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Las pérdidas de Alcoa en San Cibrao impulsaron la compra de su socio australiano
La multinacional presentó tres ofertas a Alumina Limited en plena escalada del precio del gas, pero fue en octubre de 2023 cuando su socio accedió a negociar, en medio de las discusiones sobre las necesidades de capital de la refinería de San Cibrao y de otra planta en Australia, que acabó cerrando
La compra de Alumina Limited, el socio australiano de la planta de alúmina de San Cibrao, ha estado en el punto de mira de Alcoa durante años. La multinacional reconoce que, desde 2002, intentó en varias ocasiones la adquisición sin conseguir nunca cerrar un acuerdo. La compañía australiana es socia de Alcoa a través de la alianza Alcoa World Alumina&Chemicals (AWAC), con la que controlan plantas de alúmina y minas en Australia, Brasil, España, Arabia Saudí y Guinea, normalmente en la misma proporción que en la refinería gallega: el 60% para el grupo norteamericano y el 40% para su socio.
La ofensiva se intensificó desde finales de 2021, coincidiendo con una escalada del precio del gas y de los costes que se aceleraría al año siguiente. Entre septiembre de ese año y marzo de 2022, Alcoa presenta tres ofertas a la dirección de Alumina Limited y todas fueron rechazadas «por diversas razones», incluida la prima, que los australianos pretendían elevar, según explica el grupo norteamericano en la documentación remitida al regulador sobre la operación.
En esos momentos estalló ya la crisis en A Mariña, donde la compañía negocia con los trabajadores tras naufragar en el intento de cerrar la planta de aluminio por la vía del ERE, mientras la refinería de alúmina encaja unas pérdidas de 30 millones, que en 2022 se multiplicarían por 10, hasta los 300 millones.
Precisamente, es durante unas conversaciones entre el presidente de Alcoa, Steven W. Williams, y el de Alúmina, Peter Day, celebradas entre agosto y septiembre del año pasado y que tenían por objeto analizar «los requisitos de financiación de capital continuos esperados a la luz de las pérdidas de AWAC en las refinerías de alúmina de Kwinana y San Cibrao», así como los retrasos en recibir la aprobación para continuar con la extracción de bauxita en las minas de Australia Occidental, cuando se abre de nuevo la puerta a la operación.
Entran JP Morgan y UBS
Alcoa acabaría anunciando el cierre de la planta de Kwinana, ubicada en el oeste de Australia, a comienzos de 2024, lo que supone también prescindir de los 800 trabajadores que operan en las instalaciones. La situación de San Cibrao es conocida: la actividad se redujo a la mitad para intentar amortiguar los números rojos de la factoría, muy castigada por la escalada de precios del gas con el que se abastece a través del gasoducto de A Mariña, operado por Naturgy. Ahora, todo el complejo, el aluminio y la alúmina, está buscando un posible comprador.
Esas dos crisis, junto a los costes esperados en otra planta conjunta en Brasil, precedieron a la compra de Alúmina. Tras la reunión entre los directivos para abordar esos asuntos, Alcoa explica que contrató en el mismo mes de septiembre a JP Morgan para que le asesorara en la operación, mientras que el 18 de octubre, tras obtener la autorización de la junta directiva del grupo para explorar la adquisición de su socio australiano, contrató también a UBS para ultimar la oferta.
Alcoa compra todo San Cibrao para venderlo
A finales de ese mismo mes, el CEO de Alúmina, Mike Ferraro, confirmó a Alcoa que la compañía australiana estaba abierta a negociar. El acuerdo definitivo no llegaría hasta el 26 de febrero pasado, aunque estaba prácticamente cerrado desde enero, y se tradujo en una oferta de algo más de 2.000 millones de euros, aunque materializada a través de un canje de acciones, de tal manera que los accionistas de Alúmina pasarían a ser propietarios de títulos de la multinacional norteamericana. La oferta planteó una prima del 13,1% sobre el precio de los títulos a cierre de cotización el 23 de febrero y del 19,5% sobre la media de los últimos 12 meses. Esa prima y, en consecuencia, el porcentaje de acciones de Alcoa que tendrían los socios de Alúmina, fueron los últimos flecos por cerrar, según consta en la documentación.
La operación, previsiblemente, se consumará a lo largo de este año, una vez tenga el visto bueno de los accionistas, y supondrá que Alcoa pase a controlar el 100% del complejo de San Cibrao, incluyendo el 40% de la refinería que estaba en manos de la compañía australiana. Curiosamente, la multinacional conseguirá un objetivo perseguido desde muchos años atrás justo cuando lo que pretende es deshacerse de la planta, mediante un proceso de venta en el que ni siquiera ella misma confía demasiado.
Alúmina exige una solución a San Cibrao
Durante las negociaciones, la compañía australiana pidió solucionar las dos crisis que atravesaban sus negocios conjuntos con Alcoa: la de Kwinana y la de San Cibrao, que fueron elementos clave en las conversaciones. La documentación remitida por el grupo de Pittsburgh, el operador de las plantas, explica que en octubre de 2023 la compañía australiana ya estaba dispuesta a negociar la propuesta de adquisición, pero que exigía una solución para las refinerías gallega y australiana, así como avanzar en los permisos de extracción de las minas australianas.
Posteriormente, el 15 de enero, la directiva de Alúmina mantuvo otra reunión sobre esos tres asuntos. Para entonces, Alcoa ya había decidido los pasos a tomar en las dos plantas (cierre en Australia y negociación con el Gobierno en España) y había obtenido los permisos para continuar con la explotación de bauxita. Alúmina, una vez cumplidos los requisitos, quería evaluar la valoración de su participación de nuevo.
Alcoa, por tanto, tenía un incentivo adicional para acelerar las cosas en Lugo además de las pérdidas, que fueron también relevantes para que su socio se abriera a negociar la venta.