La otra cara de la crisis de Ferroatlántica: Alcoa, Megasa y Arcelor emergen entre sus mayores clientes
La multinacional apunta en una presentación durante una conferencia organizada por BMO a Alcoa, Celsa, Megasa, ArcelorMittal, Acerinox o Tata Steel como algunos de sus principales clientes
Ferroglobe hace pública su cartera de clientes. La dueña de Ferroatlántica ha estado presente en la conferencia organizada por el banco de inversión BMO (antiguo Banco de Montreal) sobre metales y minería. Bajo el título Impulsando la innovación de materiales críticos esencial para un futuro sostenible, Ferroglobe ha realizado una presentación en la que muestra sus expectativas de crecimiento de la mano de las renovables y esboza una panorámica de sus principales clientes.
En esta lista emergen los nombres de algunos del os pesos pesados del sector industrial en Galicia. Y es que, según Ferroglobe, entre la lista de clientes de sus aleaciones de manganeso (como las que produce Xeal -ahora en manos de Energo-Pro– en su complejo industrial de Cee y Dumbría) se encuentran Megasa o Celsa Group. La primera es la única representante de este listado que cuenta con capital 100% gallego.
Los clientes de Ferroglobe
Asentada en el municipio de Narón, Megasa se ha consolidado como una de las principales empresas siderúrgicas en Europa tras facturar más de 2.200 millones y ganar 260 millones en su ejercicio fiscal 2022 (último con cuentas depositadas ante el Registro Mercantil). Celsa Group, por su parte, tiene su sede en Cataluña y filial en Laracha de la mano de Celsa Atlantic.
Los fondos han tomado el control de esta empresa que hasta hace unos meses estaba en manos de la familia Rubiralta y sobre la que existe ruido de tambores en torno a una futura venta. En la lista de principales candidatos a su compra se encuentran el grupo extremeño Cristian Lay y la vasca Sidenor. Esta última, que en su momento llegó a figurar también en las quinielas para la compra de la planta de aluminio de Alcoa en San Cibrao, también forma parte de la cartera de clientes de aleaciones basadas en manganeso de Ferroglobe.
Completan el listado de clientes en este segmento Acerinox (que despliega fábricas en Andalucía, Cataluña y Castilla y León) y el fabricante de ascensores Thyssenkrupp–
Por su parte, en el apartado de compradores de aleaciones basadas en silicio sobresalen los nombres de las indias Tata Steel y ArcelorMittal. Esta última cuenta con 11 plantas productivas en España repartidas entre Asturias, País Vasco, Navarra, Aragón, Comunidad Valenciana y la Comunidad de Madrid.
Junto a ArcelorMittal y Tata Steel, Ferroglobe apunta a otros gigantes del sector manufacturero como Nippon Steel, AK Stell, Grede, Jindal Saw, el fabricante de maquinaria para el sector agrícola John Deere o la nipona Sojitz como clientes de esta línea de negocio. Esta última proyectaba también su sombra en Galicia a través de Reganosa.
No en vano, Sojitz contaba hasta finales del año pasado con una participación del 15% en Regasificadora del Noroeste. Estas acciones fueron compradas meses atrás por la matriz del grupo energético Reganosa Holdco (participada al 59,6% por el Grupo Tojeiro, al 28,6% por la Xunta y al 11,8% por la argelina Sonatrach), que, de esta manera, se hace con el control total de la compañía con terminal en Mugardos.
El acento gallego en la cartera de clientes de Ferroglobe se da también en sus productos de silicio metal como el que sale de una fábrica de Sabón sobre la que en estos momentos pesa un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) de seis meses. No en vano, en este listado sobresale el nombre de Alcoa, que ha encarado su reinicio en San Cibrao tras dos años de parón, aunque envuelta en la polémica por su sequía inversora y los avisos por parte de la multinacional sobre la delicada situación financiera del complejo de A Mariña Lucense.
Dow Chemical, la minera Rio Tinto, Befesa, Longi o Wacker son algunos otros de los pesos pesados que demandan productos de una Ferroglobe que viene de esquivar los números rojos.
Los números de Ferroglobe
La compañía que preside Javier López Madrid despidió su ejercicio fiscal con una caída del 36,5% en su cifra de negocio, que retrocedió desde los 2.390 millones de euros hasta los 1.518 millones. Esta situación impactó en su beneficio neto, que se desplomó un 81% hasta situarse ligeramente por encima de los 80 millones de euros.
Pese a la debilidad actual de nuestros mercados finales, somos muy optimistas sobre las perspectivas a largo plazo de la compañía y esperamos un fuerte crecimiento en el mercado de la energía fotovoltaica y de las baterías de los coches eléctricos para impulsar la demanda de silicio metal [como el que produce en Sabón] de cara a los próximos años», apuntaba el consejero delegado de Ferroglobe, Marco Levi, durante la presentación de los resultados a los analistas.
Esta convicción también la ha trasladado Ferroglobe durante el foro organizado por BMO. En su presentación, la compañía destacaba las «atractivas oportunidades de crecimiento» en el sector de las «energías sostenibles» y apuntaba a la tecnología fotovoltaica y las baterías de los vehículos eléctricos como principales objetivos.
Ferroglobe asegura que no existen sustitutivos para sus productos y, además, recalca las «elevadas barreras de entrada a su sector» como consecuencia de las voluminosas inversiones, el expertise en materia técnica y las regulaciones ambientales que frenan la llegada de competencia.