EiDF amortiza deuda tras una inyección millonaria de Brookfield
La compañía de origen gallego ha cancelado parcialmente su deuda con Sinia Renovables tras recibir un pago de 14,3 millones de euros de Finlight Corporate (participada por Brookfield) tras la venta de 53 instalaciones de autoconsumo
Imagen de la sede de EiDF
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EiDF da un tijeretazo a su deuda. La compañía de origen gallego ha cancelado 7,3 millones de euros de la deuda que tenía con Sinia Renovables tras recibir una inyección de 14,3 millones de euros procedente de la sociedad Finlight Corporate (participada por el fondo Brookfield).
El movimiento se produce después de recibir este pago como parte del acuerdo de venta de los activos materiales y los contratos PPA (contratos cedidos) de un total de 53 instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo industrial, de las que 32 están plenamente construidas y en producción y 21 están en construcción por un importe total de casi 26 millones de euros. La potencia total de las instalaciones vendidas asciende a 56.746 kilovatios.
Como parte de este acuerdo, la sociedad participada por Brookfield ha transferido a EiDF 14,3 millones, de los que más de uno han quedado retenidos como garantía y 726.207 euros en una cuenta. Con estos fondos, EiDF ha cancelado parcialmente la deuda que tenía con Sinia Renovables por 7,3 millones y ha cedido parcialmente los derechos de cobro sobre los créditos por 8 millones.
La compañía asegura que con la venta a Brookfield avanza en su triple objetivo de «rotar su cartera de activos de PPA», «reducir su deuda financiera» y «normalizar su posición de caja».
La sociedad prevé que el segundo cierre de este contrato de compraventa se lleve a cabo antes de 30 de noviembre. Además, el grupo especializado en instalaciones solares ha amortizado los pagarés emitidos por un importe nominal de 3,3 millones que vencían el 14 de noviembre. Con todo ello, la compañía reduce su deuda financiera, mejora su posición de caja y rotar su cartera de activos.
La firma tiene como consejero delegado desde el pasado mes de octubre a Joaquín Galí y trasladó su sede a Madrid después de haber permanecido suspendida de cotización durante cuatro meses ante la negativa de su nueva auditora (PwC) a firmar las cuentas hasta que no dispusiese de información adicional.
