Alcoa busca un comprador que asuma sus inversiones y responsabilidades ambientales en San Cibrao
La compañía insiste ahora en que también está dispuesta a “seguir operando el complejo” aunque anuncia que comenzarán las visitas al complejo de A Mariña por parte de grupos interesados
Aunque hace unos meses Alcoa tenía claro que su hoja de ruta con San Cibrao pasaba por vender el complejo entero, las plantas de aluminio y alúmina, antes de que acabara con su caja –ante la premisa de no seguir financiando las pérdidas del activo de A Mariña– el escenario cambia. Este jueves, la compañía ha remitido a medios la última comunicación enviada a la plantilla, en la que asegura que trabaja en dos escenarios, siendo el primero “continuar operando el complejo” y, el segundo, “explorar una potencial venta”.
Los de Pittsburgh se encuentran en estos momentos analizando “respuestas no vinculantes” de potenciales interesados en la planta, unas conversaciones que se rigen por acuerdos de “confidencialidad”, por lo que no ha trascendido ningún nombre. Sin embargo, Alcoa, que hasta hace poco indicaba que esperaba tener ofertas vinculantes en el mes de junio, asegura que “solo consideraremos la venta bajo unas condiciones específicas”. La compañía busca evitar un fiasco como el que ocurrió con la venta de las plantas de A Coruña y Avilés, que acabaron en liquidación. Entre sus exigencias, también figura la de que el nuevo comprador asuma los compromisos de inversión pactados entre Alcoa y los trabajadores.
Exigencias al comprador
El eventual nuevo comprador debe tener “fortaleza financiera y capacidades técnicas para asegurar la continuidad de la operación” y “demostrar las garantías adecuadas para cubrir futuras contingencias o responsabilidades”. Además, indica que debe tener “capacidad para llevar a cabo un proceso de due diligence de manera adecuada”, un procedimiento que, en todo caso, es habitual en cualquier venta de este calibre. No obstante, también deja claro que el comprador “debe tener voluntad de aceptar todas las obligaciones y responsabilidades vinculadas al negocio, incluyendo el Acuerdo de Viabilidad, el acuerdo del convenio colectivo, las responsabilidades medio ambientales, acuerdos con proveedores, clientes y otros”.
Es decir, de acuerdo con la comunicación, Alcoa buscaría un comprador que asumiese los compromisos de inversión a los que llegó con la plantilla (está pendiente, por ejemplo, el horno de cocción de ánodos, presupuestado en unos 100 millones de euros), así como las responsabilidades ambientales por ejemplo, derivadas de la ampliación de la balsa de lodos de la alúmina. Resta por saber si, en ese acuerdo de venta, como pasó en A Coruña y Avilñes, los americanos se comprometerían a continuar financiando estas actuaciones.
Recientemente, los trabajadores de Alcoa han acordado “no renegociar con la empresa” el Plan de Viabilidad.
Comienzan las visitas
Así, aunque Alcoa insiste en que “el proceso de venta es incierto” también anuncia que han comenzado visitas al complejo de A Mariña por parte de los potenciales interesados. “Las visitas con una parte importante y estándar del proceso de venta, ya que permiten a los posibles compradores la oportunidad de visitar nuestro negocio y conocer los activos. Por favor, seguid desempeñando vuestras funciones como de costumbre en estos momentos”, solicita a la plantilla.
Para poder seguir operando la planta, es decir, sin recurrir a la venta, Alcoa indica que necesita solucionar aspectos técnicos clave, “como el marco energético y obtener el permiso para el aumento del DBR”, el depósito de lodos rojos de la alúmina. “Una energía competitiva y estable es crítica para el éxito de la operación de San Cibrao, independientemente de las condiciones del mercado”, explica.