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EiDF pierde 32 millones y choca con PwC por las salvedades en su informe de auditoría
La compañía de origen gallego ha multiplicado sus números rojos casi por ocho, aunque destaca su ebitda positivo, y PwC advierte de «incidencias e irregularidades» en su modelo de control interno
EiDF presenta in extremis sus cuentas anuales. La compañía de origen gallego ha hecho públicos a las 07.46 horas de esta mañana sus números relativos a un 2023 en el que ha multiplicado casi por ocho sus pérdidas y ha sufrido un recorte del 37,8% en su facturación.
En concreto, según se desprende de la documentación remitida a BME Growth (índice en el que cotiza desde verano de 2021), la firma que preside Fernando Romero dio carpetazo a su ejercicio fiscal 2023 con unos números rojos por valor de 32,3 millones de euros tras aplicar una serie de ajustes contables que, según sus cálculos, han tenido un impacto negativo por valor de 29 millones de euros. Estas pérdidas suponen un nuevo salto respecto a las registradas por valor de 4,15 millones de euros en un 2022 en el que la firma se vio obligada a reformular sus cuentas. Pese a estas pérdidas en su resultado neto, su ebitda ajustado, por el contrario, se ha elevado desde los 10,6 millones de euros en 2022 hasta los 25,2 millones de euros en 2023.
EiDF presentó sus cuentas apenas una hora antes de la apertura de mercado. De no haberlo hecho, la firma se arriesgaba a una nueva suspensión en bolsa como la sufrida entre abril y agosto de 2023 por no hacerlas públicas en los cuatro primeros meses del año. Por aquel entonces, solo la publicación de las cuentas anuales reformuladas por parte de PwC (que emitió informe de salvedades) y de las principales conclusiones del informe forensic encargado a Deloitte hicieron posible que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) le levantase la suspensión en bolsa.
El plan de EiDF
En esta ocasión, las cuentas anuales de EiDF revelan un recorte del 37,8% en sus ingresos. Estos retroceden desde los 369,9 millones de euros registrados en 2022 hasta los 220,2 millones en los que sitúa la firma sus «ingresos totales consolidados» en 2023.
«Durante estos meses se ha trabajado activamente sobre la estructura de pasivos de la empresa, deudas y su vencimiento. Se ha optado por una política de máxima prudencia, ajustando aquellas partidas que pudieran representar dudas valorativas, de manera que el grupo, con la capitalización aportada por los socios principales y por el saneamiento del balance quede preparada para afrontar su desarrollo y crecimiento con sólidas bases», subraya la firma en su presentación de resultados.
EiDF se refiere así a tres actuaciones. Por un lado, las aportaciones de socios mediante préstamos participativos. Por otro, lo que denomina como «rotación de activos de autoconsumo con PPA» por la venta de una cartera de instalaciones de autoconsumo a Brookfield, a los que se suman los «acuerdos con socios financieros para desarrollar proyectos de generación fotovoltaica», como es el caso del suscrito con el fondo Atitlan.
La compañía especializada en proyectos de energía solar fotovoltaica reivindica la mejora en su fondo de maniobra, que pasa de arrojar un saldo negativo por valor de 20,9 millones de euros en 2022 a uno positivo de 9,6 millones al cierre de 2023. Además, la firma reivindica su cartera de proyectos de más de 2,5 gigavatios de potencia de los cuales 913 MW se encuentran en estado de ready to build (RTB) y 1,5 gigavatios en desarrollo temprano, mientras que los 138 megavatios restantes están en desarrollo avanzado.
Reprimenda del auditor
EiDF ha sacado adelante sus cuentas anuales con la firma de su auditor PwC, si bien este ha emitido un informe de salvedades al apreciar todavía debilidades en la empresa. «En el curso de nuestro trabajo de auditoría del ejercicio pasado, se pusieron de manifiesto incidencias e irregularidades relevantes que suponían la existencia de debilidades significativas en el funcionamiento del modelo de control interno del grupo, las cuales afectaban, fundamentalmente, al área de gestión de contratos, seguimiento de proyectos y partes vinculadas», subraya PwC.
Y es que el auditor de EiDF sigue apreciando «debilidades significativas en el modelo de control interno del grupo» que le impiden «asegurar totalmente que no pudieran surgir otras cuestiones no identificadas que, en su caso, pudieran suponer otros posibles errores y/o contingencias no recogidas en las cuentas anuales consolidadas adjuntas» pese a la remodelación del consejo de administración por parte de EiDF y el nombramiento de Joan Gelonch como nuevo consejero delegado.
Además, PwC subraya que EiDF «tiene contabilizados activos por impuesto diferido cuya recuperabilidad depende de los ingresos obtenidos en la venta y/o explotación de las plantas fotovoltaicas propiedad de las sociedades de propósito especial constituidas por el grupo». «Considerando la actual situación del grupo, las pérdidas incurridas en las operaciones de desinversión realizadas en el ejercicio 2023 y la elevada incertidumbre en la estimación de los ingresos futuros, dichos activos no cumplen los requisitos que establece la normativa contable para su activación», continúa el auditor, que considera que «los activos por impuestos diferidos están sobrevalorados en 5,8 millones de euros y las pérdidas del ejercicio deben incrementarse por este mismo importe».
Además, PwC también da cuenta de que EiDF «no ha registrado el importe que se deriva de la resolución del 11 de abril de 2024 por la cual el
juzgado de primera instancia de León estimó parcialmente la demanda de un cliente, condenando a la sociedad dominante al pago de un importe de aproximadamente 3,6 millones de euros«. De este modo, PwC considera que la provisión por litigios está infravalorada en esta misma cuantía.