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La industria gallega retoma la actividad tras el apagón pero advierte de «graves consecuencias»
La economía gallega retoma la actividad este martes tras el apagón del lunes que obligó a la suspensión de turnos y a la activación de un plan b por parte de algunas empresas

Estación de Vigo Urzáiz durante el apagón / Europa Press
La economía gallega se reactiva tras un lunes marcado por el gran apagón. Las empresas todavía evalúan las pérdidas ocasionadas por esta caída del suministro eléctrico que, según las estimaciones del Foro Económico de Galicia, ha tenido un impacto máximo de 200 millones de euros.
La gran industria de la comunidad recuperó la normalidad tras la suspensión de turnos de tarde y noche y «con algunas dificultades» en el proceso de rearranque como las vividas por la fábrica de Stellantis, en Vigo, y la de Alcoa en San Cibrao. La planta de Balaídos recuperó la actividad en el turno de mañana -que entra a las 6.00 horas- de este martes, con algunas dificultades «que se van solventando». En Alcoa, por su parte, el apagón mantuvo el complejo industrial sin energía hasta las 20,30 horas «aproximadamente», si bien «no entró tensión en las cubas hasta las 21.30 horas».
En la planta de alúmina afrontaron el rearranque «con dificultades pero sin ningún fallo crítico». Una de las prioridades fueron los precipitadores, donde la plantilla trabajó en eliminar los sólidos por el parón. En la planta de aluminio se perdieron todas las cubas salvo 11 que los profesionales consiguieron salvar, de ellas siete en la sala 1 y cuatro en la 2.
El metal gallego advierte de «graves consecuencias»
La Asociación de Industrias del Metal y Tecnologías Asociadas de Galicia (Asime) alerta ya de «graves consecuencias» por la paralización de los trabajos, los servicios, las fabricaciones y planificaciones sufrida este lunes. Según su secretario general, Enrique Mallón, hubo «cero actividad prácticamente» desde las 15.00 horas.
En ese momento, «la mayor parte de las empresas enviaron a las plantillas a casa porque era imposible continuar con los trabajos, los servicios, las fabricaciones y planificaciones». Además, «se eliminaron turnos de noche», si bien «la gran mayoría de las empresas a partir de las 6,00 horas han trabajado con total normalidad, salvo el tener que haber puesto en marcha muchas máquinas, algunas de extrema complejidad, con sistemas tecnológicos avanzados que llevan horas ponerlos en funcionamiento». La situación es «idéntica» en todo el territorio de Galicia, según Mallón.
De Ence al plan b de Repsol
Otras factorías como la de Ence en Pontevedra mantuvieron la normalidad «en todo momento» a través de la generación interna de energía, tanto eléctrica como térmica. Mientras plantas como la de Finsa recuperaban la normalidad en la mañana de este martes, la puesta en marcha será un proceso gradual y que durará varios días en otros lugares como el complejo industrial de Repsol en A Coruña.
La refinería comenzó a poner en marcha de forma escalonada sus unidades paradas por el apagón eléctrico sufrido este lunes, «lo que supondrá un proceso de puesta en marcha durante los próximos días y conllevará nuevamente que pueda haber momentos en los que el volumen de las dos antorchas sea más visible, una circunstancia normal en estas etapas del proceso», según advierten fuentes de la compañía.
Las antorchas son elementos de seguridad «imprescindibles en las paradas y puesta en marcha de las plantas», añaden. Permiten eliminar excedentes gaseosos propios del proceso mediante su combustión, que se realiza, aseguran, «de forma totalmente controlada y segura».
También la plantilla de Navantia trabaja con normalidad en Ferrol tras recuperar la energía y asegurar el funcionamiento, según señalan a Europa Press fuentes del astillero. Navantia reunió al comité de emergencia según se produjo el apagón y decidió el desalojo ordenado del astillero. También anuló el turno de tarde y, posteriormente, el de noche. El comité de emergencia se reunió periódicamente para hacer un seguimiento de la situación y cuando se recuperó la energía y se aseguró el funcionamiento se informó de la entrada escalonada a las 8.30 horas. La energía en Ferrol volvió en torno a las 5 de la madrugada, según apuntan las fuentes de Navantia.
De igual manera ocurre en las fábricas de Finsa, que estuvieron paradas a raíz del apagón y al mediodía de este martes están «todas recuperando la actividad», apuntan fuentes de la empresa consultadas por Europa Press.
«Gran descontrol» en el comercio gallego
Por su parte, el comercio gallego recupera la normalidad tras el «gran descontrol» provocado por el apagón en la red eléctrica sufrido este lunes y pérdidas en sectores como el del pan o negocios que venden productos perecederos.
En declaraciones a Europa Press, el presidente de la Federación Gallega de Comercio, José María Seijas, constata que fue una jornada «que se perdió de ventas» y que «los gastos siguen corriendo», si bien valora que no hubo otras incidencias destacables. En cuanto a productos perecederos, comenta la anécdota de heladerías que regalaron el producto para evitar que se derritiese, y «enseguida se formaron colas».
La alimentación «se fue arreglando» ya que las horas durante las que se prolongó el apagón no han supuesto que hubiese que deshacerse de la mayor parte de los productos. Eso sí, Seijas señala también que se produjo «gran acopio de agua» por parte de los consumidores y compra de papel higiénico: «La gente se asusta», indica.
En panaderías, buena parte de los negocios operan con hornos y amasadoras eléctricas y de madrugada, por lo que han retomado la actividad -los que lo han hecho- desde el regreso de la energía. Por su parte, el lácteo gallego ha afrontado sin incidencias relevantes el apagón, ya que «casi todas» las explotaciones cuentan con grupo electrógeno, comentan a Europa Press fuentes del sector.
Las que no tienen generador usaron la toma de fuerza del tractor -mecanismo de rotación que transmite energía desde el motor del vehículo-.
Con todo, la organización Unións Agrarias va a solicitar al Laboratorio Interprofesional Galego de Análise do Leite que no se tengan en cuenta las muestras recogidas por las industrias en las explotaciones lácteas en lo relativo a los análisis bactereológicos «ante las dificultades de las granjas para mantener la cadena de frío debido al apagón».