Los negocios de Elsa Urquijo, la arquitecta de Amancio Ortega: casi seis millones en activos y discretos beneficios

Igual que Trison, Caamaño o Cándido Hermida, Elsa Urquijo se ha convertido, con el paso de las décadas, en una gran proveedora del ecosistema que rodea a Amancio Ortega, de Inditex a Pontegadea y su fundación. Ella es la arquitecta de cabecera del veterano empresario, de su mujer, Flora Pérez Marcote, y de su hija Marta. A la sombra de la multinacional textil ha levantado un pequeño imperio que mueve más de 5,7 millones de euros en activos y que anualmente arroja unos discretos beneficios (si se comparan con las cifras que mueven el resto de protagonistas del universo Zara).

El estudio de Elsa Urquijo ha asumido el diseño de muchas de las tiendas de referencia de Inditex en el mundo. En los últimos años se ha encargado del nuevo concepto de imagen y tienda de Zara Home en A Coruña, así como flagships de la marca estrella del grupo en Zurich, Hong Kong, Viena, Berlín, Londres, Nueva York y en España, con los establecimientos de Zara, entre otros, en la madrileña calle Serrano y en Gran Vía.

Trabajo para la obra social de los Ortega

Si bien su estudio también se encargó de diseñar la sede de Sociedad Textil Lonia en Ourense, la compañía pilotada por Jesús Domínguez y sus hermanos –que explota las marcas Carolina Herrera y Purificación García–, su gran cliente sin lugar a dudas es la familia Ortega. Suyo es el diseño de las siete residencias de mayores que la Fundación Amancio Ortega construye para la Xunta de Galicia así como el gran centro social de Padre Rubinos en A Coruña o las instalaciones de Proyecto Hombre en Compostela, también costeadas por la obra benéfica del fundador de Inditex.

Persona de la confianza de Flora Pérez, hoy en día presidenta de la Fundación Amancio Ortega, y de Marta Ortega, el sello de su estudio también marca al Centro MOP, la entidad sin ánimo de lucro de difusión cultural puesta en marcha por la presidenta de Inditex que cuenta en los muelles urbanos del Puerto de A Coruña con una impresionante nave. Unos silos recuperados y convertidos en un espacio expositivo en el centro de la ciudad que han acogido ya retrospectivas de fotógrafos como Peter Lindbergh, Steven Meisel y Helmut Newton.

La arquitecta cuenta con dos sociedades domiciliadas en A Coruña desde las que desarrolla su trabajo con una plantilla que suma cerca de una treintena de personas. Se trata del estudio Elsa Urquijo Arquitectos y Elan Cour, empresa con la que desarrolla trabajos de interiorismo, siendo su objeto social “el comercio menor de objetos de decoración”.

El estudio de Urquijo

Con cerca de 20 personas en plantilla, el pasado año, según revelan las cuentas remitidas al Registro Mercantil, el estudio de arquitectura cerró el ejercicio con unos activos que se elevaron de los 2,6 a los 2,7 millones de euros y con un patrimonio neto de 2,45 millones. Con una cifra de negocios que se estiró casi un 6%, hasta los 1,8 millones de euros, el resultado de explotación de la compañía no llega a los 90.000 euros, mientras que las ganancias netas se quedaron en 73.000 euros, sobre los 61.000 del año anterior.

Prácticamente sin deuda, la mayor partida de gasto de la sociedad es la ligada a la de personal, con 866.000 euros. Los gastos de explotación se redujeron el pasado ejercicio de 580.000 a 380.000 euros. Urquijo percibió un sueldo de cerca de 20.000 en concepto de administradora de la sociedad.

Negocio de decoración

Según los datos obtenidos a través de la solución analítica avanzada Insight View, Elan Cour presentaba, en diciembre de 2023, unos activos de cerca de tres millones de euros, así como un patrimonio neto de 2,53 millones.

En este caso, la cifra de negocios de la compañía cayó un 48%, de 2,7 a 1,4 millones de euros. Se trata de un retroceso notable, teniendo en cuenta que en 2021 también se anotó una facturación de 2,8 millones de euros. Ese ejercicio contabilizó unas ganancias de 230.000 euros, que cayeron hasta los 38.000 euros en 2022 y que remontaron levemente a los 62.000 euros en 2023.

Con una plantilla que ronda la decena de personas, los gastos de personal se incrementaron de los 279.000 a los 333.000 euros, aunque los aprovisionamientos menguaron en un año de dos millones a 637.000 euros lo que ayudó a enderezar la cuenta de resultados.