¿Conflicto de interés a la vista? El dueño de Puig será a la vez consejero de Mango y Lonia

Tras el anuncio de los de Isak Andic, a pesar de ser grupos del mismo sector, Marc Puig se sentará en los máximos órganos de administración de las dos textiles. En el pasado, los perfumeros también estuvieron presentes en el consejo de Adolfo Domínguez

Marc Puig y Jesús Domínguez

Marc Puig, CEO y presidente de Puig, y Jesús Domínguez, uno de los fundadores de Textil Lonia. Fotos: Cercle D´Economia y Xunta de Galicia

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El grupo perfumero Puig extiende sus tentáculos por las grandes de la moda española con una presencia en consejos de administración que, en ocasiones, podría derivar en puntuales conflictos de interés. El presidente del conglomerado catalán, Marc Puig, desembarcará en el máximo órgano de gestión de Mango con el nuevo año. Así lo anunciaron este miércoles los de Isak Andic. Este movimiento supone que, si no hay cambios a la vista, el también primer ejecutivo de Puig tendrá asiento, al mismo tiempo, tanto en la cúpula de Mango como en la de Textil Lonia, la firma ourensana pilotada por Jesús Domínguez y sus hermanos, que explota las marcas Carolina Herrera y Purificación García.

La diferencia en ambos casos estriba en que la familia Puig, a través de Puig Brands, es también accionista de Lonia, con un 25% del capital de la compañía.

Los perfumeros también son los segundos mayores accionistas de Adolfo Domínguez, compañía fundada por el modisto que popularizó la arruga y que es hermano de los propietarios de Lonia. Los Puig también ocuparon un asiento en el consejo de administración de la firma hoy presidida por Adriana Domínguez. Estaban representados por el ejecutivo José Luis Nueno, pero el mismo abandonó su puesto en el máximo órgano de administración en noviembre de 2016, casi un año después de la entrada del holding catalán en Textil Lonia.

Los números de Puig

El grupo Puig no deja de ser una empresa familiar en la que conviven participaciones significativas en distintas compañías del sector de la perfumería y la moda. Su portfolio de fragancias, moda y maquillaje incluye marcas que van desde Carolina Herrera a Paco Rabanne, Jean Paul Gaultier o Ninna Ricci, así como las licencias de Christian Louboutin, Benetton, Antonio Banderas o Adolfo Domínguez.

Sus apuestas inversoras funcionan ya que el pasado 2022 lo cerró con una cifra de 3.620 millones de euros, un 40% más respecto al ejercicio anterior, y un beneficio neto que se disparó un 70% hasta los 400 millones de euros. Su hoja de ruta pasa por alcanzar una cifra de negocio de 4.500 millones de euros en el horizonte de 2025.

Consejos de Lonia y Adolfo Domínguez

Con un 14,8% del capital de Adolfo Domínguez, Puig tuvo presencia en el consejo de administración de la textil durante años, representado en la figura del ejecutivo José Luis Nueno, que anunció su salida en noviembre de 2016 argumentando motivos personales y profesionales. Hay que tener en cuenta que un año antes, Marc Puig, presidente de la compañía, y Manuel Puig, el vicepresidente, accedieron al consejo de administración de Lonia, tras entrar en el capital de esta.

Accedieron al hacerse con el paquete accionarial que retenía el grupo de moda francés LVMH. Como con Adolfo Domínguez las relaciones ya venían de antes, en concreto de 15 años antes, cuando Carolina Herrera, propiedad de Puig, firmó con Lonia la licencia para la producción y distribución de la línea CH de ropa de lujo.

A pesar de que, durante más de un año, representantes de Puig estuvieron sentados en los consejos de dos compañías técnicamente rivales en cuanto a su objeto de negocio, las memorias de Adolfo Domínguez, remitidas a la CNMV como cotizada, nunca indicaron que se hubiese dado un supuesto caso de conflicto de interés.

Conflicto de interés

La Ley de Sociedades de Capital indica, entre otros supuestos, que el conflicto de interés dentro de la empresa puede darse cuando el administrador o administradores de una sociedad desarrollen actividades por cuenta propia o ajena “que entrañen una competencia efectiva, sea actual o potencial».

En cualquier caso, las situaciones de conflicto de interés tienen, según la normativa, soluciones relativamente sencillas. Existe, primero, el deber de comunicación de las mismas al consejo de administración. En segundo lugar, “el consejero que incurra en una situación de este tipo deberá abstenerse de asistir e intervenir en la deliberación y votación de asuntos en los que se halle incurso en conflicto de interés”.

En las últimas cuentas anuales de Lonia, por ejemplo, los administradores de la compañía indican que tanto Marc Puig como Manuel Puig Rocha forman parte del consejo de administración de la textil a través de la sociedad Puig Brands, y añaden que esta sociedad “es cabecera de la compañía norteamericana Carolina Herreta Ltd, sociedad propietaria de la marca Carolina Herrera y, por tanto, quien ostenta la condición de licenciante en el contrato suscrito con Lonia en marzo de 2000”. Apuntan que, a pesar de esta situación, “desde la fecha de su nombramiento como consejeros hasta la fecha de formulación de las presentes cuentas anuales no han tenido como consejeros ningún conflicto de interés con la sociedad dominante”.

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