El plan de Cándido Hermida, el carpintero de Inditex, para salir a flote y rozar los 65 millones en ventas
Industrias Cándido Hermida y Cándido Hermida Constructora, dos de las grandes sociedades del histórico proveedor de Inditex, cerraron 2022 con pérdidas millonarias, aunque el grupo sostiene que su recuperación llegará el año que viene con un incremento de ingresos
Cándido Hermida, histórico proveedor de Inditex que se hizo grande gracias a sus trabajos de carpintería, se reinventa con las esperanzas puestas en el próximo año. Las cuentas consolidadas del grupo con sede en Narón aún no están disponibles en el Registro Mercantil, pero del resultado de sus principales filiales se desprende que el ejercicio de la inflación no fue sencillo para la compañía, que cuenta, eso sí, con un plan de negocio actualizado en el que prevé un aumento de la facturación a partir de 2024. Si se cumplen sus previsiones, el año que viene alcanzará los 64,1 millones de euros en ventas y logrará un resultado después de impuestos, de nuevo, en positivo.
Con domicilio en el polígono industrial de Río do Pozo, en Narón, Grupo Cándido Hermida SL es la sociedad dominante de un conglomerado conformado por sociedades que aglutinan distintas áreas de negocio. Estas son Industrias Cándido Hermida, Cándido Hermida Constructora, Inaval (dedicada a la carpintería metálica), Cándido Hermida USA Inc (que concentra el negocio en Estados Unidos) y Timbersoul by Cándido Hermida, la filial más joven dedicada a la fabricación y comercialización de sistemas estructurales de madera.
Consultadas por Economía Digital Galicia, las cuentas individuales de la sociedad cabecera del grupo revelan que dos de sus mayores participadas, Industrias Cándido Hermida y Cándido Hermida Constructora, finalizaron el pasado ejercicio en números rojos de 4,6 millones de euros la primera y algo más de un millón la segunda. Inaval y la filial en suelo estadounidense cerraron con un resultado en positivo de 36.000 y 500.000 euros respectivamente.
Buena marcha en Estados Unidos y el naval
En la memoria de la compañía, los administradores de la misma vaticinan un aumento de las ventas que se producirá en el ejercicio 2024. Así, en lo que tiene que ver con el área de negocio de mobiliario, “se espera una disminución en el ejercicio 2023 de un 6,2% con respecto al anterior ejercicio, si bien se estima una recuperación para 2024 situándose en niveles de 2022, lo que supondría una recuperación de un 13,3%”. Igualmente, la compañía apunta a una bajada este ejercicio de un 24,6% en la cifra de negocio que alcanzará la división de trabajos para el naval que continuará en 2024.
No ocurriría lo mismo, no obstante, con la división de proyectos singulares del naval y con la de construcción. Con la primera “prevé la ejecución de varios proyectos en 2023 y 2024, finalizando el proyecto de Freire en este este ejercicio y retomando la actividad en el proyecto para Rosselinni”. En la segunda área contempla “un tasa de crecimiento de los ingresos del 6,6% para el periodo 2023-2024, en base a la entrada de nuevos proyectos relevantes en construcción”. Además, sostiene que el negocio recurrente se mantendrá en Estados Unidos, aumentando un 10% con respecto a este año.
Vuelta al negro
De esta forma, las hipótesis del grupo estiman que este 2023 lo finalizará con unas ventas de 63,8 millones de euros y un ebitda positivo de 931.000 euros. De cumplirse sus previsiones, el resultado neto se mantendrá en unos números rojos de 711.000 euros. Sería el próximo año, 2024, cuando, de cumplirse su plan de negocio, alcanzaría los 64,13 millones de euros de facturación, con un beneficio antes de impuestos, tasas, depreciaciones y amortizaciones de 1,7 millones y un resultado positivo que se acercaría a los 200.000 euros.
A falta de conocer los resultados consolidados del pasado año, el balance de la mayor sociedad del grupo, Industrias Cándido Hermida, aporta una fotografía aproximada de las dificultades de 2022. La cifra de negocio de esa sociedad se incrementó un notable 47%, hasta los 58,83 millones de euros. Pero, al igual que las ventas, también se dispararon sus números rojos.
De un negativo de 759.000 euros en 2021, pasó a unas pérdidas netas de 4,6 millones de euros, por encima de las contempladas en el plan estratégico del grupo. “El motivo principal de la obtención de las mismas es el incremento de los costes, derivado de la inflación y la guerra en Ucrania”, apuntan los administradores de la firma.