EiDF reconoce dificultades para pagar a proveedores y avanza un plan para generar caja y más fondos propios

La compañía, que ha multiplicado sus pérdidas por ocho en el último año, avanza la capitalización de más préstamos participativos en 2024 y un "plan financiero" para generar 24 millones de tesorería

Fernando Romero, máximo accionista EiDF, durante su intervención en el estreno de la compañía en el MAB

Fernando Romero, máximo accionista EiDF, durante su intervención en el estreno de la compañía en el MAB

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EiDF desvela sus números el 2023. La empresa que preside Fernando Romero hizo públicas a primera hora de este jueves (apenas una hora de que diese arranque la sesión en bolsa y venciese el plazo máximo para realizar este movimiento) sus cuentas del año pasado. La firma cerró su segundo ejercicio consecutivo en pérdidas, después de que estas se multiplicasen por ocho y escalasen desde los 4,15 millones de euros registrados en 2022 hasta los 32,3 millones el año pasado.

La firma da cuenta de unos «ingresos totales consolidados» por valor de 220,2 millones en 2023 que se quedan un 37,8% por debajo de los 369,9 millones de euros en los que los situaba tras la reformulación de sus cuentas anuales en 2022. EiDF, que reivindica que su ebitda ajustado se elevó hasta los 25,2 millones en 2023, sufrió este frenazo en su cuenta de resultados en un 2023 marcado por una suspensión en bolsa entre los meses de abril y agosto ante la cual ha tenido que aplicar un plan de choque.

Las estrecheces de EiDF

Este ha girado en torno a dos ejes. Por un lado está la potenciación de la gobernanza del grupo con la remodelación de su consejo de administración y el nombramiento de Joan Gelonch como nuevo consejero delegado. Por otro están las medidas encaminadas a obtener fondos con los que amortizar pagarés y recortar deuda. En esta línea se enmarcan operaciones como la venta de una cartera de 89 megavatios de autoconsumo a Finlight (filial de Brookfield) o la alianza con Atitlan para cederle la mayoría accionarial en casi una treintena de instalaciones fotovoltaicas de 81 megavatios de potencia.

Estos fondos, además de ir encaminadas a estabilizar la situación financiera de la compañía, han dotado a EiDF de liquidez para hacer frente al pago de proveedores. Y es que la propia firma reconoce en su memoria anual que ha tenido «dificultad para atender pagos a proveedores y acreedores». En el documento también subraya la «necesidad de la puesta en venta de determinados activos no corrientes para poder obtener liquidez, los cuales se han clasificado como activos no corrientes mantenidos para la venta».

Estos factores, unidos a la «disminución del crédito disponible en muchas entidades financieras» o el «incumplimiento de ratios (covenants) ligados a determinadas deudas» son, a juicio de EiDF, indicadores que pueden afectar al principio de empresa en funcionamiento. Sin embargo, desde la compañía apuntan a renglón seguido en su memoria anual la batería de medidas previstas para 2024 para tratar de enderezar el rumbo.

La hoja de ruta de EiDF

En primer lugar se encuentra la conversión en capital de los préstamos participativos suscritos a lo largo de 2023 y que supondrán una inyección de 34 millones en el patrimonio neto de la firma. En este sentido, la compañía se marca como objetivo la «obtención de nuevos préstamos participativos convertibles en el 2024» para reforzar su posición financiera. A estos movimientos se suma la «obtención de dispensas temporales de cumplimiento de ratios (waivers) para determinados pasivos, obtenidos antes del cierre del ejercicio 2023″ y la ejecución del plan financiero.

En este último se contemplan cobros por valor de 19 millones por cobros asociados a los EPC (contratos relacionados con la construcción de infraestructuras) firmados con Atitlan por el denominado proyecto Kakuru y con Finlight. EiDF se marca como objetivo percibir otros 15 millones por la «obtención y ejecución de nuevas obras de EPC con terceros», así como otros 21 millones de euros por «la venta de instalaciones de autoconsumo y la ejecución de obra posterior para su finalización y puesta en marcha de aquellas instalaciones que no están en funcionamiento».

Estas son algunas de las principales actuaciones de un plan financiero con el que EiDF espera poder generar una tesorería positiva neta por valor de unos 24 millones en los próximos 12 meses desde la formulación. El objetivo es garantizar la liquidez para poder abordar sus operaciones y poder ejecutar la construcción de los proyectos que tiene en cartera. La compañía, cuya ratio de apalancamiento (deuda neta entre ebitda) se situó en 2,5 veces al cierre de 2023, ha disparado el periodo medio de pago a proveedores.

Este se ha elevado desde los 39 días en 2022 hasta los 71 días en 2023. EiDF ha abonado 64,4 millones de euros a sus proveedores y tiene pendientes de pago otros 12,5 millones de euros. La firma encara bajo este escenario una cartera de proyectos de más de 2,5 gigavatios de potencia de los cuales 913 megavatios se encuentran en estado de ready to build (RTB) y 1,5 gigavatios en desarrollo temprano, mientras que los 138 megavatios restantes están en desarrollo avanzado.

De la generación y el autoconsumo a la comercialización

Las cuentas anuales consolidadas de EiDF cuentan con la firma de siete de los nueve integrantes de su consejo de administración. En la documentación remitida al BME Growth no figura la firma de Susana Olcina ni la de Enrique Pérez-Hernández Ruiz Falcó, ambos consejeros independientes que se incorporaron a la compañía entre diciembre de 2023 y enero de 2024.

La compañía revela que a lo largo del año pasado y el arranque de este 2024 «se ha trabajado activamente sobre la estructura de pasivos de la empresa, deudas y su vencimiento». Además, la firma reivindica la diversificación de sus ingresos, de modo que el 71% procedente de las áreas de autoconsumo y generación y el 29% restantes de un segmento de comercialización en el que desembarcó con las compras de ODF y Nagini.

En el ámbito de la generación, la empresa cuenta con 19 plantas en operación de 39 megavatios de potencia y proyecta otras 212 con 2.847 megavatios. En comercialización, por su parte, EiDF suma un total de dos teravatios de capacidad a través de los cuales logró un ebitda (beneficio bruto de explotación) de 7,2 millones de euros.

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