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El derrumbe en Asturias corta la segunda autopista más rentable de la concesionaria de la AP-9
La AP-66, que une Asturias y León y que está cortada por el desprendimiento en el entorno del área de descanso de Entreguerras, es la segunda autopista que más ingresos y ebitda genera a Itínere, por detrás de la AP-9, su concesión estrella
El desprendimiento en una de las laderas que circunda la AP-66, la vía que conecta Asturias y León, ha abierto un nuevo frente para Itínere, el grupo propietario de Audasa. La autopista que atraviesa el valle del Huerna quedó cortocircuitada hace ocho días por el argayo, que invadió el firme en ambos sentidos de la única vía de alta capacidad que une el Principado con la meseta. Itínere, concesionaria de la AP-9 en Galicia, así como de las autopistas que unen A Coruña con Carballo y Puxeiros con Val Miñor, se afana en las voladuras para construir un bypass que permita el paso antes de los meses que, según se estima, pasarán antes de que se repare completamente la conexión.
Como sucede en territorio gallego, el Ministerio de Transportes valoró en los últimos años la posibilidad de liberar el peaje de la AP-66, cuya concesión también ha sido puesta en duda por la Comisión Europea. Sin embargo, hasta el momento ha optado por la vía de las bonificaciones, también como ocurre con la AP-9. Otro paralelismo entre ambas autopistas es la rentabilidad, si bien, la Autopista del Atlántico está en este aspecto muy por delante de la que une León y Campomanes y cuya concesión finaliza en el año 2050.
La segunda autopista más rentable
Itínere, la dueña de Audasa, gestiona los 78 kilómetros de la AP-66 a través de la sociedad Aucalsa. Esta concesionaria es la segunda que más ingresos y ebitda aporta al grupo, solo por detrás de la AP-9. En el ejercicio de 2023, los ingresos por peajes de la AP-66 ascendieron a 47 millones, casi seis millones más que en el año anterior. Están lejos de los 192,5 millones de la autopista gallega, pero supera al resto de concesiones del grupo de infraestructuras.
Autoestradas de Galicia, las dos autopistas dependientes de la Xunta entre A Coruña y Carballo y entre Puxeiros y Val Miñor, aportaron 18,3 millones; mientras que Gesbisa, entre El Gallo-Urgoiti y Ermua, se quedó en los 13,2 millones.
Lo mismo sucede con la rentabilidad. El ebitda de Aucalsa se situó en los 34,4 millones, superando tanto a Autoestradas, que se quedó en los 11 millones, como a Audenasa, la autopista que une Tudela e Irurzun y en la que Itínere comparte accionariado con el Gobierno navarro al 50%. Esta concesionaria generó un ebitda en 2023 de 28,9 millones, según consta en el Estado de Información no Financiera de Itínere correspondiente al 2023.
Caída de beneficios
A pesar de mejorar el ebitda y de situarse como la segunda concesión más rentable en sus operaciones, los beneficios aportados por Aucalsa al grupo se desplomaron el año pasado. La gestora de la AP-66 cerró el ejercicio con una aportación a las ganancias de Itínere de 531.000 euros, frente a los 3,6 millones del ejercicio anterior, un retroceso que tiene que ver, previsiblemente, con la amortización de deuda.
Audasa también lidera este apartado con una contribución de 40 millones al resultado final de Itínere, seguida de Audenasa, con casi 7 millones. Las otras autopistas gallegas en manos de Itínere, Autoestradas, aportaron algo más de 4 millones de beneficios.