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Atalaya prevé explotar 15 años la mina de Touro y exportar 100.000 toneladas de cobre por mar
La minera, que llega al nuevo proyecto de Touro con Trafigura y los fondos de Paramés como principales accionistas, estima que la apertura de la explotación generará unos 1.400 empleos
La Xunta ha otorgado a la mina de Touro la consideración de proyecto industrial estratégico. Esta declaración no supone una aprobación ambiental, solamente permite agilizar el proceso de tramitación reduciendo a la mitad los plazos, pero consuma la segunda oportunidad para una iniciativa industrial que la Consellería de Medio Ambiente tumbó en el año 2020. Desde entonces, los promotores han manifestado su intención de presentar un nuevo proyecto acometiendo las mejoras necesarias para que saliera adelante. Ese es el escenario al que acabamos de llegar.
Los impulsores de la explotación, a través de la sociedad instrumental Cobre San Rafael, son Explotaciones Gallegas, una filial de la constructora gallega Francisco Gómez y CIA; y Atalaya Mining, una multinacional que cotiza en Londres y que aprobó este mismo año el traslado de su sede a España, pues su principal activo es la mina de cobre de Riotinto en Andalucía.
Los mayores accionistas del grupo que capitanea Alberto Lavandeira son el gigante Trafigura, uno de las compañías que se interesó en el pasado por la planta de Alcoa en San Cibrao, y los fondos de Cobas, la gestora del ferrolano Enrique García Paramés. El fondo Fairfax, Blackrock, Allianz, el Sabadell o JP Morgan también están en el accionariado.
Atalaya firmó un acuerdo con su socio gallego para hacerse hasta con un 80% del proyecto una vez comience su desarrollo y, en la práctica, es quien está liderando su puesta en marcha.
Una mina para 15 años
Tras la declaración de la mina de Touro como proyecto industrial estratégico en el Consello da Xunta de este lunes, Atalaya comunicó la buena nueva al mercado, señalando que la iniciativa está diseñada para «ser un referente en minería sostenible en Europa» y estimando que la vida útil de la mina será de unos 15 años, con una producción media de unas 30.000 toneladas anuales.
Aunque el proyecto todavía no está en exposición pública, entre la minera y la Xunta han esbozado ya algunos datos clave. Cobre San Rafael prevé invertir 195,7 millones para una explotación que abarcará 812 hectáreas situadas esencialmente en la concesión minera de San Rafael, que data de 1958 y que estuvo activa en diversos periodos. En la última etapa, Explotaciones Gallegas la utilizaba como cantera para la extracción de áridos.
El yacimiento proporcionará básicamente cobre, aunque también se hallan sulfuros de hierro (pirita). La minera estimó en base a los sondeos de exploración que las reservas se situarían entre los 90 y los 120 millones de toneladas.
Las fases del proyecto
Según la información que ofrece Cobre San Rafael, el proyecto se acometería en fases. Desde la obtención del permiso de construcción tardará unos 18 meses en desarrollar las instalaciones e infraestructuras necesarias para la explotación. Luego vendrá la fase de extracción, en la que también se incluye una nueva inversión para incrementar la capacidad de tratamiento del mineral en el tercer año, y, una vez finalizada, dos años más para el cierre de la mina y la restauración del terreno.
La compañía dice necesitará de 400 trabajadores y estima que generará un millar de empleos más entre los puestos fijos de las contratas y los inducidos. Los costes anuales operativos se situarán en torno a los 100 millones, que beneficiarán sobre todo, según la minera, a proveedores y trabajadores gallegos.
Otro impacto positivo del proyecto, según Cobre San Rafael, estará en los puertos gallegos, ya que prevé exportar por mar hasta 100.000 toneladas de concentrado de cobre al año.
Los compromisos de Atalaya
La Xunta explicó con motivo de la declaración de la mina de cobre como proyecto estratégico que la iniciativa incluye la restauración ambiental de la zona afectada y de los pasivos ambientales heredados de anteriores explotaciones. También apuntó que el proyecto incluye una planta fotovoltaica para autoconsumo que evitará la emisión de 18.565 toneladas de CO2; un centro de tratamiento de purines para la valorización y aprovechamiento de los residuos de explotaciones ganaderas de Touro y O Pino; la reforestación de los espacios con especies autóctonas y la puesta en marcha de un proyecto piloto para complementar la cadena de valor y permitir la comercialización de cobre metal 99,9999%, en lugar de concentrado de cobre.
El Gobierno gallego ha declarado como estratégicos hasta la fecha ocho proyectos industriales, entre los que está también la fábrica de fibras textiles de Altri, la de neumáticos de Sentury Tire, la nueva planta de Ence en As Pontes o las plantas de hidrógeno que promueven Reganosa, EDP, Naturgy y Repsol.