Bruno Dapena, director del proyecto Gama: “Altri nunca tuvo en su historia multas por temas ambientales”

El ingeniero gallego, en una entrevista a ED Galicia, asegura que el proyecto para el complejo de Palas de Rei está sujeto a “parámetros muy exigentes que se siguen estrictamente”. “Si hubiera algún incumplimiento, podrían parar la planta inmediatamente”, asevera

Bruno Dapena, director del proyecto Gama, la fábrica de fibras textiles de Altri en Palas de Rei

Bruno Dapena, director del proyecto Gama, la fábrica de fibras textiles de Altri en Palas de Rei, frente a la Biotek, una de las plantas productoras de celulosa del grupo, ubicada en Vila Velha de Rodao. Foto: EDG

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Bruno Dapena, director del proyecto Gama, el complejo de fibras textiles y pasta soluble que la lusa Altri quiere poner en marcha en Palas de Rei, asegura que decidió sumarse a la empresa para afrontar una propuesta “totalmente innovadora”. “Llevo muchos años trabajando fuera de Galicia y de España y, para mí, esto representaba una gran oportunidad de volver a mi tierra para un proyecto muy interesante”, dice este ingeniero industrial, cuyo curriculum pasa por Técnicas Reunidas, Abengoa o San José, entre otros.

Dapena argumenta que hay “mucha desinformación” tras las críticas al proyecto y rechaza que se haga una comparación «con proyectos de celulosa de hace 50 años». El ingeniero gallego defiende que la gran inversión de la pastera lusa deriva precisamente de la tecnología para el cuidado del medio ambiente, especialmente en lo que respecta al uso del agua del Ulla, así como rechaza que, en Portugal, Altri haya afrontado alguna vez multas por este motivo.

Ingeniero gallego, ¿cómo desembarcó en el proyecto de Altri para Palas de Rei?

Cuando Altri decidió lanzar el proyecto contactaron con una empresa de headhunter que hizo un proceso de selección y me llamaron. El proyecto me interesó mucho, ya que desde el punto de vista de la ingeniería, sobre todo en lo que se refiere al agua y la energía, es muy innovador a nivel técnico. Es la primera vez en el mundo que se hace una planta como esta. La propuesta era todo un reto tecnológico y es un proyecto muy bonito, la verdad. Me gustó además porque se hace en Galicia. Yo llevo muchos años trabajando fuera de la comunidad y fuera de España y, para mí, era una gran oportunidad volver a mi tierra a hacer un proyecto tan interesante como este.

El proyecto de fibras textiles de Altri tiene apoyos institucionales y del empresariado, especialmente el sector forestal, pero también ha despertado dudas. Mucha gente se pregunta por qué una pastera lusa se ha decidido a hacer este proyecto aquí…

Uno de los aspectos clave de la decisión de que este proyecto se haga en Galicia es la disponibilidad de la materia prima. En Galicia, ahora mismo, se están vendiendo fuera, sin procesar, más de dos millones de metros cúbicos de madera al año y este proyecto representa el 50% del consumo de esa madera. Es un proyecto que precisa la disponibilidad de esa materia prima en un radio relativamente pequeño y en Palas de Rei se da esa circunstancia. Después, el sector textil en Galicia y norte de Portugal es muy potente, por lo que parte del producto final se quedaría también en esta zona. Resumiendo, este proyecto viene a Galicia porque se da la circunstancia de que hay disponibilidad de materia prima y también presencia de los consumidores del producto final.

Este proyecto viene a Galicia porque hay materia prima y también presencia de los consumidores del producto final

Dice que desde un primer momento le atrajo el proyecto, que asegura es muy respetuoso con el medio. Entonces, ¿por qué cree que se ha generado una corriente contraria tan notoria?

Hay mucha desinformación, especialmente con el tema del agua. Se dice por ejemplo que vamos a sacar 46.000 metros cúbicos de agua al día y eso no es así, ya que estamos hablando de valores de diseño para casos muy extremos. La cantidad de agua que se va a captar es mucho menos y, prácticamente, toda se devuelve al río una vez usada y tratada, no hay una merma neta en el caudal del río. La que cogemos, la usamos en el proceso, la tratamos y la devolvemos, por lo que no se puede decir que haya un consumo de agua. Hay otras plantas, otras industrias, que captan agua de una masa de un río, hacen la depuración y la vierten al mar; ahí sí que hay una salida. Muchas industrias captan agua dulce del río y, si tienen posibilidad, la vierten al mar, que es más sencillo. Ahí sí que hay una merma del agua del río, pero este no es nuestro caso.

Tras la salida a información pública del proyecto ambiental de la fábrica, muchas de las alegaciones anunciadas tienen que ver con el hecho de que se estima que la temperatura del Ulla, una vez reciba de nuevo el agua usada y tratada, podría variar hasta en tres grados. ¿Aquí no se genera un impacto?

No. Precisamente se fijan esos tres grados porque es lo que está en la normativa del Plan Hidrológico Galicia Costa, que es una normativa muy exigente. Se marca ese tope porque se entiende que mientras esté dentro de ese límite, esos tres grados arriba o abajo, no se afectan los ecosistemas fluviales del río, con lo cual es un valor fijado por la normativa porque entiende que no hay afectación al medio.

Los parámetros en los que la legislación obliga a devolver el agua son muy estrictos y se cumplen

El BNG, la formación política que muestra un rechazo más frontal a la planta, asegura que el uso de las aguas del Ulla dará “el tiro de gracia” a la Ría de Arousa, afectando a la actividad marisquera.

No va a afectar a la Ría de Arousa. Los parámetros en los que la legislación obliga a devolver el agua son muy muy estrictos y, además, en todo momento, las métricas están conectadas con las autoridades por lo que pueden ver en tiempo real todo lo que se está devolviendo al río. De esta forma, si hubiera algún incumplimiento, podrían parar la planta inmediatamente. Son parámetros muy exigentes y se cumplen.

Altri cuenta con fábricas en Portugal se que dedican a la producción de pasta, tanto con destino a papel como fibra textil. Aseguran que invertirán hasta cuatro veces más en Galicia en el proceso de depuración del agua que captarán y devolverán tras su uso al río. ¿Por qué esa diferencia?

La diferencia entre los costes de depuración de las plantas portuguesas y la gallega radica precisamente en el estricto cumplimiento, en cualquier situación, de los parámetros permitidos de vertido. La legislación en Galicia te obliga a cumplir tanto una serie de parámetros tanto en el agua tratada en la propia planta como, luego, con el agua devuelta al cauce del resto del río, unos metros agua abajo, para que la mezcla del agua devuelta y mezclada con la del cauce no varíe los parámetros permitidos. El río, además, en ese punto en el que devolvemos el agua, está catalogado como “bueno” por lo que no puedes afectar ningún parámetro para que cambie la calificación a una inferior. Ese cumplimiento tan estricto de los parámetros hace que sea una instalación tan cara.

¿Se debe entonces a que la legislación gallega es más estricta que la portuguesa?

Depende, porque en Galicia se contempla la masa de agua concreta en la que vas a verter, no en todos los puntos es lo mismo. Augas de Galicia dependiendo de las condiciones del río en el que vas a hacer el vertido pueden endurecer aún más los requisitos

Cuando el proyecto se hizo público, muchas voces críticas también los acusaron de estar promoviendo un negocio de celulosa en vez de una planta de fibras textiles…

El proyecto es el mismo desde el principio. La pasta soluble es la materia prima para hacer el lyocell, es un paso imprescindible. Es como si dices que para hacer una tortilla no tienes que freír las patatas: puedes vender las patatas fritas o mezclarlas con el huevo y hacer tortilla… Esto es lo mismo. La pasta soluble es la materia prima, puedes venderla como tal a un valor añadido más bajo o convertirla en lyocell. La pregunta es, ¿por qué no se integra desde el principio el 100% en la producción en fibra textil? Pues hay varios motivos. Uno es comercial. Las 60.000 toneladas que vamos a fabricar en principio en Galicia representan el 10% de la producción mundial. Es un producto relativamente nuevo que se va incorporando al mercado y los propios estudios nos dicen que la incorporación tiene que ser paulatina, con el tiempo. El segundo motivo es la inversión. Hacer una planta integrada 100% de lyocell en una primera fase sería muy caro. Si ahora estamos hablando de que el proyecto supone más de mil millones… pues prácticamente se iría al doble, a los 2.000 millones. Por un tema de inversión se va a ir haciendo progresivamente. Después, otro factor, es un tema de integración energética. La pasta soluble es excedentaria en energía eléctrica y térmica y el lyocell es un gran consumidor de esa energía. Entonces, esa proporción de 190.000 toneladas de pasta soluble y 60.000 de lyocell es lo que hace que ese balance térmico sea prácticamente nulo. Es decir, lo que se sobra a uno es lo que precisa el otro. Esos son los motivos por lo que no se hace la integración al 100% desde el primer momento.

Está previsto crecer en capacidad e integración si, finalmente, se dan las condiciones

Pero ustedes apuntan a que podrían llegar a producir 400.000 toneladas de pasta soluble, de celulosa, al año, por lo que una parte de su producción no se va a destinar a lyocell, sino que se venderá en el mercado sin transformar.

Dentro de los planes, está previsto crecer en capacidad y en integración. La idea es integrar todo si finalmente se dan las condiciones.

El de Palas de Rei es un proyecto con una inversión muy grande, que se acerca a los mil millones. Han indicado que necesitarían que las ayudas públicas cubriesen el 25% de la inversión pero hasta ahora parecía que el Gobierno veía complicado el encaje del proyecto en un Perte…

Estamos trabajando con todas las administraciones porque es una condición sine qua non para que salga el proyecto. Es una inversión muy elevada. Un proceso nuevo con tecnología punta y con una parte muy importante de esa inversión dedicada a temas medioambientales como tratamiento de emisiones y tratamiento de aguas… y no sería viable sin esa ayuda inicial. Estamos trabajando tanto con la administración central, con el Ministerio en Madrid, como con la Xunta de Galicia.

Una inversión tan elevada no sería viable sin esa ayuda inicial

Muchos de los colectivos que se posicionan contra este proyecto ya lo hicieron durante décadas con Ence y su emplazamiento en la ría de Pontevedra.

Es absurdo hacer ese paralelismo. Ence es una planta que tiene 60 años, es absurdo hacer una comparación de una tecnología de había hace 60 años con la que tenemos ahora y, además, los procesos son diferentes. Los procedimientos son mucho menos agresivos ahora de lo que eran antes y mucho más respetuosos con el medio ambiente, es como comparar un coche de hace sesenta años con uno actual. La tecnología, afortunadamente, ha avanzado mucho, no tiene nada que ver.

Pero sí es cierto que la compañía también ha tenido polémicas en Portugal por vertidos al Tajo, ¿no?

La realidad es que hubo un vertido en el año 2018 y señalaron, entre otros, a una fábrica de Altri pero se demostró que no tenía que ver con el vertido y se archivó. Altri no tuvo nunca en su historia multas por temas medioambientales por lo cual…

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2 comentarios en “Bruno Dapena, director del proyecto Gama: “Altri nunca tuvo en su historia multas por temas ambientales”

  1. Totalmente incierto que Altri no tuciera que ver con el vertido. La realidad es que estuvo envuelta en dos procesos en uno de ellos con una multa de 12.000€ que finalmente tras mover los hilos convenientes fue reducida a 6.000 € una amonestación. (De la prensa lusa).

  2. Según la información recogida por Expresso, de Igamaot, esta empresa fue objeto de cinco procedimientos administrativos por incidentes medioambientales entre 2011 y 2017. Sólo uno de los casos ha concluido en los tribunales, pero en lugar de la multa de 12.500 euros solicitada por Igamaot. el juez decidió proceder con una simple “amonestación”.

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