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Copasa, Sacyr y el fondo Hermes se llevan la mayor parte de los 300 millones de la Xunta para rescatar autovías
Otras cinco empresas, Abanca, Puentes, Extraco, Iridium y Francisco Gómez, son accionistas de las concesionarias, cuyos contratos expiraban en 2035 y 2036, con excepción de la autovía Celanova-Ourense, que se prolongaba hasta 2040
La Xunta rescatará la concesión de las autovías de O Salnés, O Barbanza, Ourense-Celanova y Santiago-Brión, todas ellas de peaje en sombra, es decir, el Gobierno gallego abonaba a la concesionaria el dinero recaudado en función del tráfico, pero los usuarios de las vías no tenían que pagarlo. Ahora, el equipo de Alfonso Rueda ha decidido pagar lo que resta de periodo concesional y rescatar las autovías, lo que conllevará un desembolso de 297 millones. De esta manera, pasarán a estar gestionadas de manera directa por la Xunta, que ahorrará unos 30 millones de euros. Esa cuantía es el coste adicional que implicaría mantener los pagos de peaje en sombra hasta el final de las concesiones.
De esos casi 300 millones que pagará la Xunta, la mayor parte irán a parar a Copasa, que es el principal accionista en Ourense-Celanova y O Salnés; a Sacyr, que tiene la concesión de la Autovía do Barbanza; y al fondo Hermes, que ostenta la mayor participación en el enlace Santiago-Brión. Otras cinco empresas son accionistas de las concesionarias, por lo que también percibirán una parte proporcional de los pagos.
El reparto del dinero
Según las cifra aportadas por el Gobierno gallego tras la rueda de prensa del Consello, abonará al grupo Sacyr 72 millones por finalizar el contrato de concesión que expiraba en 2036 de la Autovía do Barbanza (AG-41). La compañía de Manuel Manrique controla el 100% de la concesionaria a través de la filial Sacyr Concesiones.
Copasa tiene el control de las autovías Ourense-Celanova y O Salnés, que percibirán 85 y 45 millones para finalizar su concesión. La explotación de la vía ourensana finalizaba en 2040, mientras que la segunda lo hacía en 2036. Estos 157 millones los repartirá con Extraco, que tiene el 30% de la concesionaria de la carretera Ourense-Celanova; y con Puentes y Abanca, titulares de un 30% cada una de la Autovía do Salnés. La entidad que preside Juan Carlos Escotet fue la principal financiadora de la vía.
Finalmente, otros 95 millones irán a parar a la concesionaria de la autovía Santiago-Brión, y se repartirán entre cuatro empresas. El principal accionista es Iridium Hermes Road, con un 70% de participación. Está sociedad está controlada por el fondo Hermes desde 2020, cuando el grupo de Florentino Pérez decidió traspasar el 74% en un paquete que incluía participaciones en otras cinco autopistas y por el que recibió 700 millones de euros. El 30% restante de la concesionaria se lo reparten Francisco Gómez, uno de los socios de la mina de Touro, y la ourensana Extraco.
Acuerdo con las empresas
En palabras de la conselleira, Martínez Allegue, la operación «permitirá que las cuatro autopistas pasen a ser autovías de propiedad pública, gestionadas directamente por la Xunta, con una administración responsable y comprometida con la calidad del servicio». Añadió que estas cuatro autovías se construyeron en un momento en el que «las circunstancias económicas no permitían» a la Xunta llevarlas a cabo «con fondos propios», por lo que se decidió hacerlo en régimen concesional.
Tanto la conselleira como el presidente gallego han agradecido la disposición de las empresas para alcanzar un acuerdo en el marco de una negociación que, según Rueda, «no fue sencilla» y que la Xunta lleva a cabo por su «capacidad económica». «Seguro que muchas comunidades no podrían tomar esta decisión», ha apostillado Rueda.
Recate de las autopistas de peaje
A preguntas de los periodistas, Rueda ha afirmado que el gobierno que encabeza «no renuncia» a la posibilidad de rescatar también las autopistas autonómicas con peajes para los usuarios, aunque ha reconocido que «ni mucho menos» es una posibilidad que pueda darse «a corto plazo». «Es una senda que a mí, en un futuro, me gustaría llegar, pero desde luego no es inmediato», ha apostillado antes de reconocer que el rescate de estas autopistas «siendo realistas, en este momento es complicado, pero no imposible».
A raíz de esa pregunta, el presidente de la Xunta ha aprovechado para instar al Partido Socialista a «cumplir» con la promesa de su candidato en las últimas elecciones gallegas, José Ramón Gómez Besteiro, de que las autopistas estatales en Galicia (AP-9 y A-57) serían gratuitas. «Se lo comenté al presidente del Gobierno (Pedro Sánchez) y lo único que hizo fue echar una sonrisa y no me dijo nada más, lo cual es bastante explicativo de cuál es la intención final», ha aseverado Rueda, que ha dicho que la Xunta lo «seguirá reclamando».