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El nuevo dueño de una empresa del naval de Vigo despide por Whatsapp a 77 trabajadores
La nueva dirección de Soling Instalaciones ha comunicado la puesta en marcha de un ERE a sus 77 trabajadores a través de un mensaje a sus teléfonos móviles
Cisma en Soling Instalaciones. La nueva dirección de la auxiliar del naval vigués ha comunicado a sus trabajadores un expediente de regulación de empleo (ERE) por WhatsApp, después de que los empleados de la compañía estuviesen 15 días en casa con un permiso retribuido.
Así lo han asegurado fuentes sindicales a la agencia Europa Press. Según los representantes de los trabajadores, los 77 empleados de la compañía recibieron a principios de febrero un permiso retribuido de 15 días y sin das más explicaciones sobre su futura actividad. El objetivo era dar tiempo a la nueva dirección para organizar la empresa.
Este permiso terminaba el lunes, día 26, por lo que el domingo a la tarde, los tres delegados sindicales de la empresa, todos ellos de la CIG, recibieron un mensaje en el que se les informaba de la intención de comenzar un ERE extintivo y que, para más información, llamasen a un número de teléfono de un despacho de abogados que aparecía en dicho Whatsapp.
«Un cachondeo absoluto»
En concreto, la notificación indicaba que debido a la situación actual de la empresa, la dirección se había visto obligada a iniciar los trámites de un ERE. «Lamentamos profundamente las molestias que esta situación pueda ocasionarles y agradecemos su comprensión y colaboración durante este proceso», añadía, asegurando que el objetivo era reestructurar la empresa y «minimizar en la medida de lo posible el impacto» de esta medida.
«Es un cachondeo absoluto sin sentido», ha criticado el secretario comarcal de Industria de la CIG, Xulio Fernández, quien ha solicitado a la compañía que, si quiere iniciar un ERE, que lo haga a través de los trámites que exige la legislación vigente, sentándose a negociar con los delegados del personal. A su juicio, se trata de una «venta fraudulenta» con el objetivo de cerrar la empresa «de cualquier forma». Pese a todo, los trabajadores acuden cada día a la sede de la empresa, aunque las instalaciones están cerradas y las cerraduras han sido cambiadas.
Fernández ha dicho que, hasta la venta, los empleados de Soling trabajaban en las instalaciones del astillero Armón en Vigo, así como en Gijón y en el País Vasco. Sin embargo, los desplazados fueron avisados de que tenían que volver, ya que se dejó de abonar los alquileres de los pisos en los que vivían.
Los trabajadores han lamentado el desconocimiento sobre la venta y la situación en la que se encuentra la compañía, aunque el anterior dueño sí reconoció ciertos problemas, que supuestamente se resolverían antes de Semana Santa. «Nuestra sorpresa fue que se presentó en las instalaciones una persona diciendo que era el nuevo propietario, y que nos mandaba 15 días para casa», indicaron en su día los operarios.
Ante estos hechos, se han puesto en contacto con Inspección de Trabajo para darle a conocer los hechos. Además, han indicado que las nóminas del mes de enero todavía no han sido abonadas.