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Los ‘daños colaterales’ que admite Altri en su proyecto para Palas de Rei
La pastera lusa asegura que el agua retornada al río no provocará una variación de temperatura de más de tres grados, aunque en su informe ambiental indica que el vertido alcanzará los 27 grados; la chimenea tendrá 75 metros para que no afecte a la salud humana
El proyecto del complejo de fibras textiles que Altri proyecta en Palas de Rei cuenta con numerosos detractores y con de la Xunta de Galicia y la patronal como principales apoyos, siempre que cumpla con los requerimientos técnicos y ambientales. Entre los contrarios, el BNG, el PSdeG (especialmente el lucense), distintos colectivos de defensa del territorio y sindicatos (la CIG ya ha mostrado su rechazo y CCOO ha convocado a su comité nacional para tomar una determinación ante su desacuerdo con el plácet mostrado por su federación de industria). Ante la polémica generada, la pastera lusa ha habilitado una página web en la que rechaza muchas de los argumentos esgrimidos en su contra en las últimas semanas pero en la que también llega a admitir los daños colaterales de su propuesta industrial, que tiene la catalogación de estratégica por parte de la administración autonómica.
Una de las grandes críticas que se le hace a Altri radica en el excesivo consumo de agua que necesita para su actividad, que sacará del embalse de Portodemouros, y el hecho de que devolverá el agua usada en el proceso industrial al río Ulla. Por ejemplo, el primer sindicato de Galicia, la CIG, que este miércoles hizo públicas sus alegaciones a la solicitud de autorización ambiental integrada y el estudio de impacto ambiental del proyecto Gama, asegura que la actividad prevista afectará a la calidad de las aguas del Ulla, así como impactará sobre la actividad marisquera y de pesca de la Ría de Arousa, donde desemboca.
Consumo de agua
Argumenta la CIG que “la solicitud de concesión de aguas, por 75 años, para la captación de agua es de 640 litros/segundo (más de 46.000 metros cúbicos al día)”. “Siendo el consumo medio de agua de Galicia de 130 litros por habitante y día, Greenfiber empleará la misma cantidad diaria que 352.850 habitantes, cantidad superior a la que consumen las familias de la provincia de Lugo en una jornada”. Explica, además, “que más del 65% del agua volverá al embalse con una temperatura de 27 grados y una carga importante de materia orgánica y de químicos”. “La temperatura del vertido disminuirá la cantidad de oxígeno disuelto en el agua y además se echarán grandes cantidades de materia orgánica que consumirán mucho oxígeno en su degradación aeróbica”, expone. En la misma línea que el BNG y organizaciones como Adega o Ulloa Viva, defiende que la “contaminación” de la que adolecerá el Ulla llegará a la ría de Arousa “afectando de una forma radical a la biodiversidad y producción de mariscos”.
En su informe en exposición pública, y tal y como apunta las entidades que han presentado alegaciones, Altri reconoce que el agua que se devolverá al Ulla, tanto de origen sanitario como industrial y que superará los 30.000 metros cúbicos diarios, estará a una temperatura de 27 grados. En ese informe asegura que, posteriormente, al mezclarse con el caudal alcanzaría una temperatura que no incumple los límites máximos de 24 grados marcados por el Plan Hidrológico Galicia Costa.
Polémica por la temperatura
En la página web habilitada este miércoles (greenfiber.es) para dar a conocer aspectos relacionados con la planta proyectada en Lugo, Altri no hace referencia a estos 27 grados de temperatura inicial del vertido, aunque reconoce que habrá una variación de temperatura que, asegura, no sobrepasará los tres grados. “Tal y como contempla la ley, el proceso garantiza que el agua retornada al río, al mezclarse con el caudal natural, no provocará una variación de temperatura del mismo mayor de tres grados, por encima o por debajo”, dice.
Al margen de reconocer que sí existirá una variación en la temperatura del Ulla (aunque dentro, asegura, de los parámetros legales), la pastera lusa defiende que el agua empleada en el proceso industrial “será depurada antes de su devolución al Ulla, cumpliendo rigurosamente con todos los parámetros exigidos en el Plan Hidrológico Galicia Costa”. “Esto garantiza que no se afectará al estado actual del río Ulla, tal y como reflejan los estudios de dispersión realizados del agua devuelta al río”, asevera.
¿Reutilizar el agua?
Por otro lado, Altri indica que, si bien la planta está diseñada para poder usar, “no consumir”, un máximo de 46.000 metros cúbicos de algua al día, “esta cifra solo existe para situaciones de emergencia o necesidad puntual y no representa un uso diario”.
Pero, ¿por qué la pastera volverá a echar agua usada al río, en vez de reutilizarla en la fábrica? Asegura “que se trata de una cuestión estrictamente técnica”. “El embalse de Portodemouros presenta malas condiciones hídricas, debido fundamentalmente a las actividades ganaderas, que acaban contaminando el agua con nitrógeno, fósforo, etc… Esto significa que tenemos que sobrecargar nuestro tratamiento de agua para eliminar estos mismos productos. Por el momento, la tecnología no permite reutilizar más agua purificada, ya que la carga de tratamiento del agua para la fábrica es muy alta”, expone.
Como Altri defiende que devolverá el agua al río Ulla sin ningún tipo de contaminante y sin que se cambie el estado actual del río, “se prevé que esta llegue a la Ría de Arousa en las mismas condiciones y, por eso, no afectará a los bancos marisqueros”.
Chimenea de 75 metros
La pastera asegura que, lo mismo que con el agua, tratará los gases generados por la combustión de los productos de la madera que no sirven para la producción de fibras antes de que sean liberados en la atmósfera. Asegura que “con el estudio de dispersión realizado (cuya información se presenta en la documentación ambiental) no se prevé ningún impacto negativo en la atmósfera ni en el entorno que sea prejudicial para la salud humana o el medio biótico”.
Sin embargo, reconoce que se prevén emisiones de “azufre, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono y material particulado”, motivo por el que se instalará una chimenea de 75 metros, una altura, concede Altri, “que fue precisamente definida en un estudio de dispersión que garantiza la no afectación perjudicial a la salud humana o de los animales”.
«Conversaciones directas» con el Gobierno
Altri, que reconoce también que no destinará a lyocell, el tejido artificial a partir de pasta de madera, toda la producción de celulosa que lleve a cabo en la planta (de 400.000 toneladas que prevé fabricar, la mitad se comercializará fuera de Galicia y se venderá a industrias de producción de fibras textiles), insiste en su argumentación en que puede captar una ayuda pública de más de 200 millones de euros.
“La inversión será superior a los 850 millones de euros y se espera un apoyo por parte del Gobierno central en torno al 25% del total de la inversión, sobre lo cual existen conversaciones directas en este sentido”, asevera.