Altri y el dueño de Greenalia inyectan otros 14 millones en la promotora de la planta de Palas de Rei

En medio de críticas por el temor al impacto ambiental del proyecto, la fábrica de fibras textiles de Palas de Rei continúa su tramitación sin que su promotor, la pastera lusa Altri, confirme que vaya a construir la factoría, pues su decisión sigue a la espera de conocer los fondos europeos a los que puede acceder la iniciativa.

Quiere ver el escenario completo la compañía que dirige José Soares de Pina, incluido el visto bueno ambiental de la Xunta, antes de dar el ‘sí’ definitivo, pero no quedan dudas de que su deseo es producir fibras textiles en Lugo. El dinero que ya ha puesto sobre la mesa habla claro. Y junto a él han llegado también las aportaciones del único socio del proyecto hasta la fecha, Smarttia, la sociedad con la que Manuel García controla la mayoría accionarial de Greenalia.

Las aportaciones de Altri y Smarttia

La alianza ha inyectado otros 14,1 millones en Greenfiber, la sociedad instrumental domiciliada en Pontevedra que tramita la planta de Palas de Rei y en la que Altri controla el 75% del capital, mientras que el CEO de Greenalia participa en un 25%, como adelantó este medio. En correspondencia con el peso accionarial de cada uno, la mayor aportación ha correspondido a la compañía portuguesa, que puso 10,6 millones a través de su filial Biogama. Smarttia, por su parte, aportó otros 3,5 millones en el pasado ejercicio.

Estas inyecciones, que están fortaleciendo los fondos propios y, en consecuencia, el patrimonio neto de Greenfiber, se suman a las del ejercicio de 2022, cuando los socios desembolsaron otros 9,4 millones. En aquel curso, 7,1 millones fueron de Altri y 2,3 millones de la patrimonial de Manuel García. A lo largo de esos dos años, por tanto, destinaron a la promotora de la factoría 23,6 millones.

Refuerzo a los fondos propios

El compromiso de los aliados con la iniciativa ha permitido a Greenfiber elevar su patrimonio neto hasta los 19,7 millones a cierre de 2023, más del doble que un año antes, a pesar de que la sociedad va acumulando pérdidas al carecer de actividad productiva, pues la fábrica ni está en marcha ni se sabe todavía si se va a construir. Según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, los números rojos fueron de 3,1 millones en 2023 y de 1,7 millones en 2022.

Al igual que los fondos propios, los activos de la promotora de la planta también van creciendo, pues a cierre del año pasado alcanzaban los 21,2 millones, frente a los 15,8 millones del ejercicio precedente.

Cuánto ha gastado Altri en el proyecto

Estas cifras no se corresponden con el gasto real en el que ha incurrido Altri para preparar el proyecto, que, cabe recordar, está a la espera de la declaración de impacto ambiental de la Xunta y de las ayudas que alivien los cerca de 1.000 millones de inversión que, según los cálculos de la compañía portuguesa, harían falta para construir la fábrica de lyocell.

Según las cuentas de Greenfiber, los gastos para la puesta en marcha de la instalación superarían ya los 15 millones, que se corresponden con el inmovilizado material que acumula la sociedad. De este importe, unos nueve millones fueron refacturados a empresas del propio grupo de Altri. Adicionalmente, los compromisos de inversión a cierre del ejercicio superaban los dos millones, por lo que la factura del proyecto seguirá creciendo antes de poder empezar a obrar.