Biden riega con 465 millones al mayor rival de Alcoa en EE UU para que construya una planta de aluminio
El Gobierno estadounidense activa ayudas por valor de hasta 500 millones de dólares (unos 465 millones de euros) para que Century Aluminum afronte la construcción de la primera planta de aluminio primario en el país en 45 años
Empujón del Gobierno de Estados Unidos al principal rival de Alcoa en suelo americano. El Departamento de Energía de Estados Unidos ha arrancado las conversaciones con Century Aluminum Company para la concesión de ayudas públicas por valor de hasta 500 millones de dólares (unos 465 millones de euros al cambio actual).
Con este impulso en forma de subvenciones públicas, Century proyecta la construcción de la primera planta de producción de aluminio primario en Estados Unidos en 45 años. «Una vez en operación, la planta podría duplicar el tamaño de la actual industria estadounidense de producción de aluminio primario», subraya la compañía.
Century celebra las ayudas para su planta
La administración Biden enmarca esta iniciativa y a otras 32 susceptibles de percibir ayudas públicas dentro de la estrategia de descarbonización que sigue el país. Según destaca Century Aluminum Company, esta vía de financiación está abierta solo para proyectos que aporten «soluciones de descarbonización a escala comercial necesarias para hacer avanzar a industrias que hacen un uso intensivo de energía hacia las emisiones cero, al mismo tiempo que se fortalecen las economías locales, se crean y mantienen empleos de alta calidad y se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero».
Según defiende Century Aluminum, su proyecto «fortalecerá las cadenas de suministro domésticas para materiales críticos de cara a la transición hacia las energías verdes«. Más en concreto, la empresa apunta a sectores como «la industria de los vehículos eléctricos, la producción y almacenamiento de energías renovables, la construcción y la industria del empaquetado sostenible» como beneficiadas indirectas del aluminio que saldrá de esta planta.
«Estamos extremadamente orgullosos de que el Departamento de Energía haya elegido el proyecto de Century y su planta de aluminio verde para recibir este significativo apoyo y estamos emocionados de continuar impulsando este proyecto transformador”, ha defendido Jesse Gary, CEO de la compañía estadounidense.
“El proyecto encarna una gran cantidad de objetivos y aspiraciones compartidos por todos nuestros stakeholders, incluido el hecho proporcionar una gran victoria para la industria nacional del aluminio primario y la economía estadounidense en general, fortalecer las cadenas de suministro nacionales de materiales críticos, proteger nuestros intereses de seguridad nacional y construir una futuro más sostenible para las generaciones venideras», ha recalcado.
¿El resurgir del aluminio en EE UU?
De esta forma, Estados Unidos revierte, al menos de momento, una tendencia que le había llevado a pasar de contar con 19 plantas de aluminio primario a comienzos de siglo a las cuatro actuales. Es por ello que la producción de aluminio primario en el país norteamericano se ha desplomado desde los 3,8 millones de toneladas métricas de 1999 hasta las 785.000 toneladas del año pasado.
Las cuatro factorías de aluminio primario activas en Estados Unidos se dividen a partes iguales entre Century Aluminum y Alcoa, que controlan dos cada una. En el caso de la compañía con planta en San Cibrao, sus centros de producción de aluminio primario en Estados Unidos se localizan en Warrick (Indiana) y Massena West (Nueva York), que cuentan con una capacidad conjunta de producción de 345.000 toneladas anuales.
Century apunta al área de Ohio como destino para esta planta para cuyas construcción se crearán unos 5.500 puestos de trabajo directos. Century, que también está presente en Islandia, Países Bajos o Jamaica, prevé que en torno a la factoría giren alrededor de 1.000 empleos directos una vez que esté operativa. Para ese entonces, las instalaciones generarán apenas una cuarta parte de las emisiones respecto a las plantas convencionales gracias a lo que el Departamento de Energía de Estados Unidos define como su modelo basado en la «eficiencia energética y el uso de energía libre de carbón».