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Los Cortizo invierten más de siete millones para ser caseros de Pepco y Jysk, el Ikea danés
Una de las promotoras de Grupo Cortizo, más conocido por la potente industria del aluminio que despliega en Padrón, está completando la segunda fase del Parque Comercial Costa Vella, un desarrollo de 14.000 metros cuadrados en Santiago que alberga, por ahora, a tres multinacionales
José Manuel Cortizo Soñora, el empresario que construyó uno de los líderes europeos del sector del aluminio a partir de una carpintería de ventanas de Padrón, se convirtió este año en casero de dos grandes multinacionales. El grupo familiar hizo en el polígono compostelano de A Sionlla su primera incursión en el desarrollo de parques comerciales, acondicionando 14.220 metros cuadrados, de los que queda todavía una parte, la llamada zona 2 (3.050 metros cuadrados) por construir.
Este mismo año, en los terrenos de los Cortizo abrieron sus puertas la cadena de ropa polaca Pepco, con una facturación de 5.650 millones en el último ejercicio; y Jisk, la compañía danesa de muebles que cuenta ya con 150 tiendas en España y Portugal y que está considerada una de los grandes competidoras de Ikea. A Pepco, por su modelo low cost, se la suele comparar con Primark. Con la incorporación de las dos multinacionales y la presencia de McDonald’s en la zona free standing del complejo se culminó la primera parte del proyecto, que desarrolló una de las promotoras del grupo familiar, Terras do Sar.
Un préstamo para financiar las obras
Más allá del aluminio de Padrón, los intereses de la familia Cortizo se reparten en inmobiliarias, promotoras, centrales hidroeléctricas y parques eólicos. Estas dos ramas se estructuran a nivel societario a través de dos holding. Cortizo Cartera engloba todo el negocio vinculado al aluminio, mientras que el grupo energético e inmobiliario pende de Cartera do Sar, sociedad menos conocida pero con 38,6 millones en activos y un beneficio neto en el pasado ejercicio de 2,3 millones. El holding controla filiales como Cortizo Eólicas, Cortizo Hidroeléctricas, Proincor o Terras do Sar, que es la promotora del parque comercial compostelano.
Antes de la finalización completa de las obras y sin contar adquisiciones de suelo, Terras do Sar ha destinado más de siete millones al desarrollo de su proyecto: 2,2 millones el año pasado, 3,2 millones en 2021 y 1,5 millones en 2020. La crisis sanitaria cogió a los Cortizo con el plan en marcha. Tres años después del Covid, los trabajos todavía continúan en la zona 2, que tendrá un aparcamiento cubierto y espacio para acoger a varios operadores. Para financiar la construcción, además de las aportaciones de la matriz, la promotora solicitó un préstamo de 5 millones con vencimiento en 2029.
Situación de las obras en la zona 2 del Parque Comercial Costa Vella
Estas obras cierran una calle que arranca con dos grandes establecimientos de los discounter alemanes Aldi y Lidl. El primer Aldi de Galicia abrió ahí. La vía atraviesa un supermercado de gran tamaño de Mercadona y un Burguer King antes de llegar al McDonald’s, uno de los reclamos del complejo que se ubica frente a Pepco y Jysk, y desembocar en la zona en obras.
El complejo une a los Cortizo con los múltiples empresarios gallegos que desarrollaron grandes superficies comerciales, desde Manuel Jove (Inveravante) a Manuel Añón (Hierros Añón), pasando por José Collazo (Comar) o José González (Luckia).
Las hijas de Manuel Cortizo, al frente
La promotora Terras do Sar controla unos activos de 38 millones, 13 millones más que en 2019, cuando arrancó el proyecto. Las acciones están en manos del holding Cartera do Sar salvo un pequeño número de títulos que tiene a título individual Raquel Cortizo Almeida (0,18%), la directora general del grupo. La administradora única de Cartera do Sar es Yaiza Cortizo, otra de las hijas de Manuel Cortizo Soñora.
Terras do Sar finalizó el pasado ejercicio con 400.000 euros de beneficio, frente a los 291.000 del año anterior. El resultado de explotación acarició los 600.000 euros y la cifra de negocio los 1,5 millones.