la construcción y montaje de componentes para parques offshore. Un hecho este que es tenido en cuenta por los promotores de los proyectos que tratarán de materializarse en las costas españolas, que ya destacan en la documentación presentada ante el Ministerio de Transición Ecológica las bondades del puerto coruñés como zona para el montaje de sus parques. De las nueva compañías que solicitaron espacio en Langosteira, se conoce el nombre de ocho. Se trata de Ferrovial, Cobra, Navantia, Acciona, la vasca Saitec, Esteyco, Amper y Gri Renewable.

A su vez estas empresas conformarán una nueva cadena de valor centrada alrededor de las construcciones y ensamblajes offshore. De hecho, la documentación expuesta por la Autoridad Portuaria de A Coruña destaca hasta 25 empresas más de la provincia coruñesa que podrían tener oportunidades de negocio ligados a estos proyectos. Al margen de Navantia y Nervión (del grupo Amper), destaca Windar con filial en Fene, Garlo, Sertosa, Pérez Torres Marítima, TMGA, Carral, General de Hormigones, grupo Nogar, Horta Coslada, Grúas Eiriz, Arigal, Wind 1000, GD Es Wind, la dueña de las ITV gallegas, Applus, Prometal, Mecanizados Acebron, Intaf y Cementos Tudela Vegín.

En conjunto, más de una veintena de empresas diseminadas por la provincia coruñesa y dentro de las redes de conexión que se están dibujando en esta nueva etapa, al calor de los proyectos energéticos, uniendo As Pontes con el Puerto Exterior de A Coruña y Meirama y el entorno de Compostela.