El dueño de EiDF recorta casi un 30% su peso en el accionariado desde que estalló la crisis

EiDF vislumbra el final de un año 2023 lleno de contrastes. Tras ser el valor más alcista de toda la bolsa española en 2022, la firma que preside Fernando Romero llegó a pulverizar los 1.700 millones de euros de capitalización y, de esta manera, reforzar su reinado en el BME Growth, índice en el que debutó en julio de 2021.

Sin embargo, esta senda ascendente se truncaría el pasado mes de abril. Fue entonces cuando la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decretó su suspensión de cotización ante la negativa de su nuevo auditor (PwC) a firmar las cuentas hasta que no dispusiese de más información. Tras más de cuatro meses con la medida vigente, la compañía con origen en el municipio de Barro (Pontevedra), regresó al parqué con sus cuentas teñidas de rojo (perdió 6,9 millones en el primer semestre) y con un valor que ahora se sitúa en los 250,5 millones de euros (siete veces menos que el que registraba en sus máximos).

En esta etapa de vuelta a cotizar, la compañía ha trasladado su sede de Barro a Madrid, ha remodelado su cúpula con Joaquín Galí primero y Joan Gelonch después como primer ejecutivo y, además, ha experimentado cambios en su propio accionariado. No en vano, Fernando Romero, fundador y anterior consejero delegado de la firma especializada en instalaciones de autoconsumo se queda ahora a un paso de perder la mayoría absoluta en su capital.

Así se reparte el accionariado de EiDF

Y es que el empresario de origen vasco ha rebajado su participación en EiDF desde el 72,2% que marcaba al término del año pasado hasta el 52% actual. Romero articula su inversión a través de su sociedad Prosol Energía, que, de esta manera, controla acciones valoradas en 130,2 millones de euros.

En el capital de EiDF sobresalen otros tres nombres propios. El más destacado es Laurion Group. Se trata del fondo luxemburgués que está presente en el accionariado de la compañía desde verano de 2022, pero que en los últimos meses ha dado un paso adelante hasta hacerse con el 12,5% de su capital. «Claramente esta operación nos permitirá seguir rebajando nuestro precio medio/acción, y reforzar nuestra presencia, control, y, en definitiva, nuestro compromiso para seguir disponibles en el futuro a continuar apoyando a la compañía en todo aquello necesario en esta nueva etapa«, defendían meses atrás desde Laurion.

La firma luxemburguesa agradecía a través de un comunicado la operación mediante la cual comprar acciones a un Fernando Romero del cual ponían en valor que «antepone los intereses de la compañía a los suyos, vendiendo un paquete de acciones relevante a un socio estratégico, y convirtiendo millones de euros de deuda en acciones, con la única finalidad de garantizar el futuro y estabilidad de la compañía, protegiendo así a todos los stakeholders (inversores, proveedores, clientes, empleados…«.

Laurion ha impulsado también el nombramiento de su presidente, Jordi Berini, como vicepresidente de una EiDF en cuyo consejo de administración figuran los nombres de Laura Zendrera y Sergio Palmero. La primera ejerce como independiente en representación de la sociedad Mass Investments Ark 2021. A través de ella, el empresario Alejandro Alorda controla el 8,31% de los títulos de EiDF, convirtiéndose así en su tercer máximo de accionista justo por delante de Sergio Palmero.

El empresario andaluz maneja una participación del 5,53% en EiDF. Su desembarco en el accionariado de la empresa de origen gallego se consumó en 2022. Fue entonces cuando Palmero selló la venta de la comercializadora ODF (On Demand Facilities) y sus filiales Energía Libre Comercializadora y Asal de Energía a EiDF a cambio de unos 30 millones de euros de los cuales alrededor de 18 fueron abonados mediante acciones de la propia empresa que preside Fernando Romero.

De Atitlan a Brookfield y Alpha Blue Ocean

Además de estos cambios en el accionariado, EiDF ha intensificado sus negociaciones para intentar fortalecer su posición financiera. En esta línea se enmarca la venta de una cartera de PPAs de autoconsumo de 39 megavatios a Finlight Corporate, empresa del fondo Brookfield, a cambio de 14 millones de euros. También la firma de una carta de intenciones con el fondo Atitlan (que capitanea Roberto Centeno) para que esta invierta 38 millones de euros con el objetivo de financiar proyectos de construcción y explotación de diversas plantas de energía solar fotovoltaica que suman 79,3 megavatios de capacidad conjunta.

A estos acuerdos se suma el rubricado el pasado mes de septiembre con el fondo de Dubái Alpha Blue Ocean. A través del vehículo inversor Corporate Finance Opportunities, este se compromete a inyectar hasta 20 millones de euros en la empresa de origen gallego a cambio de obligaciones convertibles. Según detalló EiDF este jueves, Alpha Blue Ocean «ha solicitado la conversión de 1.000 obligaciones por un importe nominal de cinco millones de euros». Es por ello que la compañía emitirá próximamente 1,418 millones de nuevas acciones, según ha detallado en un hecho relevante remitido al BME Growth.