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El CEO de Altri: «La política se la dejamos a los políticos; nuestro proyecto en Palas es sostenible»
José Soares de Pina defiende que el grupo luso invertirá cuatro veces más, hasta los 80 millones, en los procesos de depuración de agua en Palas que en sus fábricas lusas, a la vez que asegura que no se puede pensar en un negocio basado en la celulosa en términos "de hace cincuenta o sesenta años"
José Soares de Pina, el CEO de Altri, apenas se prodiga en los medios de comunicación acerca del proyecto del grupo pastero que preside para levantar en Palas de Rei una factoría de fibra textil con una inversión que, solo en la primera fase, rondará los 900 millones de euros. El ejecutivo es consciente de que en la comunidad gallega existen muchas voces en contra, desde partidos políticos, principalmente el BNG, a colectivos ambientalistas y patrimonialistas y sindicatos. También a favor, desde la Xunta, que bendijo la propuesta a través de la sociedad Impulsa, y la patronal, fundamentalmente la ligada al sector forestal.
En una breve conversación mantenida con medios en Vila Velha de Rodao, donde el grupo pastero cuenta con una planta de producción de pasta de papel de 250.000 toneladas al año, el ejecutivo asegura que su propuesta para Galicia es sostenible y pionera. Asegura que es consciente que el término celulosa puede asustar a aquellas personas que hayan estado afectadas en el pasado, pero la tecnología actual, insiste, ha cambiado mucho y es respetuosa por el medio. Su intención, llegar a una entente con una comunidad, la lucense, en la que asegura que generará negocio y valor añadido.
Los excedentes de eucalipto de Galicia
De Pina trata de escapar de la «politización» del proyecto y calmar las aguas, algo no solo es fundamental para la convivencia sino para otorgar tranquilidad a los inversores.
«Estamos hablando de un proyecto único a nivel mundial, que combina y cierra el ciclo desde la madera hasta la fibra textil, una que es la considerada hoy en día como más sostenible en el mundo dentro del sector», expone el ejecutivo, que ironiza sobre algunas voces críticas, que se preguntan por qué acude a Galicia a desarrollar este proyecto y no en Portugal, donde cuentan con varias unidades productivas. «Este proyecto se hace donde está la materia prima. Si no tuviéramos esto en cuenta podríamos hacerlo en cualquier otra parte del mundo, también en Portugal. Pero en Galicia existe la materia prima y, además, sabemos que existe un excedente de madera gallega, un 50% que se va al exterior y que es transformada fuera. Esto no es algo deseable para una economía desarrollada, en donde lo ideal es transformar la materia prima, que esta genere valor y se integre dentro de las cadenas de valor, de forma que tenga un impacto significativo a nivel de generación económica», expone, en referencia al consumo de eucalipto, necesario para generar la pasta soluble (celulosa) que luego se empleará para crear la fibra textil, el lyocell.
Soares de Pina insiste, al contrario de lo que defienden muchos colectivos críticos que han presentado alegaciones contra los permisos ambientales de proyecto, en que no favorecerá la «eucaliptización» de Galicia. «Hemos realizado un estudio muy profundo para determinar cuál es la disponibilidad de madera existente en la comunidad», dice, para aseverar que «en Galicia no se está cortando incluso parte de la madera que está creciendo«. «Y de la que se corta, como digo, la mitad se exporta fuera… Hemos analizado todo esto con mucho cuidado, porque si nos decidimos a hacer una inversión de esta magnitud en Galicia debemos tener un grado de certidumbre muy grande, al margen de que esto también es lo que demandan nuestros socios, ya sean inversores o bancos», aclara.
Fibra textil o macrocelulosa
A Altri otra de las críticas que se le achaca, por ejemplo por parte del BNG, primer grupo de la oposición en Galicia, es la de no estar promoviendo una fábrica de fibras textiles sino una «macrocelulosa». El Estudio de Impacto Ambiental del proyecto indica que el objeto de negocio de Gama será la puesta en marcha de una fábrica de fibra textil a base de celulosa con una capacidad final de producción de 400.000 toneladas al año y 200.000 de lyocell. Soares de Pina rechaza esta crítica e incluso se sorprende de la misma ya que indica que «la fibra textil no existe por sí misma, sino que se obtiene de la transformación de la madera».
«Es cierto que la palabra celulosa tiene una mala reputación ya que casi todo el mundo sabe sus orígenes, pero ahora estamos hablando de una industria del siglo XXI, no podemos estar pensando con una clave de hace 50 o 60 años. Este es un proyecto completamente distinto, con tecnologías punteras completamente distintas. Nosotros la política de la dejamos a los políticos; nuestro objetivo es desarrollar un proyecto sostenible y que va a agregar valor no solo al territorio, sino a todo su entorno y al ecosistema industrial de Galicia», reitera, a la vez que insiste en que la gestión del agua y su uso y devolución al río Ulla (ha solicitado un permiso para una captación de un máximo de 46.000 metros cúbicos al día) será completamente escrupulosa. «Hemos sido pioneros hoy en día en la introducción de tecnologías que hacen no solo que el agua sea depurada sino que tenga un nivel de calidad extraordinaria«, asegura.
Cuidar el agua
Comenta el primer ejecutivo de Altri que ese proceso de depuración y devolución de aguas al río también lo llevan a cabo en Portugal en sus plantas de Celbi y de Biotek. «Este tipo de inversión suele rondar un presupuesto de entre 15 y 20 millones de euros», dice, para comparar la inversión en Palas. «En Galicia estamos hablando de una inversión para una unidad de producción que será más o menos, en su fase inicial, del tamaño de la planta de Biotek, de 80 millones de euros. Esto es porque el grado de exigencia va más allá y porque queremos recircular ese agua», indica.
«El agua, y esto es algo que me gustaría aclarar, no se está consumiendo, se está utilizando. Lo que se recoge del río se va a devolver al río. Puede haber, claro, alguna pérdida por evaporación, pero, esencialmente, la cantidad se está retornando al río con una depuración industrial», añade, a la vez que insiste en que la cantidad de agua que finalmente se usará será mucho menor de los 46.000 metros cúbicos diarios solicitados. «Cuando hacemos una vivienda la hacemos con cocinas, baños y todo lo demás, pero no tenemos todos los grifos abiertos al mismo tiempo, aunque hay que tener agua para hacerlo», ejemplifica.
Hacer comunidad en Lugo
Así, en medio de un clima con bandos casi enfrentados a respecto del impacto que generará la planta de fibras textiles de Altri en la comunidad, el CEO de la compañía indica que su prioridad está en alcanzar un entendimiento. «En todas las regiones en las que tenemos actividades profesionales estamos involucrados en el entorno. Para nosotros es una de las bases de nuestro trabajo. Si no hay esa confianza, eso no es bueno y tampoco da confianza a los inversores y a los agentes económicos para avanzar en un proyecto como este«, reflexiona.
«Lo tenemos claro, queremos presentar un proyecto que genera valor, que cumple e incluso va más allá de las normativas existentes y que tendrá una vida de 60 o 70 años en la que beneficiará a la comunidad», zanja.
Un comentario en “El CEO de Altri: «La política se la dejamos a los políticos; nuestro proyecto en Palas es sostenible»”
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Claro que sí, qué va a decir Ud?. Por cierto Ence no se podía trasladar a otro emplazamiento salvo al Miño ó al Sil, en ambos casos por su caudal. El Ulla ni se aproxima a sus caudales (en el curso alto ni de lejos). ¿de esto qué?. ALTRI NON.