Cortizo transformará su planta de Coirós con una fundición de chatarra para producir aluminio

El grupo fundado por José Manuel Cortizo tramita la incorporación de una fundición al centro de reciclaje de Coirós, ubicado en los antiguos terrenos de Emesa, con capacidad para producir 115.000 toneladas de tocho de aluminio al año

Nave de Aluminios Cortizo en Coirós / Cortizo

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Grupo Cortizo, el rey gallego del aluminio, continúa dando pasos para apuntalar su crecimiento. La compañía fundada por José Manuel Cortizo Soñora, uno de los principales fabricantes europeos de sistemas de aluminio y PVC para arquitectura e industria, planea la instalación de una fundición de chatarra en su centro de reciclaje de Coirós (A Coruña), ubicado en los antiguos terrenos de Emesa del polígono de Pedra Partida.

El proyecto, actualmente en fase de exposición pública para obtener la autorización ambiental de la Xunta, conllevará también la transformación de la actividad de gestión de residuos que realiza actualmente el grupo de Padrón, ya que ampliará la capacidad de trituración de chatarra de manera que pueda servir como paso previo a la fusión en horno.

La instalación de la fundición tiene como objetivo producir tocho de aluminio de segunda fusión para utilizar en las fábricas de la compañía. Cortizo cuenta con nueve centros de producción y presencia en 87 países. La carpintería metálica que puso en marcha José Manuel Cortizo en Padrón hace 50 años es ahora un grupo que factura cerca de 900 millones y cuenta con más de 3.000 trabajadores.

La puesta en marcha de la nueva fundición provocará que parte de la fase de trituración y clasificación de chatarra, la vinculada a la trituración en cizalla, se traslade al exterior de la nave «por motivos operativos y de seguridad», mientras que el horno estará en el interior de la planta, evitando así la necesidad de nuevas edificaciones, según la documentación remitida a la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Sostibilidade.

El proyecto de Cortizo en Coirós

La previsión de la compañía que dirige Raquel Cortizo Almeida, hija del fundador, es que la fundición de chatarra de aluminio de Coirós tenga una capacidad de 115.000 toneladas de tocho al año, aunque el funcionamiento prevista es inferior, de unas 66.000 toneladas anuales. Del mismo modo, la capacidad de tratamiento de residuos de aluminio se elevará hasta las 126.500 toneladas anuales, aunque la previsión inicial no es que funcione a pleno rendimiento, sino que procese unas 72.600 toneladas al año. La capacidad de trituración de chatarra se multiplicará por seis, respecto a la actual.

El proyecto de Cortizo, en resumen, consiste en añadir una fase más, la de la fundición para producir tocho, al proceso de valorización de residuos que ya realiza en Coirós. La actividad base consiste en tratar la chatarra de origen diverso que recibe el centro de reciclaje (lacada, anonizada, cruda…) para separar el aluminio de otras impurezas, generalmente otros metales o materiales como plásticos, maderas o lacas. Las fracciones libres de impurezas tienen valor para el grupo, ya que pueden utilizarse para conseguir tocho de aluminio. Hasta ahora se trasladaban a otros gestores de residuos o, normalmente, a las fundiciones del propio grupo. Cortizo quiere integrar todo el proceso en su nave de Pedra Partida.

La compañía ya posee centros de fundición para la obtención de tocho de segunda fusión en Extramundi (Padrón) y Mieres, por lo que el de Coirós sería el tercero.

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