Alcoa regará a sus accionistas con casi 200 millones en dividendos en dos años pese a la crisis en San Cibrao

Los expertos vaticinan que Alcoa mantendrá su dividendo de 0,4 euros por acción tanto en 2025 como en 2026, lo que supondrá un pago total de 207 millones de euros

Bill Oplinger, presidente de Alcoa

Bill Oplinger, presidente de Alcoa

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Los expertos dan por blindado el dividendo de Alcoa pese a los retos a los que se enfrenta la multinacional con sede en Pittsburgh. De acuerdo a las estimaciones de Bloomberg, las casas de análisis que siguen a la compañía vaticinan que esta repartirá un dividendo de 0,4 dólares por acción tanto en este 2025 como en 2026.

En el caso de cumplirse estas previsiones, Alcoa repetiría la cantidad entregada el año pasado. La compañía que capitanea Bill Oplinger retomó estas retribuciones al accionista en 2021, año en el que abonó 0,1 dólares por acción, y las elevó hasta los 0,4 dólares por título actuales en 2022.

Alcoa recuperó sus dividendos en octubre de 2021 y desde entonces realiza cuatro pagos de 0,1 dólares cada trimestre. El primero del año siempre tiene lugar en marzo y viene seguido de idénticos movimientos en mayo, agosto y octubre. En el caso de este 2025, la compañía abonará estos 0,1 dólares por acción el 20 de marzo, pero lo hará solo para aquellos que fuesen accionistas al cierre de la jornada bursátil del 4 de marzo (el martes).

Previsión de beneficios históricos

Cada pago de 0,1 dólares implica un desembolso de 25,9 millones de dólares (unos 24 millones de euros al cambio actual) para Alcoa. Es por ello que la empresa deberá destinar un total de 96 millones de euros anuales solo para sostener estos dividendos. Esta cantidad supera incluso al beneficio neto que la firma se apuntó en 2024 (de 54 millones de euros), una cifra desde la que los analistas esperan que se mueva al alza hasta alcanzar los 975 millones de dólares (904 millones de euros) en este 2025 y los 882 millones de dólares (818 millones de euros) en 2026.

El consenso de mercado prevé que Alcoa coseche estos resultados en un momento marcado por la incertidumbre generada por los nuevos aranceles del 25% que Donald Trump anunció para las compras de aluminio y acero procedentes de fuera de Estados Unidos, país en el que Alcoa tiene su sede y dos de sus once plantas de aluminio a nivel mundial.

El enigma de San Cibrao

Estos beneficios históricos para la compañía tendrían lugar pese a los enigmas que se encuentran todavía pendientes de despejar en San Cibrao. Alcoa, Ignis Eqt, Xunta y Gobierno firmaron el pasado mes de enero un memorándum de entendimiento para “asegurar el futuro a largo plazo” en la fábrica de aluminio de San Cibrao. Entre los principales puntos de este acuerdo se recoge el propósito de “agilizar los proyectos de energía renovables para lograr costes energéticos competitivos” y “se establece como prioritario aumentar las ayudas a las emisiones de CO2”, una partida que Alcoa quería llevar hasta los 77 millones de euros.

La firma de este memorándum se produjo tres meses después de que Alcoa e Ignis Eqt anunciasen un principio de acuerdo mediante el cual esta última se comprometía a comprar un 25% del complejo de San Cibrao y a financiar 25 de los millones de euros que se precisan para acometer las nuevas inversiones.

Después de que la Xunta diese luz verde a la ampliación de la balsa de lodos de Alcoa en San Cibrao, el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, presidió esta semana una reunión junto a la Secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró, responsables de Alcoa e Ignis y representantes de UGT FICA y CCOO Industria para abordar el memorándum de entendimiento.

En la reunión no ha estado el comité de empresa de San Cibrao, que se ha desmarcado de las declaraciones del dirigente político sobre el apoyo de los sindicatos al acuerdo. Y es que Hereu agradeció el apoyo «fundamental y decidido» de las federaciones de industria de las organizaciones sindicales para «no solo garantizar la continuidad de Alcoa como empresa», sino beneficiar «a todo el sector del aluminio en su conjunto, que es estratégico para nuestro país».

Frente a esta postura, el presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, denunció que en esta reunión informaron al representante de Comisiones Obreras «de la importancia que tenía el sector del aluminio, de lo cual está de acuerdo, y le estuvieron explicando el MoU, que al parecer es confidencial y no quieren explicar al comité de empresa la Xunta y el Gobierno por vergüenza».

«Comisiones Obreras, y hablo como secretario de la asociación sindical de Comisiones Obreras, para nada ha firmado ningún documento ni ha llegado a estar de acuerdo con nada del tema del MOU; primero, porque los trabajadores afectados, afiliados a Comisiones Obreras, no conocen nada de ese documento y, es mucho más, ni siquiera se les ha consultado sobre el mismo», ha censurado Zan, que ha afeado a Hereu que «falsamente» afirme «que hay un acuerdo con Comisiones Obreras y con UGT«.

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