Las tiendas de barrio encadenan 37 meses de caídas
Los centros comerciales pierden el 3,7% de las ventas en un mes; sólo se salvan las autonomías orientadas al turismo
Las ventas del comercio minorista, esencialmente canalizado a través de las tiendas de barrio y centros comerciales, retrocedieron un 2% en julio.
Encadenan 37 meses de descensos consecutivos, según ha informado este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Moderan, de todos modos, en casi cinco puntos la caída interanual que registraron en junio (-6,9%).
Eliminados los efectos estacionales y de calendario, la facturación del comercio minorista bajó el 3,8% en el séptimo mes del año, frente al descenso del 4,9% experimentado en junio.
Todos los establecimientos redujeron las ventas, salvo las grandes cadenas, como Mercadona, que las elevaron un 1,4% en tasa interanual.
Nadie se salva
El mayor descenso fue para las grandes superficies, donde las ventas disminuyeron un 3,7%. Las siguen las pequeñas cadenas (-3,2%) y los comercios de barrio (-2,4%).
El empleo disminuyó un 1,7%, con retrocesos en todas las tipologías de establecimientos.
Los mayores descensos se los anotaron las pequeñas cadenas y las grandes superficies, donde el empleo se contrajo un 5% y un 4,4%, respectivamente.
Productos de hogar y personales
Según los datos del Gobierno, las ventas sin incluir las estaciones de servicio descendieron un 1,8% en un año, mientras que la facturación de las estaciones de servicio retrocedió un 3,8%.
Los alimentos cayeron el 0,9% en julio, mientras que los productos no alimenticios bajaron un 3,2%. Entre éstos, las mayores caídas se dieron en el segmento de equipo del hogar, con una tasa del -6,5%, y en equipo personal (-2,4%).
Mejor en Canarias y Baleares
Las ventas del comercio minorista disminuyeron en julio en 15 comunidades autónomas.
Los mayores descensos se produjeron en País Vasco (-5,7%), Murcia (-5,6%) y Cantabria (-3,7%), mientras que sólo Baleares y Canarias consiguieron elevar las ventas, con avances del 3,5% y del 1,9%, respectivamente.
A este comportamiento cabría añadir la presión a la baja de los precios, que en agosto se contrajeron el 1,5% por el efecto de los combustibles.