Al rebufo del Bernabéu: el Mundial 2030 lleva a los clubes a reformas desorbitadas sin tener dinero
El Mundial 2030 tendrá sede en España y los clubes han comenzado a presentar proyectos para reformar sus estadios, mejorando la imagen y buscando beneficios fuera de lo deportivo
España será uno de los países que acoja el Mundial 2030 de la FIFA. Para esta cita, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ya ha elegido los estadios: el Santiago Bernabéu, el Cívitas Metropolitano, el Camp Nou, Stage Front Stadium, La Cartuja, San Mamés, Riazor, Mestalla, La Rosaleda y La Romareda.
De estos diez estadios, solo siete cumplen con la normativa FIFA en este momento, dejando fuera a Mestalla, La Rosaleda y La Romareda. Los clubes han respondido presentado multitud de proyectos para la reforma, sin contar con la financiación ni justificación de ingresos que den viabilidad a una obra de tal envergadura.
El nuevo Santiago Bernabéu, uno de los escenarios principales del fútbol mundial, ha costado al Real Madrid unos 893 millones de euros, tal y como presentaron en las cuentas de la temporada 2022/2023. El Camp Nou, todavía en proceso de remodelación, tuvo una licitación inicial de 1.450 millones de euros, según los datos del club. En este caso, este es el precio para todo el Espai Barça.
Tanto FC Barcelona como Real Madrid cuentan con ingresos anuales que superan los 800 millones de euros, además de inversores que son «caballero blanco» de estos proyectos. El problema es que los clubes de segunda línea como el Málaga CF o el Zaragoza no pueden permitirse estas inversiones a corto plazo y necesitan fórmulas para lograr la inversión.
Para abordar este boom inmobiliario y conocer todas las cuestiones relacionadas sobre la financiación de estas infraestructuras, ECONOMÍA DIGITAL ha hablado con el arquitecto Alejandro Lorca, del Estudio L35, quienes presentaron en mayo la exposición «El Estadio Contemporáneo» en Roca Gallery, Madrid.
Para el arquitecto, el objetivo principal de modernizar los estadios es “mejorar su rentabilidad económica y ampliar su atractivo, tanto para el público, como para los patrocinadores”.
“Al incorporar más usos como oficinas, hoteles, comercio, áreas de entretenimiento… los clubes buscan sacar más provecho de una infraestructura que tradicionalmente solo se utilizaba durante unos 30 días al año”, explica Lorca.
Antes de lograr este objetivo, se necesita atravesar un proceso en el que la viabilidad económica es fundamental, sin ella no se pueden alcanzar la rentabilidad que ofrecen los nuevos estadios a los clubes.
La viabilidad económica
Pero, estar en la primera línea tampoco asegura viabilidad económica para el proyecto. El ejemplo más actual llega con el Real Betis Balompié, quien presentó en agosto de 2023 un proyecto para reformar el Benito Vilamarín de la mano de Rafael de La-Hoz y Gensler.
Sin prisa por dar luz verde al no ser sede para el Mundial de fútbol de 2030, los verdiblancos se han encontrado con un problema para financiar la construcción del nuevo estadio.
En el último Folleto sobre la emisión de 117.500 nuevas acciones ordinarias del Real Betis Balompié, enviado a la CNMV, explican que la reforma “se encuentra en una fase preliminar de definición de la inversión total necesaria y de los ingresos incrementales que generará”.
Se ejecutará únicamente cuando se disponga de esas cifras.
Folleto presentado a la CNMV
Respecto a esto, el arquitecto Lorca señala: “Son edificios que requieren una inversión elevada y resulta difícil justificar la inversión solo con el futbol”.
El caso del conjunto verdiblanco es el de muchos equipos. Hay un proyecto aprobado, pero falta el dinero. Como citan en el folleto, “financiación a través de la búsqueda de un socio a cambio de compartir los ingresos futuros”.
Conciertos, eventos, otros negocios dentro del estadio… son necesarios para que sea rentable en el futuro. En su página web, el Betis ya explica que la “propuesta gastronómica será otro de los grandes pilares sobre los que se asienta esta mejora de la experiencia del aficionado, tanto en días de partido como días sin partido”.
Además, al igual que el Santiago Bernabéu, los hispalenses apuestan por ‘rooftop‘ y el ‘sky lounge‘, servicios adicionales que pueden convertir al estadio en un lugar emblemático de la ciudad, donde poder ver unas espectaculares vistas y no solo un partido de fútbol.
La reforma también busca mejorar la experiencia del aficionado y atraer a nuevo público potencial. Desde la perspectiva del arquitecto, “se buscan maneras de llegar a su afición, fidelizarla, plantear nuevas fórmulas y servicios más atractivos”.
Los clubes “están focalizando” en atraer a “jóvenes y empresas”. De esta manera se mejorará los ingresos en abonos y venta de entradas, gracias, en parte, a la ampliación del aforo.
El estadio más allá del fútbol
En la última década, Real Madrid, Atlético de Madrid, Villarreal, Athletic Club, Real Sociedad y Osasuna han construido o reformado sus estadios. Todos ellos, lo han hecho con la misión de seguir la nueva fórmula que consiste en explotar los ingresos fuera del fútbol.
Hoy en día los clubs ven necesario ampliar su base de ingresos para competir en el futbol profesional.
Alejandro Lorca, arquitecto de L35
Todos tienen en común una estructura similar que destaca por su diseño innovador. Para Alejandro Lorca, “estos diseños ayudan a identificar el estadio con el equipo, convirtiendo así la infraestructura en un potente elemento de marketing”.
“Esto no solo fortalece la imagen del club, sino que también transforma el estadio en una infraestructura de referencia”, añade. Un ejemplo es la ejecución del nuevo Santiago Bernabéu, un proyecto casi terminado que ha dotado al club de una nueva marca, sobre todo comercial, que aporta mayores ingresos.
Como ha explicado el Estudio L35, las reformas buscan sacar un mayor provecho de estadio de fútbol, produciendo “actividades adicionales como, conciertos, comercio y oficinas que se benefician de esa imagen icónica”.
No es nuevo que en los estadios haya actuaciones musicales, pero con esta nueva realidad, es cada vez más común. Aprovechando los meses de verano, se alquila el recinto y se albergan todo tipo de eventos para justificar los gastos iniciales y lograr un beneficio futuro.
Con más años en esta guerra, el Cívitas Metropolitano ha albergado todo tipo de eventos fuera del fútbol, como graduaciones, conciertos o reuniones empresariales. Esta será la línea que los blancos seguirán, con el plus de tener una ubicación privilegiada en el corazón de Madrid.
Según Marca, solo con los tres conciertos que Bruce Springsteen ha dado en el Cívitas Metropolitano, el club colchonero ha movido unos 25 millones de euros. Por los dos conciertos de Taylor Swift en el Santiago Bernabéu, los blancos habrían ingresado más de 9 millones.
Los estadios deben integrarse mejor en las ciudades, aglutinando distintos usos y actividades compatibles con el futbol y su entorno.
Alejandro Lorca, arquitecto de L35
La financiación pública
Volviendo a La Rosaleda y La Romareda, el problema es que al no cumplir con la normativa FIFA, pueden perder la candidatura y todo lo que esto supone económicamente para la ciudad albergar un evento como el Mundial.
Ante esta situación, el Real Zaragoza, equipo de la segunda categoría del fútbol español, comenzará las obras este mismo año. El estadio será de categoría 1 y según Heraldo de Aragón, tiene un presupuesto inicial de 180 millones, aportado por el Ayuntamiento (público) y el club (privado).
Aunque lo presupuestado en un inicio tiende a aumentar en el proceso de construcción, en comparación con las obras del Camp Nou o el Santiago Bernabéu, lo que gastará el conjunto maño no será una cantidad desorbitada.
Incluso dentro de su categoría, les permite mantenerse competitivos y sostenibles en el largo plazo.
Alejandro Lorca, arquitecto de L35
Alejandro Lorca justifica que “los clubes de segunda línea deben modernizar sus instalaciones acorde a sus posibilidades”. Para financiar estos proyectos: “fórmulas imaginativas y búsqueda de apoyos, tanto en el sector privado, como en el público”.
El Málaga C.F., actualmente en la tercera categoría del fútbol español, también presentó en marzo un proyecto de nuevo estadio con una fecha clave: 2030.
Con un presupuesto más escueto, el arquitecto concluye que los modestos, “aunque no puedan construir estructuras emblemáticas, pueden seguir el ejemplo de los grandes clubes en términos de diversificar el uso de sus instalaciones y mejorar la experiencia de los asistentes”.