Amancio Ortega se atraganta con Enagás: primeras pérdidas, menos dividendos y caída en bolsa

Tras cinco años de inversión en la compañía de Arturo Gonzalo, Pontegadea ha visto reducidos sus pagos al accionista mientras el valor de su participación cayó de 280 a 156 millones. Además, el gestor gasista cierra 2024 con números rojos, al contrario de lo que se esperan en Redeia y REN

Amancio Ortega entra en el negocio de los aparcamientos con la compra de un 20% de Q-Park/ EFE

Amancio Ortega, en una foto de archivo en el concurso internacional de saltos de Casas Novas/ EFE

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De las grandes participadas energéticas de Amancio Ortega a través de su brazo inversor, Pontegadea, la que le está dando más quebraderos de cabeza es Enagás. Al contrario de lo que ocurre con Redeia y su homóloga lusa, REN, el gestor gasista cerró el ejercicio 2024 con unos números rojos de 299 millones de euros, los primeros que presenta con el dueño de Inditex dentro de su capital. Además, los de Roberto Cibeira han visto cómo los pagos en concepto de dividendos se han reducido en los cinco años que han pasado desde su desembarco. En ese tiempo, también se ha minorado considerablemente el valor bursátil de su paquete accionarial de un 5%. Lo adquirió por 280 millones de euros y, en la actualidad, vale 156 millones.

Enagás finalizó el ejercicio 2024 con unas pérdidas netas de 299,3 millones de euros, frente a las ganancias de 342,5 millones del ejercicio anterior. El negativo se debió a las minusvalías por casi 610 millones de euros registradas por la venta de su participación del 30,2% en la estadounidense Tallgrass Energy (impacto de 363,71 millones) y el laudo arbitral favorable por el conflicto con Perú por el proyecto Gasoducto Sur Peruano (245,72 millones).

Números rojos

Los de Arturo Gonzalo destacan que, sin tener en cuenta estos hechos, el grupo acabaría en negro. El beneficio después de impuestos habría alcanzando los 310,1 millones de euros, por encima del objetivo anual marcado por la compañía de una horquilla entre 270 y 280 millones de euros. En cualquier caso, las pérdidas consolidadas del grupo contrastan con los beneficios anotados en los últimos años. En 2020 de 444 millones, 404 en 2021, 376 millones en 2022 y 343 millones en 2023.

Su previsión, eso sí, es regresar a beneficios cuando acabe este ejercicio, en el que espera anotarse un resultado después de impuestos de alrededor de 265 millones de euros y un ebitda del entorno de los 670 millones.

Entrada con la mirada puesta en Tallgrass

Pontegadea, el holding de Amancio Ortega gestionado por Roberto Cibeira, desembarcó en Enagás en diciembre de 2019. Se hizo con una participación de un 5% por algo más de 281 millones de euros. Curiosamente, el padre de Sandra y Marta Ortega desembarcó en la compañía a través de la ampliación de capital de 500 millones que la energética realizó para financiar parte de la compra de una participación adicional en Tallgrass Energy, la inversión causante ahora de las pérdidas por las minusvalías generadas por su venta. En aquella altura, Enagás miraba a Estados Unidos; ahora, lo hace a Europa y al negocio del hidrógeno.

Desde diciembre de 2019 hasta ahora, el precio de la participación de Ortega Gaona se ha devaluado. Con una capitalización bursátil de 3.122 millones de euros, el paquete accionarial de Pontegadea tiene un valor, en la actualidad, de 156 millones de euros, 125 millones de euros menos.

El fundador de Zara compensa la caída de la cotización con los dividendos, pero el retorno es aún ajustadísimo. Desde 2020, Pontegadea recibió cerca de 116 millones de euros de la retribución de la compañía a los accionistas. El próximo pago marcado en el calendario, complementario del ejercicio 2024, tendrá lugar el próximo 3 de julio, y supondrá unos ingresos de unos 7,5 millones de euros para la compañía con sede en A Coruña.

Por contraponer, Pontegadea se hizo con un 5% del capital de Redeia en julio de 2021, para lo que desembolsó 481 millones de euros. En estos momentos, el valor bursátil de su paquete accionarial está en 454 millones de euros, 27 millones menos. Los dividendos percibidos en este tiempo, no obstante, suman cerca de 74 millones de euros, compensando de sobra la diferencia.

Dividendo a la baja

En la presentación de resultados anuales, Gonzalo Aizpiri aseguró que, a pesar de las históricas pérdidas, el grupo prevé continuar repartiendo un euro por acción de dividendo hasta más allá de 2026. Una afirmación que calmó a mercado y analistas (esa jornada solo bajó un 0,7% en bolsa), pero que evidencia que, de momento, los accionistas, y por tanto Ortega Gaiona, recibirán una retribución menor a la de los ejercicios anteriores. Y es que hace precisamente un año el grupo anunció que el dividendo para los siguientes tres ejercicios se quedaría en un euro por acción, un tijeretazo amparado en las inversiones necesarias para sus proyectos relacionados con el hidrógeno.

Cuando Ortega entró en Enagás, esta esta una de la reinas del dividendo en el Ibex con una de las rentabilidades más altas, aunque la retribución a los socios fue cayendo (en la actualidad, pese a todo, sigue estando sobre el 6%). En 2019, la compañía premió a los accionistas con 1,60 euros el título, que pasó en los siguientes ejercicios a 1,68 euros, 1,70 euros, 1,72 euros y 1,74 euros, para caer este 2024 hasta el euro. Un abono que se realiza en dos pagos, uno de 0,4 euros el título que se llevó a cabo en diciembre y el próximo de 0,6 euros que se realizará en julio.

La clave de un socio estatal

A la hora de acometer sus inversiones en el terreno energético, en las apuestas de Pontegadea se dibujan una serie de patrones comunes. La patrimonial de Ortega Gaona, hasta ahora, siempre ha desembarcado en grupos que le aseguraban un retorno vía dividendos y que estaban participados por las administraciones públicas (es el caso de Enagás, Redeia y REN).

No obstante, en estos momentos, para muchos analistas, la participación pública en Enagás (la SEPI tiene un 5% del capital) es clave a la hora de definir el rumbo de la compañía, que aborda una nueva etapa inversora centrada en Europa y enfocada, principalmente, en el negocio del hidrógeno (la venta de Tallgrass, de hecho, se realiza para obtener recursos para este objetivo). El nuevo plan estratégico de la cotizada pasa por invertir 4.035 millones de euros en los próximos seis años, de los que 3.125 se destinarán al despliegue de infraestructuras de hidrógeno renovable.

Esa fuerte apuesta inversora por el hidrógeno es la que hace que algunos analistas pongan en duda que el grupo pueda mantener en el corto plazo su dividendo sin nuevos recortes. Esta semana lo apuntaba Bankinter, que si bien sigue recomendando comprar el valor, apunta a que “es posible que se puedan producir recortes del dividendo en el futuro para acomodar las inversiones en hidrógeno y mantener la deuda bajo control”.

¿Qué pasará en bolsa?

Todos estos factores hacen que, de momento, la inversión en Enagás sea la más complicada, al menos en el corto plazo, que afronta Amancio Ortega en su cartera energética. Este miércoles, el valor cayó un 1,82%, intercambiándose la acción en 11,92 euros.

En la jornada, tanto Barclays como Deutsche Bank redujeron la valoración de la compañía, al acoger con cautela su nuevo plan estratégico, debido principalmente a las incertidumbres con respecto a los tiempos de los proyectos de hidrógeno, condicionados también por la recepción de fondos europeos. En todo caso, el consenso de mercado ve potencial en la acción de Enagás, ya que sitúa el precio objetivo de su acción en casi 15 euros.

Habrá que esperar, por tanto, para ver si se produce un cambio en la primera gran apuesta energética de Amancio Ortega.

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