La planta de aluminio de Alcoa cerró 2023 en quiebra técnica y con pérdidas de 112 millones pese a estar parada

Alcoa busca un comprador para el complejo de San Cibrao, aunque asegura que la venta no es sencilla. Los números de sus factorías no son buenos. Aluminio Español, la sociedad que sostiene la fábrica de aluminio primario, cerró el pasado 2023 con unas pérdidas de 112,2 millones de euros aún a pesar de estar parada y con las cubas de electrolisis apagadas en base al acuerdo alcanzando por la plantilla, que mantuvo el activo a la sombra durante dos años. El ejercicio precedente, los números rojos aún eran más abultados, ya que llegaron a los 140,5 millones de euros.

Así lo revelan las cuentas de Aluminio Español recientemente remitidas al Registro Mercantil y consultadas por Economía Digital Galicia. En las mismas, los administradores de la compañía indican que las contundentes pérdidas están condicionadas por la revisión, en febrero de 2023, del acuerdo de viabilidad de la planta firmado con la plantilla lo que motivó “un incremento de la provisión por reestructuraciones cuyo efecto en la cuenta de pérdidas y ganancias ha sido de 42,3 millones de euros”.

Con unos activos que redujeron su valor de los 275 a los 225 millones de euros y una cifra de negocios que se minoró de los 224,8 a los 90 millones de euros, la sociedad cerró el año con un patrimonio neto negativo de 27,8 millones de euros, por lo que, sobre el papel, se encontraba en situación de quiebra técnica.

Seis años de pérdidas millonarias

El auditor de la compañía, PWC, llamó la atención sobre esta situación y alertó de que 2023 fue el sexto año consecutivo de números rojos de la factoría de aluminio primario, una fábrica con más de 560 empleados que Alcoa intentó cerrar en 2020 aplicando un ERE para la práctica totalidad de la plantilla que fue tumbado en los tribunales y que acabaría propiciando el citado acuerdo entre empresa y trabajadores por el que la compañía se comprometía a llevar a cabo una serie de inversiones de mejora y la parte social aceptaba la parada de la actividad de electrolisis durante dos años (ahora mismo la fundición ya ha rearrancado).

PWC destacó que a las considerables pérdidas había que sumarle no solo el hecho de que la compañía presentase un patrimonio neto negativo, sino también un fondo de maniobra negativo por importe de más de 49,4 millones de euros. “Estos hechos o condicionantes, junto con otras cuestiones expuestas, indican la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento”, apuntaban.

Alcoa se saneó este 2024

Esta situación obligó a Alcoa a mover ficha. Así y según se indica en el informe de gestión de la compañía, ya en abril de este año, la sociedad procedió “a la conversión de su deuda financiera intercompañía en un préstamo participativo, el cual tiene la consideración de fondos propios a efectos de la legislación mercantil”. Además, un mes antes, en marzo, cuando ya había arrancado su proceso de búsqueda de un eventual comprador, el grupo firmó una nueva línea de crédito con Alcoa Holland BV, su cabecera en Europa, por un importe máximo de 75 millones de euros. “Esta facilidad crediticia tiene también la consideración de préstamo participativo”, apuntan los administradores de la firma.

A pesar de que Alcoa saneó este año con estas operaciones el balance de Aluminio Español, los de Pittsburgh han reiterado en los últimos meses que no están dispuestos a seguir financiando las pérdidas del complejo de San Cibrao. Así, aseguran que, según sus previsiones, la caja de su negocio español se agotará hacia final de año.