Altri admite que “el desarrollo del sector textil es uno de los motivos por los que elegimos Galicia”

Altri esboza las líneas maestras de su plan en Palas de Rei. La compañía portuguesa ha armado en el Centro Tecnológico Têxtil e Vestuário (Citeve) de Vila Nova de Famaliçao una pequeña planta piloto en la que transforma la pasta de celulosa en fibras textiles (lyocell). Se trata de proceso que replicará a gran escala en el concello lucense de Palas de Rei una vez que logre la obtención de todos los permisos y consiga atar la financiación procedente de fondos europeos.

La de Palas de Rei, que lleva aparejada una inversión superior a los 1.000 millones de euros será la primera gran apuesta de Altri fuera de su país natal. La compañía prevé complementar su actividad en los complejos de Caima, Biotek y Celbi, centrados en la producción de pasta soluble, con la de su fábrica gallega. La decisión de elegir a Galicia como destino de su primera gran inversión más allá de Portugal no es baladí.

«El desarrollo del textil es una cuestión importante. Es uno de los motivos por los que Altri ha elegido Galicia», ha reivindicado Carlos Van Zeller, director general de Operaciones y vicepresidente de Altri. Según ha explicado el ejecutivo durante una visita al complejo de Citeve en Vila Nova de Famaliçao, la planta piloto allí presente (fue ideada en 2019 y está operativa desde noviembre de 2023) cuenta con «una tecnología similar a la de nuestro proyecto en Palas de Rei». «Es una base de lo que queremos hacer», ha avanzado.

En estos momentos hay «unas ocho o diez instalaciones similares» a la que proyecta Altri en Palas de Rei, pero todas ellas contemplan capacidades de producción muy reducidas y «tan solo una ha logrado pasar a escala industrial». «Es necesario mucho tiempo e inversión hasta que la tecnología sea robusta», ha destacado Van Zeller.

Así se ha produce el lyocell

Mediante esta inversión, Altri busca introducirse en un segmento con el que lograría cerrar el círculo en su proceso productivo y se posicionaría, de esta manera, como referente en el mercado en la producción de un lyocell que está llamado a marcar el nuevo rumbo al sector textil. Actualmente el lyocell representa en torno a un 2% de la materia prima utilizada por la industria textil. Alrededor de dos tercios de la tarta se los lleva el poliéster (resina plástica que se obtiene del petróleo a través de una sucesión de procesos químicos) y el algodón, más sostenible que el poliéster pero que emplea cantidades ingentes de agua (unos 10.000 litros por cada kilogramo de producto final).

Empresas como Inditex ya marcan su propio calendario en materia de sostenibilidad al anunciar que las fibras textiles y los materiales de nueva creación acapararán el 25% de las materias primas empleadas para sus prendas ya en 2030.

Altri lleva casi una década trabajando en el desarrollo de este lyocell que se posiciona como pieza clave para la industria textil de cara a la próxima década. «Desde un punto de vista químico, el lyocell y algodón son muy similares», ha destacado Gabriel Sousa, director de Innovación y Desarrollo Tecnológico de Altri. El ejecutivo de Altri ha llamado a «mirar a los bosques como materia prima para un montón de aplicaciones», entre ellas este lyocell que tiene su particular banco de pruebas en el Citeve.

El Centro Tecnológico Têxtil e Vestuário tiene en marcha el denominado proyecto Be@t. En él participan un total de 56 socios (entre ellos Altri) y está dotado de un presupuesto de 138 millones de euros. Su objetivo es el «desarrollo de productos y materiales textiles trazables, de origen biológico, renovables y con mejores credenciales medioambientales».

El Citeve experimenta con nuevos elementos susceptibles de convertirse en materias primas para la industria textil. Desde las cortezas de los pinos hasta los plátanos, pasando por los erizos de las castañas. Pero dentro de todo este amalgama de opciones, la elaboración de lyocell a partir de pasta de celulosa es la que más enteros gana.

«Desde la celulosa sólida podemos producir una solución de una textura similar a la miel, que después de estar en contacto con el agua se va a convertir en un filamento de celulosa que es el lyocell«, explica Gabriel Sousa. La abundante disponibilidad de biomasa forestal (se estima que el proyecto necesitará 1,2 millones de toneladas de madera de eucalipto al año) han convertido a Galicia en un punto de referencia para los planes de expansión de Altri.

«La ventaja de tener toda la cadena de valor»

A este factor se suma la proximidad a una industria textil que brilla con luz propia tanto en la Región Norte de Portugal como en la propia Galicia con Inditex como buque insignia. «En Portugal y Galicia se daría la ventaja de tener toda la cadena de valor, desde la fibra hasta el producto final», ha recalcado Carla Silva, investigadora en el departamento de biotecnología de Citevi, institución que sirve de nexo de unión entre el mundo académico y el empresarial.

«Tenemos que tener aquí la soberanía en materia de suministro», ha reivindicado Gabriel Sousa, que ha recordado la importancia de contar con cadenas de valor autóctonas para evitar la dependencia de terceros países (especialmente Asia) que ha desencadenado episodios de crisis como la de los microchips que tanto sacude a la industria de la automoción viguesa.