Atalaya Mining gana 37 millones y redobla su apuesta ‘verde’ por la mina de Touro

La compañía, que promueve la reapertura de la mina de Touro junto a su socia Explotaciones Gallegas, quiere convertir a este yacimiento en su "segundo mayor activo", tan solo por detrás de su proyecto Riotinto

Alberto Lavandeira, CEO de Atalaya Mining

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Ritmo de crucero para Atalaya Mining. La empresa que capitanea Alberto Lavandeira ha hecho público su informe de sostenibilidad correspondiente al ejercicio 2023. Del documento se desprende que la compañía que promueve la reapertura de la mina de Touro en alianza con Explotaciones Gallegas cerró el año pasado con unas ganancias por valor de 36,7 millones de euros.

La cifra representa un salto del 15,8% respecto a un 2022 en el que, no obstante, sí logró facturar más. No en vano, según revela la firma en su informe de sostenibilidad, su cifra de negocio retrocedió un 6%, hasta situarse en los 340,3 millones de euros en un ejercicio al que dio carpetazo con un rebote del 76,4% en su ebitda (beneficio bruto de explotación), que se encaramó hasta los 73,1 millones de euros.

La hoja de ruta de Atalaya Mining

Atalaya Mining fortalece así sus cuentas mientras sigue adelante con su plan para reabrir la histórica mina de Touro, que permanece sin actividad desde el año 1987. «En Touro, nuestros esfuerzos sociales y medioambientales han merecido el reconocimiento de las comunidades locales y las partes interesadas, lo que ha repercutido positivamente en la perspectiva de nuestros proyectos», apunta Roger Davey, presidente de Atalaya Mining, que será relevado por Neil Gregson el próximo 1 de julio.

«Se prevé que Proyecto Touro, actualmente en fase de obtención de permisos, se convierta en nuestro segundo activo clave», añade Atalaya Mining, que posee una participación del 10% en Cobre San Rafael. Esta es la sociedad a través de la cual tanto Atalaya Mining como su socia Explotaciones Gallegas promueven la reapertura del histórico yacimiento.

El acuerdo de adquisición de derechos abre la puerta a que Atalaya adquiera «hasta el 80% de la propiedad a medida que se cumplan determinados hitos de desarrollo», tal y como da cuenta la firma en su informe de sostenibilidad. La minera que tiene como CEO al gallego Alberto Lavandeira «completó un estudio de viabilidad previa positivo en 2018, que contemplaba una operación convencional consistente en minería a cielo abierto, trituración, molienda y flotación para producir concentrados de cobre».

La empresa se encuentra a la espera de la obtención de los permisos definitivos por parte de la Xunta para poder explotar este yacimiento de bronce. Touro en el que actualmente ya opera una nueva planta de tratamiento de agua. «Está abordando problemas de escorrentía de agua ácida heredados de la mina histórica que cerró en 1987. La construcción de la planta de tratamiento estaba contemplada en la propuesta original del proyecto, pero Atalaya se ofreció a solucionar los problemas históricos de aguas ácidas antes de la nueva evaluación de impacto ambiental para demostrar su filosofía de funcionamiento y las ventajas de los sistemas operativos modernos», recalca la empresa.

Los hitos en 2023

Entre los hitos cosechados en este 2023, Atalaya Mining apunta a la solicitud de autorización de vertido de EDAR, la mejora del curso de agua de Rego Felisa mediante el cese de las aguas ácidas o la limpieza de los meandros del Rego Portapego. La compañía asegura que su objetivo pasa por «evitar cualquier impacto adverso en el entorno, abarcando aspectos medioambientales, sociales y culturales».

Como parte de esta apuesta, Atalaya Mining reivindica los 2 millones de euros invertidos en 2022 para la construcción de una nueva estación depuradora de aguas residuales encaminada a mejorar la calidad de las aguas de la zona, que todavía arrastran la cicatriz de la acidificación como consecuencias de las operaciones allí realizadas en las décadas de 1970 y 1980.

Según los cálculos de la compañía, ya son 1,6 millones de metros cúbicos los que se han tratado en estas instalaciones para las que prepara otra vuelta de tuerca. «Actualmente estamos en proceso de mejora de la EDAR mediante la implantación de una nueva línea de tratamiento biológico, desarrollada por una empresa gallega especializada, con el objetivo de reducir aún más los valores de amonio. Este tratamiento incluye la biolixiviación mediante bacterias que convierten el amonio en nitratos y la posterior desnitrificación, mediante arcillas expansivas», recalca la firma.

«La construcción de la EDAR estaba contemplada en la propuesta original del proyecto, pero Atalaya se ofreció a comenzar con esta obra antes de la nueva evaluación de impacto ambiental para demostrar su filosofía de funcionamiento y las ventajas de los sistemas de explotación modernos», justifica Atalaya Mining, que estima que este yacimiento alberga unas reservas de 390.000 toneladas de cobre, de las cuales prevé extraer unas 30.000 al año.

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