Alcoa rechaza seguir financiando las pérdidas de San Cibrao con 900 millones en la caja del grupo
La multinacional americana cifró ante los analistas en 220 millones la caja y las líneas de crédito disponibles para las operaciones en San Cibrao, cantidad que, asegura, se vería al límite si atiende a los compromisos pactados de rearranque en estos momentos
Máxima tensión en San Cibrao. Este miércoles, el comité de empresa de Alcoa mantuvo una reunión con la dirección de la compañía que, según la parte social, se cerró “sin garantías, fechas ni concreciones”, algo que pone de manifiesto, a su juicio, que la multinacional da por rotos los acuerdos que tenía con los trabajadores y que pasaban por el rearranque de la planta de aluminio primario, con las cubas de electrólisis paradas desde hace dos años debido a los precios de la energía.
La crisis de Alcoa se precipitó la semana pasada, con la presentación de los resultados anuales del grupo con sede en Pittsburgh, que cerró el 2024 con unas pérdidas de 651 millones de dólares, alrededor de 600 millones de euros al cambio. La compañía indicó que, a pesar de que hasta el momento había cumplido los compromisos pactados con la plantilla, “las condiciones actuales del mercado, incluido el coste de la energía, no respaldan un reinicio económicamente viable”. Argumentando que, a mayores de las pérdidas, los permisos para poner en marcha los parques eólicos que ayudarían a regular la factura de la planta se habían retrasado, la multinacional indicó que no estaba dispuesta a seguir financiando las pérdidas del complejo de A Mariña. “La refinería y la fundición incurrieron en pérdidas significativas en 2023 y en años anteriores que han sido financiadas con líneas de crédito internas que ahora están cerca de sus límites”, explicaron.
Sin embargo, ¿en qué posición se encuentra el grupo? Los números publicados por Alcoa evidencian que, si bien, efectivamente, su negocio en España arrastra pérdidas millonarias, la multinacional tiene capacidad para hacer frente a este agujero. En concreto, y atendiendo al balance consolidado de la compañía dado a conocer hace una semana, el grupo cerró el ejercicio 2023 con una caja de 944 millones de dólares (unos 870 millones de euros), frente a los 1.363 millones con los que contaba un año antes, en 2022.
Un mal año, pero con fondos
Es decir, aunque cuenta con una caja millonaria, Alcoa, al menos a tenor de las declaraciones realizadas hasta el momento, no parece dispuesta a seguir financiando las pérdidas que le atribuye al negocio de San Cibrao. Es cierto que el 2023 de la compañía de aluminio, a nivel consolidado, no ha sido bueno. Al margen de las pérdidas netas de 651 millones, también presenta una deuda de 1.867 millones de dólares a largo y a corto plazo. El conglomerado industrial finalizó el año con un cash flow negativo de 440 millones de dólares.
El viernes está prevista en Madrid la reunión de la mesa de seguimiento de Alcoa, a la que se sientan tanto la empresa como los sindicatos y las administraciones públicas implicadas, la autonómica y la estatal. Ahí es donde la secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró, y la Xunta de Alfonso Rueda esperan que la compañía ponga las cartas sobre la mesa. Aunque tanto el BNG como Podemos e incluso el PSdeG han indicado que, de ser necesario, se debería barajar una intervención de San Cibrao –teniendo en cuenta que la única fábrica de aluminio primario del Estado– en primera instancia, parece que la intención de las administraciones públicas y la propia plantilla es que la compañía cumpla con los acuerdos pactados, fundamentales para garantizar el futuro del complejo.
Compromisos y coste
A día de hoy, la construcción del horno de cocción de ánodos, que debía arrancar el pasado noviembre, está paralizada. Esta actuación tenía un coste que se acercaba a los 100 millones de euros. Del mismo modo, esta semana, la empresa solicitó aplazar el rearranque de las 32 cubas de la factoría, contemplado para el 31 de marzo de este año. Dos piezas claves del plan de viabilidad de San Cibrao.
Pero son precisamente estas inversiones pactadas las que, según la multinacional, tensionan la caja de la compañía en España. El pasado diciembre, la compañía ya indicó que maneja unas previsiones por las que cerrará 2023 con un flujo de caja operativo que será negativo en más de 200 millones de dólares (183 millones de euros). Esta cantidad tendría en cuenta tanto las pérdidas estimadas, como los gastos asociados a las inversiones comprometidas.
En la conferencia ante analistas ofrecida la pasada semana por Oplinguer, el CEO de Alcoa cifró en 240 millones de dólares (unos 220 millones de euros), la caja y las líneas de crédito disponibles para las operaciones en San Cibrao. El ejecutivo indicó que, a su juicio, era una cantidad insuficiente para ejecutar la hoja de ruta pactada con los sindicatos de cara al rearranque. Así, indicó que, de llevar a cabo el reinicio, se aumentaría el drenaje de fondos. “Tenemos un acuerdo de viabilidad que queremos cumplir pero, si lo hacemos, eso acelerará ese drenaje de caja y esa es una situación en la que todo el mundo perdería”, recalcó.
Depósito para el rearranque
En 2022, último año del que hay cuentas presentadas ante el Registro Mercantil, Aluminio Español, la sociedad que sostiene la factoría de aluminio primario de San Cibrao se anotó una pérdida neta de 140,5 millones de euros a pesar de tener sus cubas paradas. La tesorería de la sociedad se redujo entonces de 59,5 a 3,3 millones de euros. Evidencian las cuentas que el financiador de la sociedad han sido siempre las empresas del grupo, al presentar ese ejercicio una deuda de 123 millones.
Explican los administradores de Aluminio Español en su informe de gestión que en enero de 2022, “y en cumplimiento del acuerdo alcanzando el 29 de diciembre de 2021, la sociedad constituyó un depósito por importe de 103 millones de dólares para hacer frente a las inversiones comprometidas y al rearranque de las cubas”. Una reactivación que, ahora, Alcoa quiere dilatar en el tiempo.