La apuesta de JP Morgan para Alcoa en San Cibrao: cierre o traspaso al Estado
El banco de inversión revisa al alza las expectativas sobre la compañía, pero ve dificultades para que esta pueda encontrar comprador para su complejo de San Cibrao
JP Morgan hace su particular quiniela sobre el futuro del complejo de Alcoa en San Cibrao. A través de un informe firmado por sus analistas Bill Peterson, Bennett Moore y Mahima Kakani, el banco de inversión ha revisado al alza el precio objetivo de las acciones de la compañía (de 32 a 36 dólares) al identificar como catalizadores de la empresa tanto el nuevo plan de estímulos en China como la venta de activos.
Sobre este punto, desde la entidad estadounidense se detienen en la situación de la compañía en A Mariña Lucense. «El próximo catalizador es la probable decisión sobre su complejo generador de pérdidas en San Cibrao antes de que acabe el año», recalca el documento. En él, JP Morgan explica que el proceso formal de venta «arrancó a comienzos de este año con alrededor de 60 entidades señaladas como potenciales compradores».
Sin embargo, este abanico se ha «estrechado a solo un puñado». «Incluso con el rally en el precio de la alúmina (del 54% en lo que va de año), la financiación interna se va a agotar previsiblemente en los próximos meses sin planes adicionales en materia de fondos», advierten desde JP Morgan.
JP Morgan cierra la puerta a la venta
«Si bien es cierto que una venta a una parte creíble podría ser una victoria, tenemos la sensación de que es más probable un cierre o un traspaso al Gobierno«, subrayan desde la entidad tras apuntar a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) como un posible actor clave en este escenario. En este sentido, desde el banco de inversión desvelan haber mantenido conversaciones con distintos inversores que manejan una horquilla de precios de entre 100 y 200 millones de dólares, lo que, a su juicio, se alinea con «los gastos de clausura previos» de factorías como Suralco o Port Comfort, de las que Alcoa se desprendió en 2017 y 2019, respectivamente.
JP Morgan sitúa su recomendación sobre las acciones de Alcoa en «neutral», si bien celebra los nuevos pasos de la compañía en aras de elevar su rentabilidad. Sobre este punto, desde la entidad cifran en 350 millones de dólares las mejoras en el ebitda (beneficio bruto de explotación) que la multinacional con sede en Pittsburgh se anotará con sus últimas medidas, lo que supone más de la mitad de los 645 millones que la compañía se había marcado como objetivo a medio plazo.
JP Morgan deja al margen de esta ecuación los ahorros generados por la bajada de los precios de las materias primas (60 millones de dólares), pero sí suma los 10 millones por la «integración de su flota» de cuatro barcos para transportar la bauxita procedente de Brasil, A este apartado se suman otros 200 millones de dólares por mejoras operacionales y, de acuerdo al banco de inversión, otros 150 millones de dólares por lo que definen como «lastre» de San Cibrao.
En este sentido, Alcoa ha cifrado en 700 millones las pérdidas sufridas en San Cibrao desde el año 2020 como consecuencia de la escalada de los precios de la energía en un complejo que colma sus necesidades con electricidad (planta de aluminio) y gas (la factoría de alúmina).
Las desinversiones de Alcoa
En paralelo, JP Morgan celebra la nueva ola de desinversiones por parte de Alcoa. A la venta de su participación del 25,1% en la empresa conjunta en Arabia Saudí (Ma’aden) a su socia local por aproximadamente 1.100 millones de dólares se suma su inminente decisión sobre San Cibrao. «En definitiva, esperamos que la asignación de capital se centre en objetivos específicos de reducción/optimización de la deuda este año y el próximo», precisan desde JP Morgan.
El informe del banco de inversión estadounidense se ha publicado en plena remontada de Alcoa en la bolsa estadounidense. Las acciones de la firma que capitanea Bill Oplinger se han disparado un 29,6% en el último mes ante la buena acogida por parte de los inversores de la venta de Ma’aden, el inicio de las bajadas de tipos por parte del Banco Central Europeo y la Reserva Federal, así como la perspectiva de nuevos estímulos por parte del Gobierno chino.
Sobre este último punto, los analistas de JP Morgan aseguran necesitar «evidencia de un mayor apoyo a la actividad macroeconómica en China». Además de este factor, desde la entidad aseguran que también es preciso que haya descensos «significativos de inventarios» para impulsar el precio del aluminio.