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Las razones de Alcoa para vender San Cibrao: es inviable y el Gobierno no ayuda
La multinacional norteamericana destaca en su presentación de resultados del primer trimestre, en el que elevó sus pérdidas hasta los 235 millones, que no prevé ayuda del Gobierno a corto plazo y que mantiene el plan de venta para sus únicas factorías en España
Alcoa continúa acumulando números rojos mientras trata de buscar una salida para la fábrica de San Cibrao, la única planta de aluminio que mantiene en España y que pretende vender a lo largo de este año junto a las instalaciones adyacentes de alúmina. La multinacional ratificó estos planes en la presentación de resultados del primer trimestre de su ejercicio, en el que obtuvo unos ingresos de 2.599 millones de dólares, ligeramente por debajo de los 2.670 millones del mismo periodo del año anterior, y registró unas pérdidas de 307 millones de dólares, de los que 252 (unos 235 millones de euros) corresponden a la pérdida neta atribuible a Alcoa.
El periodo estuvo marcado por el reinicio de la actividad en la planta de aluminio de A Mariña, con el encendido de aproximadamente el 6% de las cubas, y por el acuerdo para adquirir Alumina Limited, el socio australiano de la compañía en la fábrica de alúmina gallega. El grupo con sede en Pittsburgh está intentando, al mismo tiempo, vender y comprar en el complejo industrial de San Cibrao.
Alcoa señala que la situación en Galicia mejoró por el abaratamiento de los costes energéticos, pero que es insuficiente para asegurar la viabilidad a largo plazo de sus factorías. Añade que «el apoyo del Gobierno a corto plazo es poco probable», por lo que continuará «optimizando las operaciones» para preservar la tesorería de las plantas y encontrar un comprador.
«Como parte de los esfuerzos de Alcoa para encontrar una solución a largo plazo para el complejo, inició un proceso para la posible venta», dice la compañía, señalando en que espera tener ofertas vinculantes en junio. Previamente a la presentación de resultados, el grupo admitió que el éxito de este proceso de venta era «incierto» y que preveía un flujo de caja negativo de 600 millones de dólares para el periodo 2024-2026 en San Cibrao, que no volvería a la rentabilidad, según sus cálculos, hasta 2027.
Un contexto favorable y 1.400 millones en caja
Aunque las pérdidas continúan para el grupo norteamericano, hay algunos elementos favorables que hacen pensar en una mejora a lo largo del ejercicio, como la evolución favorable en los costes por las materias primas o la energía, los buenos niveles de producción de aluminio (542.000 toneladas métricas en el trimestre) o la leve recuperación de los mercados de alúmina. Sin embargo, los resultados continúan siendo negativos.
Las pérdidas de 307 millones de dólares estuvieron engrosadas por los costes asociados al cierre de la refinería australiana de Kwinana, que supuso un cargo adicional de 197 millones de dólares en el periodo. Eliminando los extraordinarios, las pérdidas netas se situaron en los 145 millones de dólares (135 millones de euros).
El ebitda ajustado mejoró hasta los 132 millones de dólares, 43 millones más que a cierre de diciembre impulsado por la reducción de los costes energéticos y materias primas. Sin embargo, está lejos de los 240 millones del primer trimestre del año pasado.
La compañía tenía una posición de liquidez a cierre del trimestre de 1.400 millones de dólares. Ni un centavo llegará a San Cibrao, según aseguró semanas atrás el CEO de la multinacional, William Oplinger, quien advirtió que no estaban dispuestos a seguir financiando la actividad deficitaria de las instalaciones gallegas. Este también es uno de los motivos del proceso acelerado de venta que puso en marcha Alcoa, pues prevé que en la segunda mitad del ejercicio las plantas se queden sin efectivo suficiente para mantener su actividad.