El oro y el dólar señalan las exageraciones sobre Turquía
El desplome de la lira turca marca el rumbo de las bolsas en el último mes, pero hay señales que evidenciarían que la crisis se exagera
El desplome de la lira turca tiñe de rojo las grandes plazas europeas, hunde los mercados de divisas emergentes y obliga a salir al paso a los principales agentes económicos.
Pero, ¿el fantasma turco es un elemento desestabilizador tan potente como señalan la mayor parte de las informaciones periodísticas y las caídas de las cotizaciones? ¿Hay un efecto real de contagio? Los expertos rebajan la tensión.
La primera pista, matizada, que apunta a la exageración es el comportamiento de los valores refugio, como el oro. El metal es la apuesta tradicional para invertir en momentos de incertidumbre — su valor se multiplicó por cinco durante la crisis económica europea—.
Esta semana rompió la barrera de los 1.200 dólares y se situó en niveles mínimos desconocidos desde hace 19 meses.
El oro no ha despertado esta vez el apetito de los inversores como valor refugio
El oro estaría mandando un mensaje similar al que lanzó en 2001. Aquel año tampoco despertó con Argentina, cuando se implantó el corralito, por lo que, como sucedió entonces, evidenciaría que la crisis de la lira no tiene fuerza para extenderse lo suficiente. El efecto contagio, por tanto, es muy limitado.
Increíble: ¡Donald Trump es la garantía!
Otra pista que delata la posible exageración sobre Turquía la aporta el dólar. Los inversores apuestan por Donald Trump como rompeolas. Quizá no por sus méritos, sino por lo que representa y el contexto local que lo arropa.
El profesor de la Universidad de Barcelona Gonzalo Bernardos remarca a Economía Digital que las subidas de los tipos de interés por parte de la reserva federal (FED) y el buen ritmo de la economía estadounidense dan fuerzas al presidente norteamericano para sus «guerras comerciales», incluida la turca.
La gestora de activos de Deutsche Bank considera que el alcance será “limitado” porque la crisis es «local»
El efecto contagio está, por tanto, descartado. “El temor en bancos como BBVA, expuestos por tener en el país su tercer mercado, está justificado; el miedo hacia el resto de entidades bancarias, como Banc Sabadell, el Santander o Caixabank, no”, cuenta Bernardos.
Su opinión coincide con los gestores de activos de Deutsche Bank. Consideran que el alcance terminará siendo “limitado” debido a que la crisis es fundamentalmente “local”.
La agencia Moody’s lideró la teoría con un informe de apoyo a BBVA. Sostiene que el banco presidido por Francisco González tiene ante si un riesgo “manejable”, incluso en el escenario más extremo.
Las previsiones más pesimistas
A pesar de los síntomas que recomiendan calma, hay voces muy pesimistas sobre el futuro de Turquía. Fuentes consultadas por Economía Digital señalan efectos secundarios concretos, por ejemplo, para el mencionado mecado del oro.
El banco central turco (CBRT), que acumula altas reservas del metal —el año pasado se hizo con 85,9 toneladas, la mayor compra de los organismos reguladores—, se desprendería de sus lingotes para contrastar una depreciación mayor de la lira. Por tanto, el precio de la onza caería.
Mark Mobius, analista especializado en los mercados emergentes, explicó en una entrevista para Bloomberg TV que existe una “posibilidad real” de que Turquía, además de vender oro, imponga controles de capital para frenar la caída de la lira.
Russell Napier, de la firma ERIC, está convencido de que si se llega a este escenario, Turquía protagonizará la mayor quiebra de una economía emergente.