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Una minera asociada al expresidente de Chile aterriza en San Finx
Andes Iron Exploration, empresa que ha estado en el punto de mira en Chile por su vinculación con el recientemente fallecido expresidente Piñera, se ha hecho con el control accionarial de Metáis Estratéxicos, la compañía que se hizo con los derechos mineros de San Finx el pasado verano
Nuevo baile accionarial en la mina de San Finx. La sociedad chilena Andes Iron Exploration ha desembarcado en Metáis Estratéxicos y se ha hecho con el control de la sociedad. Así se desprende de las últimas anotaciones ante el Registro Mercantil de Madrid, en donde tiene domiciliada la sede la firma a la que le fue cedido el testigo para la explotación de este yacimiento el pasado verano.
Andes Iron Exploration figura desde el pasado mes de marzo como socio único de Metáis Estratéxicos. Esta última había sido constituida en mayo del año pasado como paso previo a la compra de los derechos mineros sobre San Finx. Metais Estratéxicos, empresa creada inicialmente por el despacho Latorre y Asociados y traspasada al geólogo peruano Álvaro Fernández-Baca, desembarcó en la mina situada en Lousame tras la venta por parte de Pivotal Metals.
La sombra de Andes Iron en Chile
Ahora, menos de un año después de esta operación, Metáis Estratéxicos sufre un vuelco en su accionariado con la entrada de una empresa que fue objeto de polémica en la escena política chilena. No en vano, Andes Iron Exploration contó en su día con Sebastián Piñera en su accionariado. Y es que, según reveló el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), el recientemente fallecido expresidente de Chile y su familia eran los máximos accionistas de Minera Dominga hasta 2010.
Esta es la sociedad que controla los derechos sobre el proyecto de la mina chilena de Dominga y fue vendida hace 14 años a la familia Délano Méndez a cambio de 152 millones de dólares, de los cuales 138 millones se habrían negociado, de acuerdo al ICIJ en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas.
Minera Dominga promovía la puesta en marcha de esta mina ubicada 500 kilómetros de Santiago de Chile previa inversión de 2.500 millones de dólares (unos 2.300 millones de euros). Su objetivo era activar esta mina que albergaba reservas de hierro y cobre en un país, Chile, que es el principal productor cuprífero del mundo. Sin embargo, el proyecto nunca llegó a ver la luz y se encuentra en estos momentos en vía judicial ante la oposición de diferentes colectivos.
Las principales críticas giraron en torno al impacto que la planta de transformación que Andes Iron planteaba para esta mina y que, a juicio de los ambientalistas, pondría en riesgo al Archipiélago de Humbolt, un lugar en el que conviven especies como ballenas o pingüinos.
La existencia de una cláusula para el último pago de 10 millones a la familia Piñera bajo el cual este se supeditaba a que no se estableciese una zona de protección ambiental que obstaculizara la operación de la mina puso en la diana a Piñera. Además, una comisión de investigación del Parlamento de Chile concluyó que el expresidente del país sudamericano «buscó beneficiar a Minera Dominga en agosto de 2010, cuando de manera arbitraria y saltándose la institucionalidad ambiental canceló la construcción de la central termoeléctrica Barrancones en la comuna de La Higuera», que se chocaría con el proyecto minero al estar separado por escasos metros.
Estas causas, que fueron archivadas por la Justicia chilena, que no apreció indicios de delito, zarandearon a la política chilena en los últimos años. Andes Iron ha culpado de esta situación al bloqueo a su proyecto por parte del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) del país sudamericano a través de una resolución que la compañía recurrió antes de consumar su desembarco en Galicia.
Carrusel de dueños en San Finx
De esta forma, una empresa extranjera vuelve a poner su foco en la mina de San Finx de cara a su reapertura. Metáis Estratéxicos había tomado el testigo en su momento de Pivotal Metals. La firma australiana promovía una doble reapertura en Galicia, que, sin embargo, no ha salido como preveía. Y es que Pivotal Metals (anteriormente conocida como Rafaella Resources) sufrió un varapalo en marzo cuando la Xunta de Galicia declaró la caducidad de su concesión en Varilongo, yacimiento que alberga, al igual que San Finx, reservas de cobre, estaño y wolframio, y para el que proyectaba la reapertura de la histórica mina subterránea y la puesta en marcha de otra explotación a cielo abierto.
Apenas cuatro meses después de este movimiento, Pivotal Metals anunció que pasaría a centrarse totalmente en su portfolio en Canadá y que consumaba su salida (por el momento) de Galicia a la espera de la respuesta judicial a su recurso contra la Xunta por Varilongo. Fue entonces cuando anunció la venta de la mina de San Finx a Metáis Estratéxicos tan solo año y medio después de habérsela adquirido a Valoriza Minería (filial de Sacyr).
Esta última abonará unos royalties del 3% por las ventas (con un tope máximo de un millón de euros) que obtenga de los minerales de este yacimiento en el caso de que se acabe materializando su reapertura. Además, Metáis Estratéxicos se ha comprometido a abonar, como parte de este acuerdo, un total de 150.000 euros como pago inicial. La australiana Pivotal Metals (anteriormente conocida como Rafaella Resources) hace caja, de esta manera, con un yacimiento que adquirió en diciembre de 2021 a Valoriza Minería a coste cero. Sobre este punto, la firma australiana apuntaba que los únicos gastos en los que incurrió como parte de este proyecto fueron aquellas encaminadas a inversiones de cara a su hipotética reapertura.
En el contrato de compra a Valoriza Minería se establecía que la minera australiana no efectuaría ningún pago hasta la producción y venta de las primeras 1.000 toneladas de mineral. A partir de entonces se activarían unos royalties del 2,5% (con un límite en cinco millones de dólares de euros) que podrían elevarse hasta el 5% en el caso de escalada en los precios tanto del wolframio como del estaño.
Los líos judiciales de la mina de San Finx
La actividad en la mina de San Finx lleva paralizada desde la quiebra de Incremento Grupo Inversor hace más de diez años y desde entonces arrastra un reguero de choques judiciales mientras sus diferentes dueños han esperado por una hipotética reapertura.
En este sentido, la Xunta revocó a finales del año pasado la autorización de vertido en la mina de San Finx. Además, Augas de Galicia ha multado con 180.000 euros a la minera de San Finx por un vertido de aguas residuales al rego Rabaceiras y con superación de los límites impuestos para los parámetros de cobre, cadmio y zinc.
Además, una representante de la minera de San Finx ha tenido que prestar declaración en el juzgado de instrucción número 2 de Noia como investigada en el marco del procedimiento abierto por la presunta comisión de delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente.