Altri prevé lograr el ‘ok’ ambiental a su fábrica de Palas de Rei “a principios de 2025 a más tardar»

El CEO de la compañía lusa señala al comienzo del próximo año para saber si su proyecto de 1.000 millones obtiene la licencia ambiental; cree que a partir de entonces podrán "avanzar más rápido" en la financiación de la planta y la obtención de ayudas públicas

José Soares de Pina, CEO de Altri, flanqueado por Carlos van Zeller, consejero ejecutivo, y Bruno Dapena, director de desarrollo del proyecto. En los extremos, Pedro Baptista, director de Operaciones, y Olga López, responsable de Recursos Humanos / EFE / Lavandeira Jr

José Soares de Pina, CEO de Altri, flanqueado por Carlos van Zeller, consejero ejecutivo, y Bruno Dapena, director de desarrollo del proyecto. En los extremos, Pedro Baptista, director de Operaciones, y Olga López, responsable de Recursos Humanos / EFE / Lavandeira Jr

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Altri espera que el arranque de 2025 arroje algo más de luz sobre su proyecto en Palas de Rei (Lugo), una inversión próxima a los 1.000 millones de euros para levantar una fábrica de fibras textiles con el apoyo de ayudas públicas. La factoría está pendiente de la aprobación ambiental y de la obtención de fondos europeos, motivos por los que la pastera lusa ha ido retrasando su decisión de ponerla en marcha.

El consejero delegado del grupo, José Soares de Pina, dijo en la conferencia con analistas posterior a la presentación de resultados del tercer trimestre, que aguardan tener una respuesta de la Xunta sobre la adecuación ambiental del proyecto en el inicio del próximo año. «Es un proceso muy detallado, muy prolongado», dijo el directivo. «Por lo general, llevaría aproximadamente un año, por lo que suponemos que, a más tardar, a principios de 2025 deberíamos tener alguna indicación sobre esa licencia ambiental integrada», explicó el primer ejecutivo de Altri.

Soares de Pina señaló que los técnicos de la Xunta han realizado ya una serie de informes específicos sobre las distintas áreas de la factoría en una «revisión exhaustiva». «Hemos estado siguiendo este proceso y hasta ahora no hemos identificado ningún obstáculo significativo«, apuntó. También sacó a relucir las distintas consultas planteadas ante la Comisión Europea, fundamentalmente por el BNG, y que recibieron como respuesta que, por el momento, no había incumplimiento alguno de las normativas ambientales.

«Creo que eso nos da más tranquilidad y que no deberíamos tener sorpresas significativas. Como hemos dicho anteriormente, hemos presentado este proyecto para ir mucho más allá del requisito de la norma ambiental, comenzando con las normas ambientales gallegas, que son más estrictas que las españolas, que, a su vez, son más estrictas que las de la Unión Europea. Por lo tanto, nos sentimos muy cómodos con la forma en que avanza«, explicó Soares de Pina a los analistas.

La financiación de la fábrica

Además de la obtención de los permisos, el otro elemento crucial para que el denominado proyecto Gama salga adelante es la financiación. Altri está tramitando la factoría a través de la sociedad Greenfiber, que cuenta con Smarttia, la sociedad patrimonial del primer accionista de Greenalia, Manuel García Pardo, como socio. Además de incorporar socios locales que puedan contribuir a la inversión, la principal vía para obtener fondos pasa por conseguir ayudas europeas. La compañía ha dicho en varias ocasiones que son imprescindibles y que deberían situarse en torno a los 200 millones, aunque el camino para conseguirlas nunca ha estado claro.

Soares de Pina expuso este viernes que, una vez que la autorización ambiental «esté clara», también podrán «avanzar más rápido con el proceso de financiación, pero eso sería después de la emisión de la licencia». «Este ha sido un tema importante de compromiso con el Gobierno central, y sigue siendo así», añadió en relación a la financiación de la planta.

El CEO volvió a recordar que estos dos elementos, los permisos y los fondos para construir la planta, son los elementos que espera tener sobre la mesa para tomar la decisión final sobre la inversión, es decir, si desarrolla o no el proyecto. La planta de fibras textiles, una iniciativa auspiciada por la Xunta desde que la anunció Alberto Núñez Feijóo en 2021, ha generado fuertes discrepancias con el BNG, que está en contra de su construcción, y protestas de colectivos sociales y ciudadanos por el temor a su impacto ambiental.

Altri vira hacia el textil

Al margen del proyecto gallego, la producción de pasta soluble enfocada a la industria textil va ganando peso en la estructura de ingresos de Altri. La compañía tiene en marcha un proyecto para destinar la totalidad de la producción de una de sus plantas, Biotek, al disolving, que es el tipo de pasta que se utiliza en la viscosa o el lyocell para destinarla a la confección de prendas. Soares de Pina aclaró que esta transformación no interfiere en absoluto con la factoría de Palas de Rei, pues es un proyecto que se inició antes de que la Xunta designara a la pastera lusa para hacerse cargo de la fábrica de fibra textil.

«La conversión (de Biotek) no tiene implicaciones para Gama. Son dos proyectos completamente separados. Tenemos la intención de considerar un cambio hacia la disolución desde hace varios años, antes de que comenzáramos a desarrollar el proyecto Gama, que se inició con una licitación internacional convocada por el Gobierno gallego a través de su entidad público-privada Impulsa, buscando un socio industrial para establecer e implementar este proyecto en Galicia».

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