Los grandes perdedores de la crisis de Lehman Brothers
Las entidades de la UE son menos rentables y valiosas que en 2008, mientras que sus rivales de Wall Street se recuperan con creces
El 15 de septiembre se cumplirá una década desde la quiebra de Lehman Brothers, la piedra angular de la crisis financiera que había comenzado a delatarse un año antes y que en los últimos meses de 2008 se intensificó hasta las peores consecuencias. Diez años después, son los bancos europeos los grandes perdedores de la caída del que en algún momento fue el cuarto banco de inversiones de EEUU.
Las entidades europeas, entre ellas el banco español Santander, son hoy menos rentables y menos valiosas que en 2008, antes de la crisis de Lehman Brothers. Durante la década que ha pasado desde el peor desastre financiero del siglo XXI, los bancos de la Unión Europea (UE) han perdido participación en el mercado frente a sus rivales de Wall Street, cuyas acciones en cambio se recuperaron intensamente.
«Los líderes políticos europeos desperdiciaron la crisis», sentencia Edward Evans, el administrador editorial de la sección de opinión de Bloomberg. «Cauterizaron la herida, pero perdieron la oportunidad de limpiar, consolidar y reformar un sistema financiero fragmentado. Los jefes de la banca de la región arrastraron los pies, se resistieron a las demandas de regulación y no reforzaron sus balances con suficiente rapidez», agrega el analista económico.
Cómo afectó la crisis a los bancos europeos
Para ejemplificar la debacle que ha significado la pos crisis de Lehman Brothers para la banca europea, Evans presenta un comparativo impresionante: La capitalización de mercado de una sola empresa estadounidense, Apple, se acerca a la de los 48 bancos más grandes de Europa combinados. Mientras Apple ya supera los 1,1 billones de dólares (unos 942.000 millones de euros) de valor del mercado, la banca europea desciende hasta los 1,3 billones de dólares (frente a los 2,5 billones de hace diez años).
Las acciones de los bancos europeos tampoco han regresado a las cifras pre crisis; todo lo contrario. El Deutsche Bank intercambia acciones por el 70% menos de su valor registrado hace 10 años, y el Santander lo hace en menos el 30%. Otros bancos como Commerzbank, Unicredit, Societe Generale y Barclays también han reducido significativamente su valor.
Mientras en EEUU la reacción a la crisis de Lehman Brothers involucró un rescate de 700.000 millones de dólares y la apuesta por las grandes fusiones (como Bank of America y Merrill Lynch), los bancos europeos se quedaron atrás. Solo países como España intentaron fusionar bancos, y la UE todavía carece de un mercado de capitales unificado o una unión bancaria. «Este no es el signo de un sistema financiero saludable», afirma Evans.
El autor concluye que, «si la crisis expuso una cosa, es que la relación entre el sistema bancario y los gobiernos nacionales es una falla central del proyecto europeo. Hasta que no se arregle, los banqueros de Europa seguirán atrapados en la sala de recuperación».