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El presidente de Fegein, sobre la vivienda turística: “Todo el mundo no puede pagar un hotel de 5 estrellas”
Benito Iglesias, presidente de la patronal inmobiliaria Fegein, se opone a posiciones como la del presidente de Hotusa o el Ayuntamiento de Santiago y advierte que los vetos a la vivienda turística encarecerán los hoteles sin solucionar el problema del alquiler
El debate sobre la gestión del turismo sube de volumen con el verano. La relación entre el alquiler vacacional y el acceso a la vivienda, la implantación de nuevas tasas o la limitación de los pisos turísticos se han situado en primer plano del debate político coincidiendo con la llegada de miles de visitantes a Galicia. Las iniciativas del Gobierno de Goretti Sanmartín en Santiago, primero para limitar la proliferación de viviendas turísticas y ahora con la propuesta de una ley autonómica para regular la implantación de tasas al turismo, se han sumado a los mensajes del Gobierno central llamando a poner coto a los pisos turísticos.
En la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias sostienen, sin embargo, que los vetos a esta forma de arrendamiento no traerán nada bueno. «Prohibir las viviendas vacacionales no es una solución. La mayoría de los propietarios las dejaran vacías o las derivarán al alquiler por habitaciones, o directamente al circuito de comercialización en compraventa», dice la organización, advirtiendo que el principal problema es la inseguridad jurídica del arrendamiento tradicional. «La Ley de vivienda estatal está produciendo una fuga masiva del alquiler residencial a otras formas de comercialización«, añaden.
Encarecerá los hoteles
El presidente de Fegein, Benito Iglesias, es claro: «Todo el mundo no puede pagar un hotel de 5 estrellas en sus vacaciones», advierte el empresario, que se distancia de la posición que mantiene, por ejemplo, Amancio López. El presidente de Hotusa y promotor del Foro La Toja envió un vídeo a los medios en el que defendía que las viviendas de uso turístico son un «disparate» y amenazan con «expulsar incluso a la propia población, que no puede pagar unos precios determinados (por la vivienda) y no puede acceder a una oferta cada vez menos existente». Consideraba la proliferación de este modelo como impedimento para un turismo «de calidad».
Iglesias, lejos de esta postura, sostiene que la eliminación de las viviendas turísticas solo conllevaría un «incremento de precio» de las camas hoteleras y cree que la verdadera cuestión de fondo radica en por qué los visitantes prefieren este tipo de alojamiento al tradicional de los hoteles y en por qué los propietarios eligen colocar sus inmuebles en este mercado y no en el del alquiler.
«La prohibición de las viviendas vacacionales tendrá efectos colaterales negativos, como el incremento de precios en el turismo interno y extranjero, encareciendo las pernoctaciones. A menos oferta más incremento de los precios por una demanda que no para de crecer. Por tanto, este tipo de medidas agravan aun más los problemas existentes», asegura el empresario.
No es el fraude, es la inseguridad jurídica
En relación a las medidas anunciadas este miércoles por el Gobierno para establecer nuevos requisitos al alquiler por temporada en el marco del registro de pisos turísticos, Fegein señala su disposición a valorar las medidas que preserven esta modalidad de arrendamiento y lo hagan «más transparente y con más seguridad jurídica». «El alquiler de temporada es para eso, como en casos de movilidad laboral o estudiantes en curso lectivo. No para otros usos indebidos como un alquiler residencial encubierto o uso vacacional», recuerda el presidente de la entidad.
Iglesias añade que la regulación de las viviendas de uso turístico corresponde a las comunidades autónomas y ayuntamientos y aconseja «una regulación equilibrada que vaya a la raíz del problema, la falta de oferta de vivienda en alquiler a precio asequible». «El incremento de este tipo de arrendamientos se debe a la inseguridad jurídica provocada por la Ley de Vivienda, que ha originado una drástica reducción del alquiler residencial. No hay un problema de fraude con el alquiler temporal, sino de inseguridad y sobrerregulación a la hora de firmar un contrato de alquiler, lo que está provocando el trasvase hacia la vivienda vacacional», concluye.