De Moet&Mos a Bimba y Lola: 20 años de la marca de ‘lujo asequible’ de las sobrinas de Adolfo Domínguez
La compañía de las hermanas María y Uxía Domínguez cumple dos décadas con nueva sede, siendo una de las firmas más falsificadas, lo que evidencia su éxito, y con eternos rumores sobre un salto a bolsa
El suyo fue un crecimiento de vértigo. Las hermanas Uxía y María Domínguez, hijas de Jesús Domínguez, impulsor de Textil Lonia (compañía tras las prendas de Carolina Herrera y Purificación García), y sobrinas de Adolfo Domínguez, el modisto que popularizó la arruga, fundaron hace 20 años Bimba y Lola, la marca de lujo asequible que más éxitos ha cosechado en los últimos tiempos en la comunidad.
Con unos ingresos de 228 millones de euros en 2023, último año del que hay datos oficiales, en solo dos décadas la compañía ha superado con creces en cuanto a cifras a la que actualmente dirige su prima Adriana, que cerró el mimos ejercicio con ventas de 127 millones. Recién estrenada su nueva sede central en Vigo, los 20 años de la esta compañía gallega están marcados por un rápido crecimiento.
Empresa familiar
En febrero de 2005 nacía Moet&Mos, la compañía de las dos hijas de Jesús Domínguez, que hacían referencia en su nombre a su base de operaciones, Mos, concello del área metropolitana de Vigo. Según recoge el libro del periodista Julián Rodríguez Señores de Galicia (Esfera de los libros), la compañía de lujo asequible nació con Uxía y con María como grandes accionistas, aunque con respaldo financiero suficiente como para acometer un crecimiento acelerado.
Dicho y hecho. Aunque la firma siempre se ha apoyado en las franquicias, solo un año después de su constitución, Bimba y Lola tenía abiertas 42 tiendas en España y Portugal. Otros dos ejercicios después, en 2008, abriría su primer establecimiento en París, toda una declaración de intenciones, abordando la expansión extracomunitaria en 2011, con la entrada en los mercados de Reino Unido y de México, una de sus plazas estrella. En la actualidad cuenta con 300 puntos de venta repartidos por todo el globo.
Dicen las crónicas que María y Uxía siempre estuvieron acompañadas en su viaje empresarial por su padre, que abandonó sus tareas ejecutivas en Lonia para apoyar la iniciativa de sus retoñas. El empresario forma parte del actual consejo de administración de Bimba y Lola, presidido por Uxía y con María como vicepresidenta. Esta última, presente también en el máximo órgano de dirección de Lonia, se encarga, a la vez, de Petra Mora, compañía de productos gourmet, con una gran explotación agropecuaria aparejada en la Granja Moreruela, en Zamora. Otro de los negocios impulsado, este allá por 2012, por el clan familiar.
Apuesta inversora
El fuerte crecimiento de Bimba y Lola fue posible gracias a su apuesta inversora, lo que también ha resentido en alguna ocasión los resultados del grupo. Los números son claros. En 2006, su primer ejercicio completo, la marca de anotó unas pérdidas de casi un millón de euros y el endeudamiento superaba los 5,3 millones, para unos fondos propios que no alcanzaban los dos millones de euros.
En 20 años, el balance de la compañía dio un vuelco considerable. El 2023, último ejercicio con datos oficiales, lo cerró con unos beneficios de 6,1 millones de euros, la mitad de los conseguidos en 2022.
La compañía mantiene, como en sus inicios, su apuesta inversora. Ese año, con la nueva sede en Vigo ya en construcción, los activos de la firma se incrementaron más de 11%, hasta rozar los 186 millones de euros mientras que el pasivo pasó de 64,8 a 77,2 millones de euros. Los fondos propios de la compañía crecieron de 102 a 109 millones.
El ejercicio 2023, con más gastos y menos beneficios, no se acordó reparto de dividendo, aunque en 2022, y según la documentación consultada por Economía Digital Galicia, la junta general dio luz verde a la distribución de un dividendo a cuenta de 14 millones de euros. El capital de Bimba y Lola se reparte a parte iguales entre las sociedades de las dos fundadores, Tresemes y Querida Carmen. Hasta 2021 Jesús Domínguez mantenía una pequeña representación en el capital.
Historia de una marca
Bimba y Lola nació como Moet&Mos, pero pronto adoptó su definitivo nombre. Uno que, según distintos medios, tenía como inspiración los perros de las hermanas. Sea como fuere, la imagen que acompañó a la marca en sus inicios fue la de un galgo. No obstante, en cánido dijo adiós en 2012, año en el que la firma se reinventó con nuevo logo, concepto de tienda y campañas.
En estos 20 años de vida, la textil viguesa también ha tenido polémica en los tribunales. En el año 2008 comenzó un largo litigio en los tribunales con la modelo Bimba Bosé, fallecida en 2017.
La artista interpuso un recurso contra las diseñadoras tras el registro de la marca Bimba y Lola. Aunque el Tribunal Superior de Justicia de Madrid desestimó la demanda en 2012, el caso llegó hasta el Supremo, que en 2014, determinó que no había riesgo de confusión entre las actividades profesionales de las empresarias gallegas y la nieta de Lucía Bosé.
A lo largo de su historia, Bimba y Lola ha demostrado que no tiene miedo a los tribunales, a los que acude regularmente para defender su marca, que como muchas otras del segmento del lujo se ve especialmente afectada por las falsificaciones.
Ejemplo del perjuicio que le suponen es una sentencia del pasado 2024 de la Audiencia Provincial de A Coruña en la que se estima que las 1.109 insignias de la marca que se le confiscaron en 2017 a un vecino de la ciudad herculina acusado de atentado contra la propiedad intelectual e industrial causaron un perjuicio a la empresa tasado en algo más de 12.500 euros.
De la venta a la salida a bolsa
En dos décadas también ha habido tiempo para pensar en la entrada en socios y en salto a bolsa, dos posibilidades que en la actualidad la compañía rechaza. La última vez que se habló de la posibilidad de una venta fue en 2018, cuando distintos medios publicaron que se había puesto en marcha un proceso tutelado por Morgan Stlanley en el que habrían participado fondos del renombre de KKR, Carlyle, Permira o Bain Capital.
En dos décadas también ha habido tiempo para pensar en la entrada en socios y en salto a bolsa, dos posibilidades que en la actualidad la compañía rechaza. La última vez que se habló de la posibilidad de una venta fue en 2018, cuando distintos medios publicaron que se había puesto en marcha un proceso tutelado por Morgan Stlanley en el que habrían participado fondos del renombre de KKR, Carlyle, Permira o Bain Capital.
No han sido pocos, además, los rumores sobre una posible salida a bolsa que nunca ha llegado. Se habló con fuerza en 2020, debido a la composición del consejo de administración con el que el grupo se profesionalizó y del que forma parte José María Castellano, actual presidente de Greenalia y el hombre que llevó al parqué a Inditex en 2001.
Hipótesis a un lado, no hay duda de que en el discreto imperio de las prácticamente desconocidas Uxía y María Domínguez –no hay imágenes de las hermanas–, las cosas se hacen rápido.