Desbandada de directivos y amenaza de quiebra en la socia de Navantia en Reino Unido

Harland & Wolff, socia de Navantia en su macrocontrato de 1.800 millones de euros para la armada británica, registra la salida de su tercer alto directivo en dos meses en pleno SOS para hacer frente a su avalancha de deuda

Vista exterior del astillero Harland & Wolff

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Un nuevo directivo se baja del barco de Harland & Wolff. Arun Raman dejó la semana pasada su cargo como director financiero de esta histórica compañía que a comienzos del siglo pasado fue la encargada de construir el Titanic en sus astilleros de Belfast y que se adjudicó con Navantia y BMT un macrocontrato valorado en 1.830 millones de euros para rejuvenecer la flota de la Royal Navy británica.

Raman ha abandonado un puesto que había ocupado desde comienzos desde el año 2019 y engrosa así la lista de directivos clave de Harland & Wolff que se han desvinculado de la empresa ante su situación de crisis. Este reguero de renuncias arrancó en agosto, a raíz de que la empresa comunicase la imposibilidad de presentar en tiempo y forma sus cuentas anuales correspondientes al ejercicio 2023 y que, además, llamase a la puerta del Gobierno británico para pedir 237 millones de euros en ayudas públicas, una solicitud que fue denegada.

A la salida de Malcolm Groat se sumó la de los ejecutivo Jonathon Band y Katya Zotova y tuvo su continuidad con otra, la de John Wood (consejero delegado de la firma), que en este caso fue cesado. El cargo de este último fue ocupado por Russell Downs, un experto en reestructuraciones, que está siendo el encargado de trabajar codo con codo con Rothschild Bank para buscar músculo financiero suficiente para evitar la quiebra de la compañía.

La crisis de Harland & Wolff

Harland & Wolff logró un balón de oxígeno el mes pasado tras la concesión de una línea de crédito de 25 millones de dólares (unos 23 millones de euros) por parte de Riverstone que le permite hacer frente al vencimiento de deudas, pero ahora busca una solución que blinde su futuro. Ante estas turbulencias financieras, el Gobierno de las Islas Malvinas ha optado por descartar a la compañía del proyecto valorado en 140 millones de euros que le había adjudicado para levantar una infraestructura portuaria flotante en el archipiélago del Atlántico.

Desde el HARL Shareholders Collective, asociación de accionistas que asegura controlar el 30% del capital de Harland & Wolff, han advertido desde el estallido de esta crisis que esta podría llevarse por delante contratos que la compañía había logrado adjudicarse en el pasado. A través de un email remitido al UK Defence Journal, los accionistas mostraban su temor a la pérdida del contrato de 1.800 millones de euros con la Royal Navy en el que la firma participa con Navantia como socia.

«Por lo que hemos oído, es probable que la compañía acabe siendo troceada y vendida por partes, lo cual amenaza el futuro del contrato FSS«, subrayan, apuntando así a un pedido que contempla la construcción de tres buques logísticos para la flota auxiliar de la Royal Navy y cuya carga de trabajo se repartirá con Navantia y BMT.

«Especialmente si los astilleros [Appledore y Belfast] son vendidos al duopolio de BAE y Babcock, esto pondría en riesgo una cantidad significante de puestos de trabajo y, en definitiva, acabaría debilitando nuestras capacidades como país para construir futuros buques para nuestra Armada», aseguraban los accionistas.

Harland & Wolff lanza un mensaje de tranquilidad

En este sentido, Russell Downs, nuevo consejero delegado de Harland & Wolff ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad. En declaraciones a la BBC, el directivo aseguraba que los astilleros «tienen un futuro creíble» bien sea «juntos o separados».

«Tenemos un fuerte liderazgo en todos nuestros astilleros», precisaba Downs, que considera que estas instalaciones «tienen unas necesidades de financiación en el corto plazo pero que en el futuro van a generar caja». Estas declaraciones a la BBC tuvieron lugar después de que medios como Sky News apuntasen a Babcock como potencial comprador del astillero de Harland & Wolff en Belfast.

Se da la circunstancia de que Navantia, BMT y Harland & Wolff, que conformaron el denominado Team Resolute, se hicieron en su momento con este macrocontrato tras imponerse a las propuestas de Japan Marine United Corporation y a la alianza entre BAE SystemsBabcock Cammel Laird.

A Babcock se le abriría, de esta manera, una vía para hacer realidad su viejo anhelo de participar en la construcción de estos tres buques de 215 metros de eslora. De acuerdo a la información difundida en su momento por la propia Navantia, los trabajos de construcción de la primera de estas tres embarcaciones logísticas arranquen en 2025 con el objetivo de que estas estén plenamente operativas en el año 2032.

Las previsiones que el Gobierno por aquel entonces presidía Rishi Sunak hizo públicas en la Cámara de los Comunes apuntaban a que 14 de los 21 bloques de estos buques se construirían en suelo británico (entre Appledore y Belfast), mientras que los siete restantes se harían en Puerto Real (Cádiz). Los trabajos de integración de los buques y sus sistemas, por su parte, se concentrarían en Belfast.

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