El frenazo inversor de Repsol por los impuestos del Gobierno salpica a Amancio Ortega
Dos de los proyectos que la petrolera decidió meter en el congelador tienen como socio a Enagás, una de las participadas del fundador de Inditex
Amancio Ortega y Repsol tienen una relación directa en muchos ámbitos. El más notorio son los proyectos de renovables en los que son socios, el parque eólico Delta, de 335 megavatios, y el fotovoltaico Kappa, de 126 megavatios. Pontegadea, la patrimonial del empresario, invirtió 272 millones para hacerse con el 49% de ambos desarrollos. Igualmente, Inditex comparte espacios con la petrolera con refinería en A Coruña, como el consorcio de inteligencia artificial IndesIA, al que la multinacional gallega se incorporó el año pasado y que preside Repsol.
Pero Ortega y la compañía de Josu Jon Imaz también mantienen una relación indirecta a través de Enagás Renovable, la filial verde del gestor de infraestructuras gasistas para el desarrollo de plantas de hidrógeno y de biometano, como la que proyecta en Lugo en alianza con la valenciana Genia. El proceso de diversificación de inversiones emprendido por Pontegadea en los últimos años la llevó a aliarse con Repsol en renovables y también a adquirir el 5% de la filial de Enagás.
Desde que inició su actividad en 2019, Enagás Renovable ha tejido múltiples alianzas para desarrollar proyectos, con socios ilustres como Naturgy, Cepsa, Acciona, Fertiberia o la propia Genia. Y, claro, también con Repsol. Ahora, la decisión de la petrolera de meter en la nevera varias de sus inversiones en el área del hidrógeno verde como respuesta a la política fiscal del Gobierno ha golpeado de lleno a los dos proyectos que comparte con la participada de Amancio Ortega.
Repsol, Enagás y 530 millones de inversión
Azorado por el acuerdo de PSOE y Sumar para tratar de formar Gobierno, el consejero delegado de Repsol advirtió en la presentación de resultados de la compañía que la inestabilidad regulatoria condicionaba los proyectos de la compañía en España, hasta el punto de hacer que se los replantee. Pensaba Josu Jon Imaz en la consolidación del impuesto extraordinario a las energéticas que se aplicó en la última legislatura como una medida temporal. Para el grupo, el gravamen que quieren prolongar las formaciones lideradas por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz castiga a las empresas «que garantizan la independencia energética» del país y favorece «a los importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España»
La amenaza tomó forma en los días siguientes con la congelación de inversiones de 1.500 millones en proyectos renovables, entre los que no estaban los que tramita conjuntamente con Naturgy y Reganosa en Galicia, pero sí dos en los que formó alianza con Enagás Renovable. Uno de ellos se ubica en Tarragona y pretende ser la mayor planta de hidrógeno verde de España. Además de Enagás, son socios del proyecto la química Iqoxe y el fabricante de gases Messer. Entre todos planificaron una instalación de 150 megavatios que fue seleccionada para recibir fondos europeos del Innovation Fund y que se emplaza como una de las joyas del valle del hidrógeno de Tarragona. La inversión total rondaría los 320 millones.
La otra incursión conjunta de Repsol y Enagás Renovable fue más al sur, en Cartagena. Con Engie como compañero de viaje, las compañías proyectaron una planta de hidrógeno de 215 millones y 100 megavatios. Esta inversión contribuiría a la reconversión de la propia refinería de Repsol en Cartagena y también está seleccionada para la percepción de fondos europeos. Tanto en Cartagena como en Tarragona, Repsol ha puesto en revisión la inversión ante el pacto entre PSOE y Sumar y la sobrecarga fiscal que le podría acarrear.