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Amancio Ortega y KKR reeditan la alianza de los 3.770 millones en dividendos
Pontegadea compartió accionariado con KKR en Telxius, donde ingresaron más de 2.000 millones en dividendos tras la venta de las torres de telecomunicaciones del grupo a ATC; ahora, vuelven a ser socios en los aparcamientos Q-Park
Pontegadea entró en el sector de los aparcamientos con la compra de un 20% de Q-Park, compañía holandesa con una cartera de 4.400 instalaciones entre propias, alquiladas y gestionadas, repartidas entre Países Bajos, Alemania, Francia, Bélgica, Reino Unido, Irlanda y Dinamarca. La operación, que hizo pública la propia Q-Park la pasada semana, vuelve a reunir al brazo inversor de Amancio Ortega con KKR, el fondo de inversión estadounidense que tomó el control de la compañía en 2017 tras desembolsar cerca de 3.000 millones. Posteriormente, vendió participaciones a Interogo Holding, un fondo vinculado a los propietarios de Ikea que tiene el 18% del capital; y al fundador de Inditex.
Pontegadea y el fondo norteamericano son viejos conocidos, ya que hasta hace poco eran socios en Telxius, la filial de infraestructuras de telecomunicaciones de Telefónica. Allí permanece la family office del hombre más acaudalado de España en la que será, probablemente, una de las inversiones más rentables de su trayectoria. KKR salió en 2022 tras vender su 40% de las acciones a la propia Pontegadea y a Telefónica, no sin antes embolsarse un dividendo de algo más de 1.500 millones.
Los 3.770 millones de dividendo
Amancio Ortega entró en Telxius en 2018 tras adquirir un 10% de las acciones a Telefónica por 378,8 millones. Las dos controlaban su participación a través de una sociedad ya extinguida, Pontel Participaciones, que en cuatro años de vida registró unos beneficios de 2.560 millones. El otro socio de Telxius era Taurus Bidco, es decir, KKR, con un 40% de las acciones.
Apenas tres años después de la llegada de Amancio Ortega, la compañía cerró la venta de su negocio de torres de telecomunicaciones a ATC por 7.700 millones, operación que explica las abultadas cifras que manejaron los aliados. Telxius repartió un dividendo acorde con la magnitud de la operación: 3.770 millones en el ejercicio de 2022. En base a su porcentaje de las acciones, KKR habría recibido en torno a 1.500 millones; Pontegadea, 678 millones; y Telefónica el resto, que le permitía cumplir con el objetivo de rebajar su deuda.
La salida de KKR
El otro negocio de Telxius, además de las torres, era la infraestructura de cable submarino de fibra óptica y backhauls terrestres que abarcan, a día de hoy, más de 100.000 kilómetros. Los socios ficharon a Société Générale y a Greenhill para explorar la venta del cable submarino, lo que prácticamente acabaría por vaciar de actividad a la filial de infraestructuras. Sin embargo, el mercado no respondió de la misma forma que con las torres y las ofertas no fueron lo suficientemente atractivas como para que Telefónica, KKR y Pontegadea decidiesen vender.
Tras naufragar la tentativa de venta, el fondo norteamericano, con una trayectoria más larga que Pontegadea en Telxius, decidió salir y vendió su 40% a los otros dos socios por 215 millones. Las cuentas eran buenas para Amancio Ortega. Todavía le quedaba una importante plusvalía tras pagar a Telefónica y a Telxius derivada de la venta de las torres y el suculento dividendo. Además, ahora tiene el 20% de la compañía con el negocio de cable submarino por vender. El grupo de Álvarez-Pallete tampoco tenía una especial prisa por la venta, pues ya había rebajado su deuda, así que decidieron continuar engordando el negocio a la espera de un mayor interés en el mercado. Y en eso están.
Tras la marcha de KKR de Telxius, el resto de socios aseguraron que las relaciones con el fondo norteamericano eran buenas, que simplemente había considerado que era el fin de ciclo de esa inversión. Así debió ser, pues solo unos años después vuelve a hacer negocios con Pontegadea y a tener como socio al brazo inversor de Amancio Ortega en los aparcamientos de Q-Park.