La patronal eólica cifra en 8 megavatios la potencia instalada en 2023 y clama por el “estado catatónico” del sector
La Asociación Eólica Gallega (EAG) señala que existe "una reducción progresiva histórica" en instalación de nueva potencia y generación y expone que la potencia acumulada en Galicia en 2010 representaba el 16,3% de España, pero ahora se queda en el 12,7%
La Asociación Eólica Gallega (EAG) considera que el sector en la comunidad se encuentra en un estado “catatónico” a raíz de los más de medio centenar de parques suspendidos por parte del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). La patronal cifra en apenas 8 megavatios (MW) la potencia instalada en 2023, cifra que contrasta con los 300 de Aragón para el mismo ejercicio.
Según han alertado en un comunicado, existe «una reducción progresiva histórica» en instalación de nueva potencia y generación. Expone que la potencia acumulada en Galicia en 2010 representaba el 16,3% de España, pero ahora se queda en el 12,7%.
«Estamos destruyendo el tejido empresarial y ahogando la implantación de energía limpia y renovable», recrimina. «Asistimos impávidos a las multimillonarias inversiones que se anuncian en otras comunidades autónomas», lo que compara con que «hay al menos 32 proyectos industriales en Galicia que demandarán ocho teravatios/hora (TWh) de electricidad adicional que debe producirse con energías renovables».
Inseguridad jurídica
La organización eólica avisa de que «la inseguridad jurídica, con medio centenar de proyectos aprobados rigurosamente por la Xunta, pero suspendidos cautelarmente por el TSXG y a la espera de lo que diga el tribunal europeo nos mantiene en estado catatónico». «La legislación tiene que ser clara y sencilla», asevera.
«Entre tanto, en Galicia hemos perdido ocho fábricas de aerogeneradores en los últimos diez años, y ya solo quedan dos. Esta es la realidad que tenemos en caída libre. Tenemos un recurso renovable y autóctono que nos ofrece excelentes oportunidades de desarrollo industrial, empleo estable y rural, precios baratos para consumidores y competitivos para las empresas electrointensivas, independencia energética, atmósfera mucho más limpia evitando cantidades ingentes de emisiones de CO2 y combatiendo eficazmente el cambio climático. Sin embargo, estamos frenados, cuando estar parados es dar marcha atrás en la coyuntura actual», afirma la Asociación Eólica de Galicia.