El CEO de Alcoa rechaza una venta a trozos, pero amenaza con el cierre: “No descartamos ninguna opción”

Estima que los resultados negativos de San Cibrao generaron pérdidas de 150 millones de dólares en el ebitda del grupo y responsabiliza al Gobierno de la falta de compensaciones y de la lentitud en la tramitación de los parques eólicos

William Oplinger, CEO de Aloca, acompañado del director de operaciones de la multinacional en Australia, Matthew Reed / Alcoa / Linkedin

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No baja el tono Alcoa respecto al futuro del complejo de San Cibrao, que está en medio de un proceso de venta de desenlace incierto. La cúpula de la multinacional, tras meses insistiendo en la inviabilidad actual de las factorías, reitera que todos los escenarios están abiertos, entre ellos, el cierre de las plantas que han sido la principal palanca de actividad industrial de A Mariña lucense.

Lo hace por boca de su principal ejecutivo, el consejero delegado del grupo William Oplinger, que relevó a Roy Harvey en septiembre del año pasado, a solo unos meses de que la fábrica de aluminio de San Cibrao reiniciara su actividad. «En relación a su pregunta sobre una posible reducción, odio especular sobre dónde podríamos llegar, pero no descartaría ninguna opción en este momento«, dijo cuestionado sobre el futuro del complejo en la conferencia de analistas tras la presentación de los resultados del segundo trimestre de su ejercicio, que cerró con beneficios de 20 millones de dólares.

La energía de Alcoa

El jefe mundial de Alcoa habló mucho sobre Galicia, pues tras el cierre de la planta australiana de Kwinana, es el enclave que tiene marcado en rojo para mejorar de manera rápida su rentabilidad. Oplinger estimó que las malos resultados registrados en el complejo lucense mermaron en unos 150 millones el ebitda del grupo.

«La última palanca de mejora a corto plazo que describimos fue encontrar una solución para San Cibrao. Nuestro doble enfoque se ha centrado en mejorar la competitividad de la ubicación y en buscar una venta potencial. Tanto el proceso de venta como la iniciativa de mejora de la competitividad dependen de encontrar energía competitiva tanto para la fundición como para la refinería», advirtió.

El papel del Gobierno

De hecho, las quejas sobre el retraso en la construcción de los parques eólicos para las factorías –durante los dos años de apagón, Alcoa firmó acuerdos de suministro (PPA) con Endesa, Greenalia o Capital Energy— y por la falta de ayudas que compensen el elevado precio eléctrico que ya figuraban en su informe de resultados, continuaron en el encuentro con los analistas.

«Si bien los precios de la electricidad y el gas son más bajos que los máximos recientes, todavía no han vuelto a un rango que pueda considerarse competitivo. Las entidades del Gobierno español podrían ser útiles en múltiples frentes. Sobre los costes de la electricidad, podrían proporcionar una compensación material de CO2 y eliminar las denegaciones de permisos y los retrasos que han impedido la disponibilidad de generación de energía renovable de bajo coste», dijo Oplinger.

«Aún con estos desafíos, continuamos trabajando en el proceso de venta y apuntamos a concluirlo este año. Pero como se señaló anteriormente, una venta exitosa dependerá del apoyo del gobierno y de los sindicatos«, concluyó.

La venta de las plantas

Finalmente, el CEO de Alcoa también se refirió al proceso de venta abierto por la multinacional, en el que ha recibido seis muestras de interés por las plantas lucenses tras dirigirse a más de 60 operadores en busca de un comprador. Oplinger, sin cerrar ninguna puerta, cree que la mejor opción es la venta conjunta del complejo, es decir, las fábricas de aluminio y alúmina. Esta última planta pasará a ser al 100% de Alcoa próximamente, cuando integre a su socio australiano Alumina Limited.

«Es difícil vender parte del complejo porque ambas plantas están conectadas y sería necesario disponer de capital adicional para operar las dos de forma independiente. Entonces creo que eso dificulta la venta por separado», señaló el directivo, quien dijo que las muestras de interés para la adquisición de las instalaciones procedían de diferentes tipos de inversores.

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